Capítulo 9

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Abro los ojos lentamente, diviso los rayos de sol que recién alcanzan las copas de los árboles visibles desde mi ventana abierta. Aún es muy temprano.

Hoy clima está más agradable, algo cálido, de a poco el otoño se va retirando. Esta mañana me siento algo diferente, a pesar de como he pasado la noche, tengo una cálida sensación.

No tengo ganas de cerrar la ventana, así que me levanto de la cama y miro a travez de ella. La fresca brisa proveniente del bosque se adentra en mis pulmones y hace que esa sensación se intensifique. No es desesperante ni apresadora, al contrario, me siento como si pudiera salir flotando en cualquier momento.

Es algo extraño, hace mucho no recuerdo sentirme así, amanecer con buen humor no es algo normal para mí. Pero en este momento solo quiero disfrutar esta sensación mientras dure.

Un rato después, algo afuera llama mi atención. Es Peeta, saliendo de su casa, en camino aquí. Supongo que viene a desayunar, así que decido ir a la cocina.

Cierro las ventanas, y doblo torpemente la manta sobre el sofá. Mientras camino, diviso mi reflejo en el espejo de la sala. Me arreglo un poco el cabello con las manos.
Noto que tengo muy remarcadas las ojeras, podrían confundirme con un mapache. Claro, es algo normal en cualquier persona que no logra dormirse de noche. Ni de día. Me pregunto si Peeta logra dormirse.

Lo oigo tocar la puerta en cuestion de segundos. Le grito que pase.
Me desea buenos días a lo que yo le respondo lo mismo. Trajo consigo una bandeja de bollos de queso, los deja sobre la mesada, y antes de que pueda, me adelanto a la hornilla para preparar el té. No me agrada para nada la idea de que el lo haga todo y yo simplemente lo coma. Peeta capta el mensaje, y se sienta.

Cuando termino el té, lo sirvo en dos tazas, lo llevo hasta la mesa y tomo asiento frente a él.

—¿Has estado cazando de nuevo?—dice apuntando hacia donde cuelga mi arco junto a mi carcaj

—Así es, he vuelto a hacerlo hace algunos díasle digo. «Desde que volviste, para ser exactos» pienso.
—¿Y tu que has estado haciendo?

—Horneando, casi la mayor parte del tiempodice mientras observa alrededor—Mi cocina es un desastre, no me he ocupado de limpiarla

—Este lugar estaría abandonado si no fuera por Sae.. le digo, mientras también observo el lugar. Bastante desastrozo.

—He pensado, tal vez en reabrir la panadería. —dice después de un rato.

—Eso es genial..—le digo honestamente —Cuenta conmigo si necesitas ayuda.

—Por ahora es una idea, primeramente debo ocuparme de despejar el terreno, el lugar está lleno de escombros..—dice, algo afectado

—He pasado por ahí hace poco, hay bastantes personas que han comenzado a limpiar le digo

—Podría empezar con eso, pero necesito ayuda de un ingeniero del Capitolio para hacer los planos y comenzar la construcción, debo contactarlos dice y toma un sorvo del té

—Bien, ¿cuando empezarás con eso?

—Creo que cuanto antes mejor, hoy iré a ver el lugar.

—Iré contigo, claro, si quieres.. —le digo. No será fácil para él. Supongo que si al menos va con alguien será más aceptable que que vaya solo.

—Si, gracias.. Podríamos ir luego de terminar el desayuno, ¿no?

—Esta bien.

Terminamos lo que que quedaba del desayuno y nos encaminamos al centro del distrito. Al salir, caminamos a la par.

Poco después me arrepiento de haber traído puesto un sueter abrigado, ha empezado a aumentar la temperatura con la salida del sol.

Al llegar, nos detenemos a observar el lugar. Cuando vine no me acerque debido a que no podía avanzar, ahora tengo mas fuerzas, pero desde entonces no he vuelto hasta aquí.

Ha pasado sólo un par de días, pero los cambios alrededor son notables. La plaza se encuentra más despejada de restos y escombros, que se han removido en su mayoría.

Hay mucha gente en las calles, más de la que ví la última vez. Algunos me miran, como tratando de decifrar quien soy. Trato de no ser hostil y devolverles una mirada asesina, odio sentir que acaparo atención. Pero no puedo por varias razones, entre ellas, creeran que estoy loca, además fui la causa de todo este desastre que ellos se encargan de limpiar, traigo una gran culpa por lo sucedido. Ellos tuvieron la mala suerte de que haya sido su vecina. No hay mucho que pueda exigir, tienen mucho porqué odiarme.

Decido ignorar a la gente que aún nos observa, y me dirijo hacia Peeta. Se adentró en los escombros, de lo que alguna vez fue su hogar.

Apresuro el paso y lo sigo. Observo que tiene fija la mirada en alguna cosa, observo su rostro, no aparta la vista pero tampoco parece estar mal.

Trato de divisar el objeto, y encuentro el viejo cartel de la panadería, con la inscripción muy desgastada, pero todavía legible. "Panadería Mellark"

Peeta se agacha, y apoya una mano en el. —Debería arreglarlo y ponerlo de nuevo.. —dice. La tristeza que esta sintiendo es evidente, y me paraliza. Trato de reaccionar, llevo mi mano a su brazo, dandole una caricia torpe.

—Creo.. Que ya deberíamos irnos..dice luego de unos segundos, y me ayuda a salir del lugar.

El camino de vuelta a casa se desarrolla en silencio. Al llegar, me detiene antes de que entre.

—Gracias por acompañarme —dice con una tímida sonrisa.

—No hay de que le digo.

Poco después de entrar, oigo sonar el teléfono, así que voy y contesto.

—¿Hola?dice una voz familiar.

—Hola, mamá

—Katniss, disculpa, ayer no pude devolverte la llamada..

—No importa, al menos ahora llamaste..

—¿Como has estado? Digo, anteriormente no atendiste mis llamadas..

—Lo siento, no estuve prestando atención al teléfono.. —miento, simplemente he ignorado todas las llamadas.

—Esta bien, y dime, ¿has estado haciendo algo?

—Lo de siempre, he estado cazando..

—Me alegra saber que estas mejorando cariño, deberías llamarme más seguido.

—Claro, lo haré.

—Lo siento cariño, estoy algo apurada, debo cortar, ¿cuidate sí?

—Está bien, adiós mamá.

—Te quiero Katniss, no lo olvides.

—Yo también te quiero, adiós. —luego de esto, corta la llamada.

Y así, a la mitad del día, no queda rastro de aquel sentimiento de tranquilidad de esta mañana. Ahora estoy sola, de nuevo.

Últimamente todo me decepciona, he esperado que mi madre llame, pero en cuanto lo hace no resulta como quiero.

Ni siquiera se como quiero que sucedan las cosas. Sólo quiero ver que es malo y quiero echarle la culpa a alguien más en vez de a mí misma. No me corformo con nada, aunque sé que no todo a mi alrededor es malo. No tiene sentido seguir así, ya ha pasado bastante de todo eso, y no me queda nada más que hacer, simplemente lamentarlo.

Colors (En Edición. No Lean Los Capitulos Aún No Editados. Por Su Propio Bien.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora