4.─ La obra de fin de año

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Los días y las semanas pasaban, demasiado lento y a su vez, demasiado rápido

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Los días y las semanas pasaban, demasiado lento y a su vez, demasiado rápido.
Con el tiempo, dejo de hacer calor y podían verse a los pueblerinos ir de un lado a otro con ropa más abrigada. No cabe duda que ese año iba a nevar.

Mientras tanto, la escuela primaria de Cleveland era muy partidaria a mantener vigente las viejas costumbres, por ende, con mucha anticipación, cada año se organiza las obras del fin de año.
Estás obras y actos escolares se dan y se centralizan para los niños del sexto grado, que al siguiente año ya irían a la secundaria, así que era un evento por demas importante para ellos, como una despedida desde el punto de inicio a la adolescencia.

Todos estaban entusiasmados, de hecho podría decirse que es este año donde se notaba más fanatismo y empeñó en las preparaciones.
Niños de todos los ciclos trabajaban juntos en la decoración y organización de las obras, con ayuda de los directores y sus padres.
Incluso la directora, la señora Bonneville, consiguió que un reportero local venga el día del evento para transmitirse localmente en todo el país al tratarse de una fecha importante.

Y un día como hoy, eran de esos donde nadie tenía clases, sino que las usaban para que todos tengan un ensaño y sus múltiples reuniones para saber que hacer y como hacerlo. Así que la escuela estaba llena, como cualquier día de semana, solo que con los niños regados en cada rincón, maquillados, disfrazados, acompañados de muchos adultos, etc. Parecía una fiesta pero no lo era.

Michael suspira con agotamiento.
Ahora mismo podía estar tumbado en su cama, durmiendo.
Pero en vez de eso estaba rodeado de un griterío de niños y adultos, haciéndole compañía a su padre junto a sus hermanos menores.

A un par de metros, oía la música clásica reproducirse de un parlante mientras que alguno de sus compañeros ensañaban un baile tradicional en pareja.
Miraba con desinterés como su amigo, Brian, se esforzaba por quedar bien con su pareja. Una niña muy bonita que se notaba que le llamó la atención.
Quizá por eso ha estado tan desapegado al grupo. Quería dar buena impresión. Quién sabe, tampoco le importaba.

Observó también a sus otros amigos ensañando; Susie y Jeremy. Susie bailaba con más alegría, no importa si sus movimientos no tenían sentido y eran torpes. Se notaba feliz. Mientras que Jeremy, su pareja de baile, intentaba seguirle el ritmo pero lamentablemente se movía como una estatua de piedra.

Él podría estar ensañando también, pero la idea de participar en alguna obra le pareció aburrida e infantil.
Además, no le debía nada a ninguna profesora de teatro, así que no tenía la obligación de participar.

Volvió a ver a sus hermanos.
Elizabeth, la segunda en la fila, una niñita de estatura media, cabello largo y pelirrojo, se mantenía quieta mientras una señora, madre de una compañera suya, le ayudaba a acomodarse su disfraz improvisado de árbol, hecho de cartón.

A un lado, el señor Afton, su padre, se mantiene rígido como poste y sigiloso como si realmente no estuviera allí, con una mirada seria y serena. Un hombre delgado, alto, llevando ropa fuera de lugar y elegante, como si hubiera venido a la escuela desde su trabajo.

──AGRIDULCE: Michael Afton x Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora