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La caída de Riddle no solo simbolizaba el fin de una era de opresión, sino también el surgimiento de una nueva realidad, donde la verdad y la justicia se alzaban sobre las reglas absurdas y la tiranía disfrazada de orden.
El jardín se había transformado en un escenario de emancipación, donde las cadenas invisibles que habían sofocado la libertad de los estudiantes se deshacían con cada palabra que desentrañaba la verdad oculta. Riddle, antes imponente, ahora permanecía de pie con la cabeza inclinada, revelando una faceta de arrepentimiento.
En medio de la reluciente hierba verde, un destello oscuro atrajo la atención del azabache. Una pequeña piedra obsidiana, insignificante carbón a los ojos aristocráticos que solo apreciaban los brillos de colores caros y sofisticadas. No obstante, para Grim, aquel mineral aparentemente mundano poseía un valor singular que despertó su apetito sin fondo. Sin detenerse a meditar sobre las implicaciones, saboreó a fondo el extravagante y único sabor de la piedra, desviando su atención del emotivo espectáculo que se desplegaba ante él.
—Grim, no comas cosas del suelo. —Reprendió, manifestando su repugnancia por ese instinto animal—
Pero a Grim parecía no importarle las posibles consecuencias de ese acto instintivo. Su hambre imperiosa encontró momentánea saciedad en el peculiar bocadillo, cuyo sabor resultaba difícil de explicar, sumiéndolo en una experiencia gustativa única.
La celebración concluyó con un perdón teñido de arrepentimiento, y la retirada del líder hacia la enfermería en pos de asegurar su salud. Daelo prolongó su presencia unos momentos más entre los estudiantes del dormitorio, sumergiéndose en la atmósfera impregnada de alivio y murmullos que colmaban el espacio.
Sin embargo, conforme avanzaba el tiempo, una ligera molestia empezó a insinuarse en su mente, un preludio de incomodidad que le susurraba la posibilidad de un dolor más intenso. Ante el temor de que esta inquietud se intensificara, decidió retirarse, llevándose consigo a Grim.
࣪ ⊹𖥔˖࣪
Y su presentimiento fue correcto. Una insoportable migraña asaltó su cabeza al despertar con el alba al día siguiente. Un tormento tan penetrante que la idea de levantarse de la cama se volvía impensable. Si bien no era un hombre de frágil condición, cada intento de movimiento desencadenaba una oleada de molesto dolor.
Con sus músculos tensos como cuerdas y la frente perlada de sudor, se vio inmovilizado. Un malestar tan profundo que desafiaba su resistencia y testaba su voluntad.
Acostumbrado a la fortaleza de su cuerpo, se sentía extraño en su estado actual. Esa debilidad lo carcomía, esa vulnerabilidad desconocida que lo hacía sentir atrapado en su propia piel. El desagrado de no poder moverse o actuar, solo dormir y esperar, era una tortura para alguien tan activo como él.
—¡Y-Yo traeré ayuda! ¡No te muevas! —imploró el felino, su voz temblorosa resonando en la penumbra de la estancia—
La ironía se deslizaba sutilmente entre las sombras, burlándose de la nula posibilidad de movimiento que, aunque la deseada con fervor, se le negaba al noble.
—No, no traigas a nadie. —Su voz, más gélida que el invierno, se expandió por la habitación, imponiendo una directriz ineludible— Estoy bien, es solo un dolor de cabeza.
Daelo sostenía con firmeza una lección de vida que lo definía: nunca mostrar su vulnerabilidad ni debilidad a otros. Se aferraba a esa ideología con una determinación feroz, prefiriendo sufrir en solitario, lejos de miradas indiscretas. Su autodesprecio crecía con cada mirada compasiva de Grim.
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𝑬𝒏𝒊𝒈𝒎𝒂 - 𝑻𝒘𝒊𝒔𝒕𝒆𝒅 𝑾𝒐𝒏𝒅𝒆𝒓𝒍𝒂𝒏𝒅 (𝑴!𝑶𝑪)
FanfictionDe todas las cosas que podía poseer... Aquello que deseaba con ardor, un pensamiento caprichoso, se materializaba ante él, dispuesto como un tributo sobre una bandeja de plata. Mas entre las codiciosas ambiciones que yacían en su interior, había un...