𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑼𝒏𝒐

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Emergió de la prisión asfixiante al despojarse de una tapa que le privaba de la luz. Las luces lo cegaron brevemente, pero cuando su visión se aclimató, se encontró con un paisaje tan extraño y desconocido que no podría haberlo comparado con ningún escenario que hubiera conocido antes.

En la lejanía, un ser de estatura imponente se acercaba a pasos apresurados, desaliñados. Su presencia era intrigante, marcada por la carencia de formalidad que transmitía. Un atisbo de etiqueta que desvelaba su muy posible estatus.

—¡Ya decía yo que algo faltaba! —Las palabras del extraño revolotearon por el aire de manera desordenada.—

Las cejas del joven se alzaron confundidas por la manera en que aquel individuo tan informal y casual le habló. Una actitud que hallaba incómoda desde su perspectiva, una contraposición a las normas de comportamiento al que acostumbraba.

—¿Disculpe? —Cuestionó con incredulidad, desorientado por la manera directa y sin rodeos con la que se le dirigía.—

—¿Cómo es que te quedaste detrás del resto sin que me diera cuenta? —Preguntó el hombre acelerando el paso en su dirección. La condescendencia en sus palabras era palpable, lo cual aguijoneó los nervios del recién llegado.—

La postura del azabache se endereza instantáneamente cuando siente la presencia del tipo de aspecto plebeyo acercándose a él de manera inapropiada. Su mirada fría y penetrante se clava en él mientras evalúa su falta de respeto y su atrevimiento. No emite ninguna palabra de advertencia, pues su expresión ya debería comunicar claramente su descontento.

Da un paso hacia atrás, asegurándose de que haya una distancia considerable entre ellos, dejando en claro que no permitirá que nadie invada su espacio personal de manera tan descarada.

—Su familiaridad es inapropiada y ofensiva. Debería recordar su lugar y mostrarme el respeto que merezco. —Dijo con una voz altiva, un tono de voz que resonaba como un eco de su educación y jerarquía— ¿Quién es usted?

—Uhm. ¡Qué engreído! Yo soy Dire Crowley, director de-

—Jamás he oído de su apellido, ¿es acaso un plebeyo? —Interrumpió el discuro con su aura de orgullo y confianza que se mantuvo intacta, incluso en este nuevo entorno.—

—Mocoso, ¡no deberías faltarle el respeto al Director de la academia!

Sus cejas se fruncen, la mandíbula se le tensa mientras lucha contra el impulso de sacar su espada y silenciarlo. ¿Quién es este hombre? ¿Cómo se atreve a hablarle así?

—Le sugiero que mida sus palabras, plebeyo ¿Acaso tiene idea de con quién está hablando? —Esa simple palabra fue suficiente para despertar el ego del chico. Comenzó a acortar la distancia entre ellos dos con pasos cortos mientras su tono de voz congelaba el ambiente a su alrededor— Está parado frente a Daelo Ninsir 𝕷ᴉn͜͡ꏳቿɹ, maldito ignorante.

A medida que sus ojos se encontraban con la mirada detrás de la máscara, la chispa de conflicto se volvía más ardiente.

—Ajá... ¿Y...? —Preguntó confuso. Su apellido fue inaudible para él, añadiendo que no entendía la razón de tal enojo.—

A medida que el hombre hablaba, su interés comenzó a tejerse en los hilos del desconcierto. ¿Por qué no reaccionaba a su título y su linaje? ¿Acaso estaba desprovisto de conocimiento?

—¡Soy el tercer vástago del Archiduque Elytor de 𝕷ᴉn͜͡ꏳቿɹ! ¡Nuestra sangre marcada por el heroísmo en los campos de batalla! —Pronunció con la seguridad que solo la nobleza conocía. Pero, para su sorpresa, no fue recibido con sumisión, sino con un atisbo de desafío.—

𝑬𝒏𝒊𝒈𝒎𝒂 - 𝑻𝒘𝒊𝒔𝒕𝒆𝒅 𝑾𝒐𝒏𝒅𝒆𝒓𝒍𝒂𝒏𝒅 (𝑴!𝑶𝑪)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora