Pocas personas saben cuánto ha cambiado Uzui Tengen desde que un rayo hizo caer a sus brazos al chico de su corazón. De hecho él nunca admitirá que dejó de fumar por el simple hecho de que a Zenitsu le desagradaba el olor y el sabor que se quedaba en su boca.
Simplemente un día comenzó a sustituir los cigarrillos por paletas de dulce y a cambio jamás volvió a permitir que Zenitsu le negara un beso.
Pero seis semanas se encargaron de destruirle los nervios y su viejo vicio volvió a hurtadillas, en los baños para maestros y en el cubículo más alejado.
Creyó que todo iría bien con su Pichón y el bebé en camino pero desde que se lo dijeron al abuelo no han dejado de discutir, no sólo por el asunto de Kaigaku y el riesgo de que Zenitsu de a luz a un bastardo, también por el hijo de perra que no ha parado de acosarlos.
Las bromas no se detuvieron en escritos tontos en el baño, llenar su auto de suciedad, arruinar sus pinturas en el salón, crear malos entendidos con las chicas de la cafetería o hacerlo ver culpable por explosiones que claramente no fueron controladas.
Tampoco ayudó que al encarar a Zenitsu por las flores y cartas él le dijera que también intentaba averiguar de quién eran, mientras tanto las guardaba y hacía creer a los demás que eran de parte suya.
—Creí que Zenitsu te había hecho dejar el cigarro– la voz de Himejima proveniente del cubículo de al lado le hizo dar un saltito en su lugar.
—Joder ¿Cuánto tiempo llevas ahí?– apagó el cigarrillo y esperó a que el olor se disculpara, ya vería qué hacer con su ropa y aliento.
—Un rato, estaba meditando... ¿No han sido buenos tiempos, no?–.
No. Definitivamente y en general no. Kanae fue despedida cuando toda la escuela supo lo que hizo, Kyojuro le confesó su amor por el primogénito de los Kamado y eso hizo que optara por pedirle a Zenitsu que buscara otro reemplazo o el corazón del frentón se rompería al enterarse de todo el chisme... Igual les quedan dos semanas para que a Zenitsu le den la baja por paternidad así que aún les queda tiempo para encontrar a alguien más que sustituya a su rubio por un tiempo o quizá para siempre si le da por no permitirle volver a una escuela en la que ambos son acosados.
También creyó que, luego de que Tomioka dijera que tendría al bebé y se haría cargo él solo, las peleas entre Sanemi y Kyojuro se acabarían pero fue al contrario. Incluso papi Rengoku volvió a la escuela cuando Tomioka dejó de acudir a su hogar para realizar el Kankagari.
Admiró a Tomioka al verlo tan firme frente a tremendo hombre chichón y negándose a seguir con un ritual que "no le corresponde si su bebé no será un Rengoku".
—Guarda el secreto, se supone que– la conversación fue interrumpida por el ruido de la puerta ser azotada.
Ellos no saben que, con cuatro meses recién cumplidos, las hormonas de Giyuu están como locas, tiene antojos, ganas de llorar y, de pronto, ganas de ser atendido.
Obviamente no es algo que pueda resolver en medio de una clase, por lo que tuvo que huir a los baños sin saber que Sanemi lo miraba desde su salón y sabía perfectamente por qué huía de las canchas con la sudadera tapando de su cintura hacia abajo.
Dejó varios problemas a sus alumnos y corrió para alcanzar al azabache que sólo ha podido volver a tocar en secreto.
—Sanemi, espera– por alguna razón escuchar a Giyuu hizo que tanto Himejima como Uzui escondieran las piernas.
Justo a tiempo para no ser detectados por la apresurada revisión que hizo Sanemi antes de trabar la puerta.
—Sólo estamos nosotros, déjame ayudarte con el calor–.

ESTÁS LEYENDO
Posiblemente padre
FanfictionLa vida de seis personas cambió por completo a partir del momento en que dos donceles, Giyuu y Zenitsu, quedaron en cinta. El nombre de Giyuu estará en boca de toda la escuela cuando se descubra el drama de que los profesores de matemáticas y de his...