CAPÍTULO 34

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La habitación completamente iluminada por la luz del día, solo se escuchaba la respiración tranquila del par de amantes que yacían aún dormidos, envueltos en los brazos del otro, el desastre de las sabanas solo cubría lo necesario de sus cuerpos desnudos.

Jin comenzó a removerse en los brazos de Nam, pero este en su inconciencia, lo envolvió más entre sus brazos, escondiendo el rostro en su cuello aspirando su aroma, metiendo una de sus piernas entre las de Jin, sus cuerpos sensibles sentían la piel desnuda del otro y un hormigueo recorrió primero el cuerpo de Jin haciéndolo estremecer.

-Nam... -su voz era lo suficiente baja, no obtuvo respuesta, se removió nuevamente pero la pierna de Nam no le permitió hacerlo completamente, encontrándose con el rostro del moreno metido en su cuello, no podía moverse a libertad, solo suspiro y volvió a retomar su posición, sintiendo nuevamente las manos de Nam recorrer su piel.

Pasados los minutos Nam comenzó a despertar, viendo a Jin entre sus brazos con sus mejillas encendidas, aún dormido, depósito un pequeño beso en su cuello y lo estrechó aún más entre sus brazos, un pequeño gemido salió de la boca de Jin, su cuerpo...

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Pasados los minutos Nam comenzó a despertar, viendo a Jin entre sus brazos con sus mejillas encendidas, aún dormido, depósito un pequeño beso en su cuello y lo estrechó aún más entre sus brazos, un pequeño gemido salió de la boca de Jin, su cuerpo aún estaba sensible y Nam noto como se estremecía al pasar su mano ligeramente sobre su vientre, no pudo evitar sonreír.

Le dio un beso en la mejilla mientras Jin comenzaba a despertar.

-Joonie... -su voz era baja, se movió entre sus brazos quedando frente a él, ocultando el rostro en su pecho.

-Mi amado esposo... -beso su frente-, estas más hermoso que nunca amor.

-No más que tú... -sonrió levemente-, tu luces más hermoso.

Se unieron en besos tiernos, la manos de Nam bajaron por la espalda de Jin, posicionándose sobre su cadera y cintura uniendo más sus cuerpos, podían sentir sus miembros rozarse, era algo placentero que sus besos se llenaron de pequeños gemidos ante el placer despertado, comenzando a subir la intensidad de éstos, las mejillas de Jin estaban completamente ruborizadas.

-Luces como un ángel así, y tengo tantas ganas de consumirte -besó su cuello y Jin río por lo bajo.

-Hace sólo un par de días te negabas a hacerlo.

-Tenias razón cuando mencionaste que mis instintos despertarían -lo miró dulcemente-, pero tampoco te voy a negar que deseo que me tomes otra vez.

-Seremos versátiles entonces...

-Quiero estar así todo el día contigo metido en la cama -Nam lo envolvió en sus brazos, mientras sus manos bajaban por su espalda haciéndolo estremecer-, aunque nuestros cuerpos dicen otra cosa.

-Se que tienes ganas Namjoonie, ¿Qué te detiene?

-Estas agotado... -su voz tenía cierta timidez.

-Lo estoy, pero mi cuerpo también reacciona a ti, así como tu cuerpo reacciona a mi.

-Jin, quiero hacerte el amor otra vez..., pero no quiero cansarte demasiado.

-Nam, eres mi esposo, y te deseo tanto como tu a mi, es nuestra primera vez, y sé que quieres llenarme de ti hasta el cansancio -acaricio su mejilla-, no es necesario que te limites, te dejaré hacer conmigo lo que quieras, como quieras, las veces que sean necesarias hasta que quedes saciado -Nam se sintió avergonzado ante sus palabras-, por alguna razón me encanta que seas así, un chico tímido y dulce.

-Yo quisiera ser como tú, más abierto para algunas cosas.

-Yo te prefiero así -le dio un beso cálido-, así vamos aprendiendo juntos.

Se unieron en un beso cálido, en el que las caricias se hicieron presentes, mirándose tímidos, con cierta devoción, el deseo se hacía presente, mientras sus besos se volvían apasionados, disfrutando de los labios del otro, mordiéndolos ligeramente.

Poco a poco Nam fue quedando encima de Jin acomodándose entre sus piernas, mientras sus manos recorrían su piel haciéndolo gemir, disfrutando del placer que comenzaba a embargar a su ahora esposo en sus manos.

Poco a poco Nam fue quedando encima de Jin acomodándose entre sus piernas, mientras sus manos recorrían su piel haciéndolo gemir, disfrutando del placer que comenzaba a embargar a su ahora esposo en sus manos

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Las horas habían transcurrido entre besos, caricias, consumiéndose hasta el agotamiento. Jin yacía en los brazos de Nam, comenzaba a dormitar, acaban de salir de ducharse y esperaban el servicio a la habitación, ambos estaban en el sofá, en silencio llenándose de dulces besos y caricias.

-Jin...

-Mmm -fue la respuesta que salió de entre sus labios.

-Estoy muy feliz..., la vida está siendo muy buena conmigo, pero tengo miedo.

-¿Por qué? -Jin lo miró curioso.

-De perderte...

-No me perderás, por eso me pegare a ti, llegaremos a ancianos y espero sigas siendo fuerte, porque me llevarás cargando a todo lados -Nam sonrió.

-Y con gusto cargare contigo mi amor.

-No pienses en cosas deprimentes, sigue disfrutando de nuestra felicidad, este solo es el primer día de nuestra vida de casados, pero hace más de un año de nuestra vida juntos. Estoy orgulloso de ti -lo miro con una sonrisa sincera en su rostro-, haz sabido salir adelante.

-Todo es gracias a ti Jin.

-Claro que no.

-Yo sé que fuiste tú quien llevo mis demos a la disquera.

-Talvez, pero tú talento es lo que te abrió las puertas. Yo solo hice coincidir las cosas, si esta en mi, siempre te apoyaré -se dieron un beso fugaz.

En ese momento tocaron, Nam abandonó su lado en el sofá para recibir el servicio, se acomodaron en su pequeña sala y comenzaron a comer, Nam estaba hambriento mientras Jin comía tranquilo, era más el cansancio que sus ganas de comer y Nam lo notó.

-¿Te sientes mal? -tocó su frente.

-Solo estoy agotado... -le sonrió dulcemente.

-Prométeme que me dirás si te sientes mal -su cara denotaba preocupación.

-Te lo prometo -le sonrío débilmente.






-Te lo prometo -le sonrío débilmente

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𝒞𝒶𝓇𝒾𝒸𝒾𝒶𝓈 𝒹𝑒𝓁 𝒸💍𝓇𝒶𝓏ó𝓃  [NamJin/JinNam] •Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora