𝒞𝒶𝓇𝒾𝒸𝒾𝒶𝓈 𝒹𝑒𝓁 𝒸💍𝓇𝒶𝓏ó𝓃 [NamJin/JinNam] •Terminada•

CAPÍTULO 1

La mañana era fría..., pese a la calidez de la ciudad, ese día el clima había optado por ser demasiado fresco y aunado a la llovizna ligera, más de uno hubiera deseado permanecer en la calidez de una cama envuelto en sábanas o acompañando su desayuno con un delicioso café.

Ese día Jin había despertado más temprano que de costumbre, de pie frente a las puertas de la universidad, se comenzaba a cuestionar si realmente fue una buena opción asistir ese día a la escuela o no, dando un pesado suspiro comenzó a andar con cierta resignación. Era un chico alto, de hombros anchos y cabello castaño, algo largo, hermoso ante la vista de los demás, por su forma de caminar y porte para muchos podría pasarlo como un modelo, sin embargo, en la institución era el amor platónico de casi todo el campus y ese día en particular, eso era un problema.

Llegar al edificio de su especialidad era prácticamente atravesar la universidad entera, subir escaleras y rampas, ya que este se encontraba en la parte más alta, envuelto en una sudadera con capucha ocultando su rostro y una chamarra, iba prácticamente arrastrando los pies. Al llegar a la última parte de la escalera, se detuvo, mirando la parte baja, y el horizonte que se extendía, las nubes espesas mostraban un cielo oscuro y la brisa comenzaba a hacerse más fuerte, y la lluvia antes ligera, más tupida. Comenzó a caminar un poco más rápido hacia el edificio, subiendo al segundo piso para ingresar al salón donde tomaría su primera clase, arrojando su mochila en una butaca, se sentó sobre una contigua al lado de la ventana, se recargo y cerró los ojos un momento, porque sabía dentro de poco lo que se avecinaba.

Estando ante las puertas de la universidad Namjoon se encontraba algo emocionado, la mañana era fresca y la brisa mostraba los indicios de la tormenta que llegaría, dándose prisa comenzó que andar, subiendo por las escaleras, hasta llegar a la sala de cómputo, donde se impartiría su primera clase, la llovizna había comenzado a ser un poco más intensa y bajando la capucha de su suéter dejó que esta bañara su rostro, sentir las frías gotas de lluvia sobre su piel lo hicieron estremecerse, era una sensación tan agradable que se detuvo un momento para disfrutar de esa sensación, realmente amaba los días de lluvia.

En el edificio de enfrente alguien miraba con curiosidad a ese chico que se había detenido a mitad del camino a sentir la lluvia con una sonrisa iluminando su rostro, para después dirigirse a la sala de cómputo.