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Min Yoongi reposaba en sus aposentos mientras veía como omegas bailaban para él en el gran salón del imperio.

Relativamente le importaba una mierda todo lo que estaba pasando en ese instante, ya estaba cansado de que su hermano, Jeon Jungkook organizara para él una fiesta cada año por su cumpleaños.

¿Qué tanto le costaba entender que no quería a ningún omega por el momento? su ocupación principal era la de mantener el imperio en píe y sin humillarse ante ningún otro, su orgullo no se lo permitía, a demás, era consciente que la gran mayoría de los allí presentes que le coqueteaban si tacto alguno mediante el baile eran infiltrados de otros lugares y por si fuera poco, sus olores eran desagradables para él y para su lobo.

Cuando vio que el segundo grupo de bailarines se retiraba de la sala sin éxito quiso largarse de ahí, el ambiente lo estaba obstinando , pero sabía que si lo hacía sería imposible sacarse a su hermano de encima durante un largo tiempo.

Cuando los minutos pasaron los últimos bailarines hacían acto de presencia, en ese instante su lobo se removió inquieto en su interior.

El olor a cítricos con un poco de vainilla inundó sus fosas nasales llamando su atención por completo, examinó con la mirada a los bailarines pero era imposible distinguirlos ya que un velo cubría sus rostros dejando a la vista solo sus ojos.

el olor era cada vez más intenso, por lo que se concentró en cada uno de los que pasaban cerca de él, ninguno poseía ese olor tan característico, delirante como un veneno.

De pronto toda la música se detuvo anunciando que uno de ellos haría un solo de danza para deleitarlo.

Su lobo aulló cuando un azabache se ubicó en el centro a una distancia prudente de él sin mirarlo a los ojos y solo haciendo una reverencia para dar inicio a su acto.

Se sentía embelesado por el omega, no solo por su aroma sino también por la certeza y precisión con la que danzaba, moviendo sus caderas con serenidad y sensualidad.

Del otro lado del velo Hoseok sentía una penetrante mirada sobre él, pero no le dio mucha importancia, solo quería terminar rápido con todo eso.

las ultimas melodías fueron tocadas, por simple curiosidad el azabache levantó la mirada un segundo, sin querer conectándola con la del emperador.

"Mi omega~"

Su lobo y él lo supieron justo en ese instante.

Por su parte, el omega de Hoseok aulló feliz al sentir como el del contrario lo llamaba, pero a él no le gustaba esa sensación, la desesperación se instaló en su pecho mientras de forma disimulada desaparecía del campo de visión de su señor escondiéndose entre los demás bailarines.

-Tú, ven aquí- Min llamó a uno de sus sirvientes el cual acató rápidamente la orden- Trae a ese omega para mí y llévalo a mi habitación- el chico gesticuló un "Si señor" antes de perderse entre la multitud.

-Jungkook- el mencionado se giró hacía él solo un poco ya que tenía a Taehyung entre sus brazos- me iré de aquí, encárgate del resto y sácalos a todos, tantas personas y olores me están desesperando.

Y sin esperar respuesta se retiró del lugar directo a donde había mandado al siervo.

Mientras tanto, Hoseok luchaba por salir de ahí, el mal presentimiento no lo dejaba en paz, fue un gran error levantar la mirada, si no lo hubiese hecho no estaría de esa forma.

Un brazo jaló de el sobresaltándolo, un joven de mediana edad platinado se disculpó por lo que hizo antes de hablar

-El emperador desea verlo Joven.— Y sin más retomó su caminata, sabía que no debía desobedecer a eso, así que a regañadientes lo siguió hasta donde supuso que era el aposento de su señor, este tocó la puerta antes de ingresar e indicarle que lo hiciera.- Me retiro señor.

Cuando quedó a solas con el emperador la tensión se sentía en el ambiente, su aroma se intensificó sin desearlo, su lobo estaba actuando por él.

-Tu nombre.— Era la primera vez que lo escuchaba hablar, sus piernas flaquearon por la profundidad en su tono de voz.

-Hoseok mi señor, Jung Hoseok.— Hizo una reverencia por respeto dudando en si levantarse o no.

-Ven aquí un momento- El rubio palmeó la cama invitándolo a sentarse- Te di una orden- su voz de mando hizo estragos en él, sus pies obedecieron por si solos, su interior luchaba por no ceder ya que si se tocaba al emperador podía llegar incluso a la muerte, pero no pudo contra eso, por lo que se sentó temeroso siendo tomado de inmediato por la cintura- Retira el velo por favor, quiero verte.

-Mi señor disculpe, pero solo me lo debo quitar para mi alfa destinado- sentía miedo de hablar, le estaba llevando la contraria a una orden real.

-Yo sé que sentiste lo mismo que yo sentí mientras estabas bailando. Mi lobo te reconoce como su Omega y sé que el tuyo reconoce al mío como su alfa- Hoseok no supo que decir porque lo había sentido también así que respiró profundo quitándose el velo.

Yoongi quedó embobado por su radiante belleza, tan particular como fascinante, gruñó sin poder evitarlo cuando posó su nariz en su cuello ocasionando un temblor precioso para él.

-Mi señor que hace- no quería dejarse llevar por las sensaciones, pero él lo sabía así como su lobo también que era su destinado- Alfa.

Min retiró su nariz rápidamente de donde se encontraba anteriormente apreciando la necesidad del chico por su atención.

-Omega- sin dejar pasar más tiempo chocó sus labios contra los temblorosos del azabache sintiéndose en la gloria.

Sin prisa se levantó con él entre sus brazos y lo recostó en su cama recorriendo de a poco el cuerpo a su disposición.

Hoseok gimoteó bajito al sentir las manos del emperador colarse a través de las sedas de su vestido acariciando con parsimonia sus caderas, ¿En qué momento habían llegado a eso? Aún así no se sentía mal, al contrario, se sentía especial haber encontrado a su Alma gemela.

-Mi señor- un pequeño gemido hizo eco en la habitación real cuando ese masajeo a su antojo sus partes íntimas preparando para recibir todo de él- esto está-

-Silencio - Yoongi se deshizo por completo de las sedas que adornaban el cuerpo que tanto había deseado- Eres mío ahora.

-Hazme sentir bien entonces- se entregó a la sensaciones que le estaba otorgando al recorrerlo como si fuera un río sin pausa desembocando sus grandes manos en su miembro desatendido y tan ansioso de él.

con ayuda del azabache retiró sus prendas reales para tener mas contacto con el cuerpo blanquecino igual que un lienzo en blanco, a punto de ser llenado por sus marcas.

La noche aún es joven para dos almas destinadas jugando a hacer el amor.

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Edité algunas cosas porque eran necesarias

[My T E A R S for you]  YOONSEOK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora