Cierres y Aperturas

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Los gritos se escuchaban desde la vereda, era la tercera vez en la semana que se iba y me dejaba solo, yo sabía que se iba a encontrar con él.
Hacia meses que no me tocaba ya, que no me miraba ni me escuchaba , pero para el resto del mundo éramos la pareja perfecta. Las redes sociales lo proyectaban y ante nuestros amigos, más bien su círculo, también lo éramos , la casa era perfecta nuestros trabajos soñados , una vida digna de envidiar pero de las puertas para afuera. La situación ya estaba cansándome, cada vez que trataba de conversarlo siempre salía con lo mismo, que estaba todo en mi cabeza, se hacia el ofendido, gritaba y se iba a los brazos de él. El cariño que le tenia no me dejaba comportarme como era debido, agarrar todas sus cosas y ponerlas en la vereda, cambiar la cerradura y que se fuera con él del todo.
Esa noche la rabia me gano y si él era capaz de hacerme eso, por que tenía que respetarlo yo. Agarre el ordenador y me cree un perfil en una red de citas, llene mis datos rápidamente, no me anime a subir una foto de mi rostro. Ya ni me acordaba cómo se hacía esto, pase 15 años fuera del mercado de las citas, no se veían rostros, solo se veía una cuadrícula llena de miembros y nalgas. Pasee por todos los perfiles, observando, cómo si de un catálogo de tratara, me llegaron los primeros mensajes, ni hola me decían y ya me mandaban fotos de sus partes, de verdad eso no me excitaba, solo me hacía pasar de la conversación , en realidad lo que quería era conversar con alguien por un momento, solo eso. Las horas pasaban y yo seguía viendo ese catálogo que solo me ofrecía sexo, hasta que encontré un perfil que me cautivó, tenía una foto que me llamó la atención , no se veía nada solo un poco de un pecho bien marcado y un cuello largo. No dude en escribirle y al instante recibí una respuesta, no nos dijimos nunca nuestros nombres, no me pidió ni me mando una foto de él , solo conversamos cosas tontas, cosas banales, cuando quise acordar ya estaba amaneciendo, me despedí de ese pecho y cuello sin cara y me fui a dormir.
Los días pasaban y mi relación seguía igual, con la diferencia de que ya no le reprochaba nada, solo deseaba que se fuera así yo podía volver a hablar con aquel hombre misterioso.
Mi falta de interés despertó cierto tipo de atención en mi pareja, presentía que algo se venía y estaba decidido a hacer lo que fuera para no perder su vida de mentirás perfecta.
Lo primero que intento fue preparar una cena para conversar de lo que nos estaba pasando, pero para mi ya era tarde para tratar de solucionar las cosas, le dije que creía que lo mejor para ambos era separase. El llanto y los gritos se volvieron a hacer presentes con la diferencia de que de mi parte solo había una determinación y tranquilidad. Esa noche trato de acercarse a mi, trato de acariciarme y tocarme como ya no lo hacía, pero mi cuerpo no reaccionó a él.
Corrí sus manos de mi y me acomodé a dormir como tantas veces me lo había hecho él. Solo se limitó a girarse y a no decir una palabra, no emitía sonido alguno pero parecía que estaba llorando.
A la mañana siguiente siguió con su plan de querer reconciliar las cosas pero ya no había vuelta a atrás. Le dije que se tenía que ir, otra vez gritos y llantos inundaron la casa. Pero mi decisión ya estaba tomada definitivamente, prometió y juro que iba a cambiar pero eso ya lo había escuchado muchas otras veces, los cambios duraban un mes y después volvíamos a donde habíamos empezado. Le di una semana para que buscara a donde ir y le dije que durmiera en el cuarto de invitados.
Hasta el último día trato de hacerme cambiar de parecer, no falto ni una noche en casa, pero ya estaba todo terminado.
El día de la mudanza lloró, me abrazo, mi cuerpo sintió rechazo a ese abrazo forzado, me dijo que lamentaba todo lo que había pasado, que lo perdonara, asentí con la cabeza y lo vi marcharse.
Sus amigos me dijeron que estaba solo, llorando por los rincones por que nos había perdido a los dos, a mi que fui el que lo quiso bien y a  el otro que solo lo quería por un rato.
Yo seguí chateando con aquel chico que ayudo con solo unos chats a que tomara la decisión de ponerle fin a esa relación que me hacía infeliz. Después de varios meses dimos el siguiente paso y nos juntamos.
Continuará...

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