Verano azul, ahora y siempre

Pancho

Seguro que los demás se pensaban que yo no había visto en que situación se encontraba Beatriz cuando entró en la iglesia. Pero se equivocaban, si que la había visto y estaba aguantando las ganas de salir corriendo a buscar al malnacido de Mario. Pero tuve que aguantarme y esperar hasta que mi pobre tía estuvo en su tumba junto con mi tío. Fue un día muy largo y muy difícil para mi, de los nervios que tenia de no poder salir corriendo y de la rabia por ver a Beatriz en ese estado me clave las uñas en las palmas de la mano de la fuerza que estaba haciendo sin darme cuenta al tener los puños cerrados.

Cuando mi tía estuvo en su sitio y todo terminó, me di la vuelta y mira a la pandilla que estaban de tras mía, todos cogidos de la mano. Habían venido también la mujer de Javi y Dylan. La mujer de Tito se había quedado con todos los niños, la pobre María se merece un monumento. Cuando me di la vuelta y mire a mis amigos, me quede mirando a Beatriz, iba con unas enormes gafas de sol y tenia un pañuelo en la boca, parecía que lloraba y seguro que Así era pero también lo estaba haciendo para taparse la cara.

Sin decir nada me acerque frente a ella, muy despacio le aparté la mano de la cara y pude verle el labio partido, la herida ya no sangraba pero alrededor de ella estaba todo morado, ella quiso decirme algo pero no le dejé, le puse mi dedo en sus labios, después muy lentamente le subí las gafas de sol y se las apoyé en le cabeza y pude verle en su ojo izquierdo un enorme moratón y tenia el ojo un poco mas cerrado de lo normal.Entonces quise continuar y le cogí el cuello de la camiseta que llevaba y se lo abrí un poco hacia el hombro, dios... era horrible tenia moratones por toda la clavícula, le levante un poco la camiseta por un costado; mas moratones. Ya no pude ver mas. Me cegó la rabia, quería matar a Mario. No dije nada, tan solo miré a Javi, este me devolvió la mirada y solo nosotros dos nos entendimos. Eché a correr, corrí lo mas rápido que pude hasta llegar a mi coche, oí voces por detrás pero no les hice caso. Cuando cerré la puerta de mi coche y arranqué el motor, mire hacia delante y me encontré a Javi con las dos manos encima del capó de mi coche.

- ¡Aparta Javi! - le chillé por la ventanilla. - ¡Aparta o te atropello!

- ¡Espera! - me gritó mientras cogía aire e intentaba respirar con normalidad después de la carrera que se había dado de tras de mi - Voy contigo Pancho.

Se subió al coche y yo arranque, con furia, con rabia, el coche derrapó antes de salir disparado hacia la casa de Beatriz. Ni Javi ni yo nos dirigimos la palabra en todo el trayecto cada uno iba pensando en sus cosas. Yo echaba humo y creo que le hubiese pegado un puñetazo a JAvi si este me hubiese dicho algo de lo que yo no estaba dispuesto a hacer. Iba a por él, iba a matar a ese malnacido que se le había ocurrido ponerle un dedo encima a mi Bea. Lo iba a matar.

Cuando llegamos a casa de Beatriz los dos bajamos del coche y nos miramos unos segundos a los ojos, estábamos los dos igual de furiosos Así que con paso decidido no encaramos a la puerta. Dos golpes di con el puño cerrado a la puerta,...nada, nadie la abrió, nadie salió a recibirnos. Javi empezó a aporrearle y a llamar a gritos a MArio, a insultarle todo lo que le vino a la boca. Yo empecé a gritarle que era un cobarde y que se atreviera a hacerme a mi lo que le había hecho a Bea. Nada...todo en silencio, no se oía nada dentro de la casa. De repente oímos un coche llegar, de él bajo Julia, Quique y Beatriz.

- ¡Chicos! - nos gritó Julia - ¿estáis locos? ¿que estáis haciendo?

- Déjanos Julia - le dije yo - esto lo vamos a solucionar de una vez por todas, ¿no ves lo que le ha hecho a la pobre Beatriz? Se acabó, no va a ponerle la mano encima jamas.

- Pancho - me dijo Beatriz que se había acercado a nosotros, y me ponía su mano en mi mejilla - ya esta cariño.

Yo la miré sorprendido: ¿cariño? ¿me había llamado cariño delante de todos?

- ¿Que? - conseguí balbucear mientras no le quitaba la mirada de sus ojos.

- Se ha ido. - me dijo mientras me abrazaba - Mario se ha ido para siempre.

Al separarse de mi me cogió mi mano con la suya y la pasó por sus labios mientras me decía.

- Esto es la consecuencia que he tenido que pagar por pedirle el divorcio y decirle que se fuera con sus putitas que no quería estar mas con él.

- ¡Hijo de puta! - logré decir yo - ¡Cobarde!¡Malnacido!

- Si - me dijo ella mientras me besaba la palma de mi mano y le echaba a Javi una mirada tranquilizadora - pero se ha marchado y ahora soy libre, libre para estar contigo, libre para quererte y amarte todo lo que no hemos podido hacerlo durante todos estos años.

Y dicho esto, me besó.

- ¿Pero a que precio?¿Tu te has visto, mi niña? - le dije.

- No me importa, ha sido la ultima, nunca jamas va a volverme a poner la mano encima, Pancho. Voy a divorciarme de él, Piraña ya me esta preparando los papeles del divorcio.