CAPÍTULO 23

411 32 5
                                    

Narra Hugo.

Pasé aquella semana en Madrid, con mi hermana con mi gente a la que tanto había anhelado.

Y volví de nuevo a 17.000 km de distancia, a Sydney.

Me quedaban dos meses allí y pensaba aprovecharlos y disfrutarlos al máximo y más cuando me iba sabiendo que Eva había sanado y que ahora era una mejor versión menos rota y más enérgica.

No la vi durante aquella semana. No me acerqué a la universidad y ella tampoco se acercó a casa de mi hermana.

No acepté subir a su casa aquella noche y ella lo entendió porque era demasiado pronto para subir y hacer como si nada hubiese pasado porque si subía no podría controlarme y necesitaba, por una vez en la vida, hacer las cosas bien, aunque con eso me doliese la distancia entre ambos.

Aquella semana quedé todas las tardes con Rafa en el bar que solíamos frecuentar antes de comenzar con aquel lío de las carreras ilegales. 

Él aún seguía corriendo, lo deje al mando. Aún recuerdo cuando nos dijeron que Lucas había muerto y que lo que el más quería es que yo ocupase su lugar.

Ay Lucas, si hubiese sabido que esto me llevaría a perder tantas cosas valiosas en la vida lo hubiese dejado antes de empezar.

Aún recuerdo aquella noche, aquella última noche que nos vimos. Recuerdo esos ojos azules igual o similares a los de Eva, supongo que hay gente que también los tiene igual pero los de Eva los veo más especiales.

Flashback.

-Lucas: Creo que estoy fallando a mi gente. -Dijo dándole una calada al cigarro que tenía entre sus dedos.

Lo mire y el me miró mientras expulsaba el humo del cigarro.

-Hugo: ¿Por correr en esto?

-Lucas: Esta mierda que consumimos, nos consume tanto que acaba con todas nuestras neuronas. -Dijo refiriéndose a la droga que consumimos en aquel lugar 

-Hugo: Pero, no me dirás qué no es relajante.

-Lucas: Lo es. ¿Pero de qué sirve si te alejas de las personas que quieres?

-Hugo: Vale a ver. Suelta lo que tengas en esa cabeza, Lucas.

Como bien dije en la banda nunca sabías el nombre de nadie porque nos poníamos motes. Pero con Lucas tuve una conexión desde el principio y acabamos confesandonos nuestros nombres y convirtiéndonos en grandes amigos, como hermanos.

Por eso cuando vinieron a decirnos que él había muerto; fue un chute de agua fría, fue como si ahora mismo estuviese viviendo de nuevo ese infierno que ya viví años atrás al perder a mi padre.

Pero me contuve porque él había querido que ocupase su lugar y porque se lo prometí.

-Lucas: Hugo, habrá algún día que te enamores.

Me reí al escuchar decirle aquella tontería.

-Hugo: ¿Enamorar? Por dios! No me va eso de atarme con alguien. Soy demasiado independiente. No creo en el amor.

-Lucas: Lo acabarás haciendo Hugo, todos lo hacemos, en algún momento de nuestras vidas llega alguien y nos vuelve locos, no podemos sacarle de la cabeza ni aunque queramos y entonces verás que ella es lo primero para ti.

"Enamorada de un fuckboy"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora