En los pasillos de la casa Madrigal, ahora con una planta más, corrían dos pequeños niños de cinco años, de ojos verdosos como su padre y pelo ondulado y castaño como su madre.
—¡Nunca me atraparás, y menos cuando obtenga mi súper increíble don!—La pequeña, de nombre Daniela, le hablaba a su hermano de una forma burlesca que solo ellos dos manejaban, pues ellos se hacían bromas pesadas o incluso se pegaban, pero no dejaban de ser hermanos y darían lo que fuera por el otro.
—¡Si no me das mi peluche se lo diré a mamá!—La niña estaba dispuesta a sacarle la lengua a su contrario, hasta que una figura femenina hizo acto de presencia en el pasillo.
—¿Decirme que cosa?
—Pedro, si nos mata, dile a papá que lo amo.—La pequeña retrocedía asustada hacia su hermano viendo la cara de molestia que su madre poseía en esos momentos.
—Ella no es mamá, es papá, porque mi mami es mucho más dulce y nunca anda tan enfadada, por eso la amo tanto, ¡y a mi papi también!—Pedro corrió hacia aquella figura femenina y la abrazó fuertemente, figura la cual hizo uso de su don para volver a su forma original, confirmando lo dicho por el niño segundos antes.
—¡Abrazo!—La niña también corrió tiernamente a los brazos de su padre que se agachó para tenerlos más cerca.
—Camilo, mi vida, ¿podrías ayudarme con...?—La verdadera madre de los dos jóvenes, y la esposa del adulto con pelo rizado, apareció.—Oh, ¿interrumpo algo?
—No, mami, ¡únete al abrazo!—La muchacha sonrió enternecida antes de hacer caso a su hija para ser rodeada por los firmes brazos de su esposo.
—¿Por qué se están abrazando?
—No tiene que haber una razón para querernos, Sofi.—Pronunció Camilo para luego dejar un beso sobre los labios de ella, que rápidamente sonrió y lo besó de nuevo, provocando una mueca por parte de los niños.
—Que asco, no hagan eso con nosotros delante.—Pronunció la pequeña con cierto desagrado, provocando la risa de sus padres, sin embargo, su momento en familia llegó a su fin cuando una voz se hizo presente.
—¡Camilo, Sofi, bajen a los niños, Isabela tiene que prepararlos para la ceremonia!
—¡Ya va, Mira!—La mayor miró a sus dos pequeños.—¿Están listos?—Ambos asintieron con sus cabezas, pues no estaban para nada nerviosos, y ciertamente no tenían razón para estarlo, pues su familia los iba a querer con o sin don, tal y como pasaba con su tía Mirabel.
—Nuestros niños crecen, cariño.—El pecoso miraba conmovido como la tía Isabela peinaba a la pequeña y la abuela Malena alistaba al pequeño.
—Ay, los amo tanto, y a ti también.—Ella posó su cabeza en el hombro de su pareja, quien respondió pasando su brazo por sus hombros para rodearla con este de forma cariñosa.
—Casarme contigo fue la mejor decisión de mi vida.
—La mía fue decidir que quería tener hijos contigo.
—Esa también es una buena opción, fue una noche increíble y salieron esas dos preciosuras.—La chica se dio cuenta de lo que había dicho su pareja, a lo que golpeó levemente su hombro.
—Tu hermana está escuchando, idiota.—Susurró, aún que en vano, porque sus susurros eran para Dolores inútiles.
El chico rio, contagiando su risa a su esposa, quien solo se aferró más a él cuando vio que sus niños ya estaban listos para la ceremonia.
—¡El pueblo está llegando!—Dolores avisó, provocando el ajetreo de todos los presentes, luego miró a su hermano y su amiga.—Escuchó todo lo que hablan, por favor, tengan un poco de respeto.—La chica se fue y ambos comenzaron a reír a carcajadas.
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La aún joven pareja miraba expectante a sus dos niños portando esa vela, para que luego se dirigieran a sus puertas, que comenzaron a brillar, al igual que lo hacían los ojos de Sofía, que estaban ahora llenos de lágrimas, pues todo le parecía increíble, miraba a su lado y tenía un increíble esposo, miraba hacia su otro lado y tenía unas increíbles amigas, miraba hacia delante y tenía unos increíbles hijos, eso por no hablar de su increíble madre y de la increíble familia de la que ahora era parte, es decir, los Madrigal.
—¡Mami, mira!—El pequeño Pedro comenzó a aparecer y desaparecer en distintos lugares de la sala, pues su don era teletransportarse, y en su puerta se hizo presente un dibujo de él varias veces, en varios sitios.
—¡Esto es increíble!—Mientras que la pequeña Daniela miraba hacia todas partes, pues ella podía ver tu corazón, su estado, y de quien estabas enamorado. Rápidamente se acercó a sus padres para comprobar su amor.
—¿Qué ves, cariño?
—¡Tú estas enamorado de Sofía Ortiz, y tú estás enamorada de Camilo Madrigal, de verdad si se quieren!
—¿Que te hizo pensar que no nos queríamos?—La niña ignoró el comentario de su padre para correr a abrazar a su hermano.
Ahora tenían dos nuevos dones en la familia.
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Hola! De seguro no se esperaban esta,
fue solo que vi cuanto apoyo recibía la historia y
decidí escribir esto.No olviden que hay otra historia con Camilo
en curso en mi perfil.Ahora pregunto, ¿les gustaría un capítulo
extra con la creación de Daniela y Pedro?
(es decir, Lemon)
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𝙏𝙪́ 𝙚𝙧𝙚𝙨 𝙢𝙞 𝙢𝙞𝙡𝙖𝙜𝙧𝙤 / 𝐶𝑎𝑚𝑖𝑙𝑜 𝑀𝑎𝑑𝑟𝑖𝑔𝑎𝑙
FanfictionÉl es su primo, y ella su mejor amiga, las cosas estaban muy bien hasta que el destino hizo que se conocieran.