"Enamorada de un fuckboy"

CAPITULO 26.

Narra Eva.

Era raro ver un día soleado y que hiciese buena temperatura en Galicia, en esta zona siempre estaba nublado o lloviendo.

Aquel día aprovechamos para salir Lucas y yo. Lo recuerdo perfectamente.

-Lucas: ¡Eva frena! ¡Cuidado con el árbol!

Desesperada frene la moto.

-Lucas: Pensaba que me quedaba sin hermana.

-Eva: Dios, Lucas no valgo para esto.

-Lucas: No seas negativa enana, claro que vales para esto sino no estaría enseñándote.

-Eva: ¿Por qué lo haces?

-Lucas: Porque algún día te irás a la universidad y ya no dependerá de mi para que te lleve a los sitios ni de nadie.

-Eva: Pero el coche me parece mejor.

-Lucas: Pero la moto te la puedes sacar ya. Para salir del paso.

Aquel día me caí de la moto varias veces y me levanté. Porque mi hermano siempre me había enseñado a levantarme después de cada caída a pesar de lo mucho o poco que doliese.

Y él no se rindió conmigo porque confiaba en mí como siempre lo hacía. Porque sabía que era capaz de todo.

Ese día me fui a la cama sabiendo manejar una moto y mi hermano se fue a dormir orgulloso de mí.

Fin flashback.

                           ****

Me levanté con sudor en la cara, sentí unos brazos rodearme 

Hacía tiempo que no soñaba con mi hermano de esta manera, con recuerdos bonitos. Siempre había soñado el accidente una tras otra o las discusiones.

Vi a Hugo aún dormido a mi lado con su dorso cubierto por una camiseta y la sábana que le cubría hasta el vientre.

Sus cabellos rubios despeinados y su cara ahora varonil iluminada por los primeros rayos de sol que entraban por la ventana.

                          ****

No dejaba de pensar en lo que anoche me dijo Hugo sobre mi hermano. En que quería proponerle matrimonio a Eli.

Siempre estuve segura de que lo haría pero no en ese momento. No lo esperaba tan pronto.

Mi cabeza era un caos porque no sabía en qué punto estaba con Hugo.

-Sam: Hola mi niña. -Dijo depositando un beso en mi frente.

Ella se preparó una taza de café y se sentó a mi lado, mirándome como si esperase que le diese alguna respuesta.

-Sam: ¿Cómo fue la noche?

-Eva: Bien.

Sam me miró expectante, esperando que le dijese cualquier otra cosa. Pero solo me limité a decirle que bien, porque realmente había estado bien.

-Eva: ¿Cómo has dormido?

-Sam: Aquí hace mucho frío ¿no?

-Eva: Siempre he vivido aquí estoy acostumbrada a las bajas temperaturas.

Hugo apareció por la cocina con su rostro aún adormilado y su cabello despeinado.

-Hugo: Buenos días chicas. ¿Cómo dormisteis?