Cuando llegué a la casa y lo tuve todo en su sitio, decidí irme a buscar a la pandilla, me moría de ganas de verlos a todos.
Le pregunté a Mario si le apetecía venir a Cala chica ya que sabia que allí los en contraria a todos, pero me dijo que no, que le dolía la cabeza y estaba muy cansado del viaje, se perfectamente que el dolor de cabeza es por la resaca de la fiesta que se pegó anoche, y el cansancio es por no haber dormido lo suficiente ya que ha llegado de madrugada sabiendo que íbamos a hacer un largo viaje en coche. Aun me sorprende que haya accedido a venir con todo el trabajo que tiene en la productora. Le pregunté si podía coger el coche, Nerja es un pueblo pequeño, pero desde donde estaba la casa que habíamos alquilado hasta la Cala Chica había un buen paseo, pero me dijo que lo dejara reposar que hoy ya había hecho demasiados kilómetros. Yo para no discutir y que me amargara el día no dije nada, prepare a los niños y nos fuimos camino a Cala Chica.
Mientras paseábamos por el pueblo, iba cogida de la mano de mis hijos y recordando aquel verano que estuve allí, todo lo que veía me recordaba a mi infancia, a mi padres, a Tito, pero sobre todas las cosas, a Pancho. Eramos demasiado jóvenes pero creo que fue la primera vez que me enamoré. Durante todos estos años no he podido dejar de pensar en él, como estará, que habrá sido de su vida, tenemos un grupo de Whatsapp en el que estamos todos los de la pandilla, pero Mario me lo bloquea, y yo solo lo desbloqueo muy de vez en cuando, cuando Mario no esta en casa. Tengo muchas ganas de ver a Pancho y estoy muy nerviosa.
A mi hermano hace 2 o 3 años que no le veo, en navidad no coincidimos, hablamos de vez en cuando por teléfono, pero entre su trabajo y el de Mario no hemos podido vernos todo lo que quisiéramos. Nuestros hijos se conocen ya que han coincidido en casa de mis padres algunas veces y se llevan de maravilla. Pienso en mi hermano y tengo muchas ganas de abrazarlo.
allí mientras caminaba por las calles de Nerja, con mis hijos uno de cada mano me sentí, por primera vez en mucho tiempo, libre, libre y feliz. Y volví a verme a mi misma de niña, aquella niña que fui hace 20 años allí mismo. Tenia la sonrisa en mis labios, no quería pensar en nada mas, solo en mi, en mis hijos y en las personas que iba a encontrar en esa playa, nuestra playa.
Cuando llegué a cala chica y vi a la pandilla a lo lejos, el corazón se me aceleró. Ellos aun no podían verme a mi ya que estaba aun bastante lejos, pero yo si podía distinguirlos a ellos. Debajo de una sombrilla vi a Julia, mi Julia, cuantas veces abre pensado en ella durante todos estos años cuando he tenido que tomar alguna decisión importante siempre he pensado eso de ¿que me diría Julia ahora? allí estaba aquella buena mujer que siempre nos ayudó y nos entendió a todos. A su lado estaba Desi, cuando la vi me quedé de piedra, ¿pero que me había perdido? Desi estaba embarazada. Delante de ella de pie a la orilla de la playa distinguí a cuatro hombres, estaban hablando, desde donde me encontraba reconocí a mi hermano y a Javi, con Javi he tenido mas contacto durante estos años ya que hemos coincidido en alguna fiesta en Madrid, siempre se ha portado como un hermano para mi, le tengo que agradecer tanto Vi a otro hombre, justo en ese momento estaba hablando y movía las manos para explicar algo, era alto, moreno, con el cuerpo musculado de ir al gimnasio, llevaba el pelo cortado a la moda, cuando se giro y le vi la cara, lo reconocí: era Piraña. Nada quedaba de aquel Manolito de años atrás. Cuando me fije en el cuarto hombre me quede sin aliento, la boca se me secó cuando le reconocí, sentí las famosas mariposillas en el estomago, allí estaba, años y años soñando con volverle a ver y allí lo tenia, Pancho. Se había transformado en un hombre alto, moreno, no tan atlético como Piraña pero se le notaba que hacia ejercicio también, estaba bronceado del sol, él siempre fue el mas moreno de todos pero ahora estaba mas tostadito, nada quedaba de aquella melenita que llevaba de niño, ahora llevaba el pelo corto, era un hombre atractivo, de esos que las mujeres miran al pasar. Estaba pensando en mis cosas cuando:
-Mami, ¿vamos? – me preguntó Sara tirando de mi mano y sacándome de mis ensoñaciones.
-Si, cariño, vamos.
Bajamos hasta la arena y mientras íbamos caminando hacia ellos yo no podía dejar de mirar al suelo, parecía una cría pero me daba miedo levantar la cabeza, no me preguntéis porque. Cuando miré hacia ellos vi que Julia caminaba hacia nosotros, mientras Desi se levantaba de su silla y los chicos dejaban de hablar y me miraban.
Cuando Julia me abrazó solté a mis hijos y le devolví el abrazo, no pude evitar emocionarme y ponerme a llorar.
-No te imaginas las ganas que tenia de verte, mi niña. – me dijo emocionada también – todos nos moríamos de ganas de tenerte aquí.
Cuando nos separamos estábamos llorando las dos. Entonces Desi fue quien me abrazó llorando ya.
-Bea no sabes lo que te hemos echado de menos – me dijo mientras me abrazaba.
Vi que los chicos se habían acercado ya hasta nosotras.
-Yo también os he echado mucho de menos a todos. – dije mirando a mi hermano.
Cuando termine de abrazar a Desi fue Javi quien se acercó, me abrazó y le dije:+
-Gracias, - fue lo único y lo mas importante que quería decirle. Él ya sabia porque se lo estaba diciendo.
-No tienes que darme las gracias de nada, sabes lo que significas para mi, eres como una hermana y siempre te cuidare, pase lo que pase. – no pude evitar emocionarme de nuevo.
después de Javi le tocó el turno a mi hermano, mi querido hermano del alma. Nos dimos un abrazo de esos que reconfortan y te dan fuerzas, no hizo falta que nos dijéramos nada mas.
-Ya esta, Bea – me dijo – ahora ya estas en casa, con nosotros, que te queremos.
-Gracias, Tito. – le dije entre sollozos. No podía parar de llorar.
Cuando Tito y yo nos separamos se acerco Piraña.
-¡Pero bueno Pi! ¿Cómo estas? – le dije mientras le abrazaba.
-Muy bien, me alegro que estés aquí.
-Gracias, yo me alegro de volver a verte.
Cuando Piraña y yo nos separamos miré al único hombre que me faltaba por saludar, él me miro con una sonrisa, entendí que a partir de ese momento todo iba a ir bien o eso me hizo sentir aquel hombre, pasaron un par de segundos, entonces Pancho se acercó a mi y me abrazó. Mi corazón se paró y de repente empezó a bombear con mas fuerzas, noté las mariposas otra vez en mi estomago, era Pancho, mi Pancho.
-Bienvenida a casa, Beatriz – me dijo mientras me abrazaba.
-Gracias.
Fue un abrazo que necesitaba con urgencia, lo había soñado tantas veces, había imaginado tantas veces como seria volver a verlo, que me parecía mentira tenerlo allí entre mis brazos. Fue como si mis pulmones volvieran a respirar después de mucho tiempo sin hacerlo.
Mis hijos se fueron enseguida a jugar con sus primas y los hijos de Javi, que facilidad tienen los niños para hacerse amigos enseguida. Nosotros los mirábamos sentados desde la sombrilla, todos alrededor de nuestra Julia, como hacíamos cuando eramos pequeños en aquella playa años atrás.
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Verano azul, ahora y siempre
Hayran KurguQue pasaría si 20 años después la pandilla volviera a reunirse? No te pierdas como han cambiado las vida de Javi, Quique, Pancho, Beatriz, Julia, Desi, Tito y el Piraña. Te recomiendo haberte visto la serie Verano azul primero. Serie televisión esp...