Capítulo 2: Pasillo blanco (libro disponible en Amazon)

176 29 46
                                    

Las primeras tres noches fueron las más fáciles de superar, no tenía intención de sobrevivir y en mi mente seguía con la idea de que en cualquier momento alguien vendría por mí y todo volvería a la normalidad. Así que me dediqué a construir con hojas largas de palmera y unas ramas que encontré cerca de la playa algo parecido a un campamento. Pero fue la cuarta noche la que me mostró que tenía que renunciar a mi vida anterior y acostumbrarme lo más pronto posible a sobrevivir.

Estaba sentado en la arena mirando el mar como las noches anteriores, jugueteaba con una roca en mis manos y mientras me preguntaba cómo saldría de la isla, la voz regresó.

Pensar tanto te va a destruir.

—¿Qué haces aquí?... No quiero escucharte en este momento.

Casi nunca quieres escucharme James, crees que puedes con todo solo. Es una lástima, porque soy lo único que escucharás mientras estés en esta isla.

—¡Se suponía que me ayudarías, dejaste que me trajeran aquí! —grité levantándome de la arena y mirando al cielo nublado y oscuro.

No eres un Dios, James. No puedes saberlo todo. Alguien preparó esto por un largo tiempo de una manera que no pudieras anticiparlo.

—¿Cómo lo hicieron? ¿Por qué?

No lo sé. Pero te conocían más que tú mismo.

Y de repente todas mis dudas se hicieron a un lado y surgió una nueva: ¿Cuál es el propósito de que yo esté aquí? Entendí que alguien me había traído para algo y en algún momento tenía que saber para qué.

Comenzó a llover, ya estaba asimilando que estaría aquí un largo tiempo hasta que los que me trajeron a la isla decidieran venir por mí. De un momento a otro por solo unos segundos sentí mucha calma mientras la lluvia caía fuerte sobre mí; decidí disfrutarlo.

La lluvia llenó de agua mi pequeño refugio improvisado, no podía dormir, hacía frío. Sólo escuchaba el mar pero no lo podía ver por la oscuridad de la noche, lo único que podía divisar era la arena frente a mí. Me adentré un poco entre los árboles para taparme y, visto que no tenía nada más que hacer, tuve una conversación conmigo de nuevo.

—¿Ahora qué?

Sobrevivir.

—No estoy preparado, no sé cómo estar aquí solo, me voy a volver loco. ¿Qué se supone que haga primero?

Por el momento debes esperar que pase la tormenta, James, sé que estás desesperado pero no es necesario que hagas algo ahora mismo. Después tienes que entrar a la jungla e intentar encontrar un lugar para cubrirte de la lluvia, como una cueva. Luego localizar puntos de la isla donde haya comida y agua, tal vez un lago o laguna. Cuando encuentres eso tienes que asegurarte de comer solo lo necesario y guardar muchas energías para ir a explorar, porque quieras o no, este será tu hogar por un buen tiempo y tienes que conocerlo. Yo voy a estar contigo.

Escuchaba esa voz en mi cabeza desde los 18 años. En realidad, no era tanto como una voz, sino un instinto. Al principio odiaba escucharlo y daba algo de miedo, pero con el tiempo descubrí que si hacía caso a lo que decía podía lograr cosas increíbles como predecir un día lluvioso semanas antes de que ocurriera.

A veces iba a los parques de Londres a observar a las personas y preguntarle a la voz lo que iba a pasar, y en el momento que lo hacía me respondía y podía sentir y ver claramente lo que quería explicarme, sentía las pisadas fuertes de los niños jugando fútbol detrás de mí y los golpes que le daban al balón, y sin voltear a mirarlos podía calcular cuando iban a anotar dependiendo de por dónde se sentían las pisadas, los golpes al balón y la fuerza de ellos. Anotaba en un cuaderno las veces que tenía la razón de mi predicción. Seguía aprendiendo a sentir todo, la última vez que hice eso me equivoqué 3 veces y acerté 5, necesitaba aprender a confiar más aquella voz, pero no me gustaba ponerle mucha atención porque pensaba que me volvería loco.

En los sueños (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora