𝒞𝒶𝓇𝒾𝒸𝒾𝒶𝓈 𝒹𝑒𝓁 𝒸💍𝓇𝒶𝓏ó𝓃 [NamJin/JinNam] •Terminada•

CAPÍTULO 33

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Pasaban de las nueve de la mañana, dos chicos seguían durmiendo plácidamente en la cama, uno al lado del otro, con sus manos entrelazadas, el cansancio de su día anterior los hacia dormir. El primero en despertar fue Jin, el lugar cálido en el que se encontraba lo hacía sentir reconfortado, miraba a Nam que seguía aún dormido, ese día seria su boda.

Durante todo ese tiempo no había pensado en que pasaría, había aceptado sin más, y ahora a propuesto hasta la fecha, muchas preguntas rondaron su mente en ese momento, sobre lo que les esperaba, pero haciendo una retrospectiva su vida juntos no había sido mala, se habían organizado y llevaban la vida que querían, siendo autosuficientes.

Miro su celular, eran cerca de las diez, se acurruco nuevamente en el costado de Nam, aspirando su aroma, olía completamente a su fragancia, eso lo hizo sonreír y cerrar sus ojos una vez más.

El hotel tenía un salón enorme, que podía usarse por secciones debido a los plafones móviles que formaban las paredes. El camino trazado hacia el salón tenía pequeños arreglos de flores, con rosas blancas y rosas, con salida al balcón. Eran las 6 de la tarde, se vislumbra por el balcón el rojo atardecer que comenzaba a caer. Dentro había una mesa grande con mantel blanco y un arreglo floral con rosas blancas y unos cuantos invitados se encontraban sentados a izquierda y derecha, eran empleados del hotel.

Un par de amantes caminaban por un sendero de pétalos de rosas blancas y rosas, ambos vestidos en trajes blancos, Nam con una playera y Jin con camisa, los dos con sacos, caminaban tímidos, aferrados a la mano del otro, como si el sueño en cualquier momento fuera a desvanecerse. El juez comenzó la ceremonia, en la que Nam y Jin se encontraban perdidos en la mirada del otro, las orejas de Jin y sus mejillas mostraban la timidez que le embargaba, con el tono rojo intenso que las delataba.

Sus votos fueron leves, para ellos ya no había necesidad de discursos largos, cuando en su mirada se leía todo aquellos que no fueron capaz de decirse, colocando sus anillos cerraron su alianza con un beso en medio de aplauso y felicitaciones por parte de aquellos desconocidos que habían asistido.

Hicieron una pequeña recepción, con un brindis y aperitivos para aquellos que habían ido, el salón fue acondicionado después para una cena para los ahora esposos, colocaron la mesa cerca del balcón donde la pareja tuvo su ansiada privacidad.

-Jin... -se encontraban sobre la baranda del balcón abrazados-, estoy muy feliz -acaricio su mejilla-, pero no puedo evitar pensar en si hicimos lo correcto.

-Ya es demasiado tarde para que pienses en eso ¿no crees? -Jin le hizo un pequeño puchero haciendo sonreír a Nam-, ya no hay vuelta atrás para nosotros Namjoonie. Ya solo queda en nosotros que esto funcione.