AGRIDULCE:
Seguimos la historia de Michael, quien se ganó el puesto de bully en su último año de primaria. Pero un día, conoce a una niña que lo hace cambiar la perspectiva de las cosas, atrayendo consigo sensaciones nuevas, como también olvidadas...
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El fin de semana paso demasiado rápido, mientras que Michael no pensaba en nada más que seguir con el plan de la broma.
Así que, el lunes por la tarde, Michael se dispuso a buscar a la niña, buscando por los lugares donde ella iba, o, donde usualmente, se escondía. Era como un roedor; pequeño pero veloz.
Estaba por rendirse, hasta que que finalmente la encuentra en la biblioteca, en un lugar apartado que encontró de casualidad. Era obvio que, tan pronto como terminó su castigo de «no ingresar a la biblioteca por disturbio», fue corriendo a refugiarse en ella de nuevo.
La encontró en las mesas del fondo, aquella zona donde apenas hay personas y hasta la vieja bibliotecaria a veces se olvidaba de custodiar. Pero ahí estaba ella, metida en, cuándo no; cosas de nerds.
Michael afirmó su postura. Se acercaría a su manera; al estilo Michael.
Un fuerte sonar en la mesa hace que la menor se agite y lo mire. ──Oye, ayúdame con esto ──pidio el castaño, con aparente desinterés, mientras que había puesto sus libros por en cima de los de ella y se sentaba a su lado, sin preguntar, ni mirarla.
──¿Qué? ──confusa──, ¿por qué?
──Porque tú... ehh, eres ¿lista? Y... ──balbucea. Ante la mirada fija de la niña, le frunce el ceño amargamente──. Agh, ¡no hagas preguntas y mejor ayúdame!
Se le quedó mirando fijo un rato más. No entendía su repentino acercamiento. Pero por otro lado, no sabía como decirle que no, y no tener miedo por el resultado. Suspiro, con aire de desgano, y miró la carpeta abierta del niño, notando su peculiar y casi prolija caligrafía. Incluso se tomaba el tiempo de ponerle colores a la hoja, dándole un aspecto más ordenado. Cielos. No se esperaba algo así de... él. Fue un placer visual. Se esperaba de todo menos eso.
Volvió a mirarlo, un poco más convencida. ──Bien, es fácil ──dice, tomando un bolígrafo mientras acercaba el cuaderno──. ¿En qué año se fundó la Primera Constitución del país?
En respuesta, Michael se encoge de hombros. ──Yo que sé. ¿Eso es importante?
──Me pediste ayuda. Algo debes saber, al menos.
──Sí, pero... ──Se rascó el cuello, sin saber exactamente como decirle que quería que ELLA le hiciera la tarea──. Es que yo tengo memoria a corto plazo. Así que es mejor que lo hagas por mí.
(________) entrecerró sus ojos, buscando la verdad en sus gestos. Solo un tonto creería una mentira como esa. Y ella era una tonta.
