Se detuvo a pensar en este nuevo grito, miró su mano que se quedó a unos centímetros de la perilla de la puerta de aquel departamento en el que haría un año el 1ro de Febrero (ya sólo faltaban tres semanas para eso) y se preguntó ¿Cómo podía ser posible que en los últimos meses las peleas de los vecinos de enfrente fueran cada vez más frecuentes ¿Debería llamar a la policía? No ¿Para qué? Había escuchado más de una ocasión como arrojaban cosas a las paredes y azotaban la puerta después de que uno de los dos decidiera irse para regresar unas horas o un par de días después.
No le gustaba intervenir de más en asuntos que no son suyos ¿Por qué los vecinos de abajo no llamaban a la Policía? o ¿Reportarlo con el dueño de los departamentos? Los del tercer piso deberían escucharlos a pesar de tener a esos 2 niños.
—Tal vez nos escuchan por el llanto del bebé y los gritos del pequeño al buscar atención ¿Cuántos años tendrá? ¿Seis? ¿Siete años? —Volvió a dar uno de esos grandes suspiros y finalmente decidió abrir la puerta.
