Amigos Especiales

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Era el último fin de semana del año, íbamos a salir a bailar como todos los fines de semana, el plan era el de siempre, ir al boliche, bailar, divertirnos, tomar algo y si se daba el conocer alguien irnos a pasarla bien.
Esa noche en vez de encontrarnos directamente ahí, el quedó de pasarme a buscar. A la una de la mañana ya estaba listo caminando hacia el punto de encuentro, así él no tenía que desviarse de la ruta.
Nuestra relación no era más que de amigos, nos contábamos todo, salíamos a todos lados juntos, más de una vez dormimos juntos, hasta nos habíamos cambiado uno delante del otro. Nunca pasó nada más que algún jugueteó inocente.
No voy a negar que era lindo y muy sexy, poco más que se peleaban por ver quien lo conquistaba, pero entre nosotros ese no era el caso.
El tiempo lo calcule perfecto, llegue y a los dos minutos pasó el, me subí a su auto, nos saludamos y salimos hacia el boliche conversando y riendo de todo como ya era costumbre.
La noche transcurrió espectacularmente, bailamos toda la noche, tomamos un par de copas, rechazamos un par de propuestas ya que nos estábamos divirtiendo entre nosotros y la idea no era ir de levante.
Cuando llego la hora de irnos ninguno de los dos quería que la noche terminara ahí, salimos rumbo al auto, nos subimos y nos miramos, había tanta confianza que ambos dijimos al unísono prácticamente que estábamos calientes, que no podíamos terminar así.
Por un momento paso por mi cabeza el proponerle terminar la noche juntos, pero no estaba seguro ,tal vez lo tomaría mal y las cosas no terminaban bien pero lo descarté debido a la gran confianza que nos teníamos. Se ve que el estaba pensando lo mismo ya que casi al mismo tiempo nos hicimos la propuesta.
Ambos accedimos con la condición de que nada cambiara entre nosotros después de esto. Yo había recibido comentarios de que él lo hacía muy bien y el de que yo con mi boquita sabía hacer maravillas. Sabíamos que después de esto podíamos afirmar o desmentir los comentarios.
Prendió el auto y nos acercamos a un hotel, no habia lugar en ese. Pero eso no nos detuvo, llegamos a otro y encontramos lugar.
Entramos a la habitación y estábamos nerviosos, por más que nos hubiéramos visto miles de veces desnudos o hablado ochocientas millones de veces de sexo no era lo mismo lo que íbamos a hacer, nuestra amistad iba a pasar a otro nivel del cual no había vuelta atrás.
Lo primero que hicimos fue sacarnos los championes y las remeras. Nos tiramos en la cama, uno al lado del otro.
Ya no aguantaba esta situación y di el primer paso, acerque mis labios a los suyos, nuestras bocas instintivamente se fusionaron en un apasionado beso. Era la primera vez que nuestras lenguas se encontraban y la sensación les encantaba. La intensidad de los besos fue subiendo lo mismo que la temperatura y nuestras entrepiernas parecían explotar.
De un salto me tire de la cama solo para tomar la cintura de su Jean y llevarlo a el hasta el borde de la cama. Mirándolo a los ojos con una de mis manos comencé a desprender los botones que tenían presa aquella enorme ereccion que al contacto de mi mano parecía volverse más dura. Cuando por fin pude liberar todos los botones ,de un tirón le saqué el pantalón junto con los bóxers.
Su verga salió como desesperada buscando un poco de acción. Sus ojos no se apartaban de mi, quería ver mi próximo movimiento.
Yo no podía creer lo que estaba viendo y lo que estaba a punto de hacer, nunca había visto esa pija en todo su esplendor.
Me deslicé suavemente sobre su cuerpo dejando mi cara a la acultura de esa flecha que me apuntaba para que me la comiera.
Acerque mis labios sin dejar de buscar sus ojos con los míos, saqué mi lengua y la probé. Su sabor era delicioso debido al pre-cum que salía. Estuve un rato pasando mi lengua y el suspirando hasta que no aguante y de un solo movimiento la metí entera en mi boca. La sacaba y la llevaba hasta el fondo de mi garganta. Hacía presión en mi campanilla tratando que entrara más, el se retorcía de placer y yo igual.
Estuve un buen rato así hasta que me separo de su fierro ardiente y me beso. Creo que si seguía con mis movimientos lo iba a hacer acabar.
Besándonos me posiciono sobre su cuerpo, bajo mi ropa solo para darse cuenta que mi ropa interior estaba toda mojada de lo exitado que estaba, metió su mano y la mojó con mi exitacion, abrió la boca y saboreó sus dedo con mi sabor. Me termino de arrancar la ropa. Volvió a mojar sus dedos en mi para limpiarlos en mi boca y besarme ferozmente.
Mi sabor nos extasió más aún.
Salive mi mano y la lleve a su miembro otra vez para masturbarlo, el hizo lo mismo pero llevó su mano bien lubricada hacia mi entrada, se puso a jugar con ella y con la calentura que estaba manejando entraron sus dedos sin problema. Seguimos besándonos y jugueteando hasta que no dábamos más.
Separamos nuestras bocas y baje a saborearlo otra vez para dejarle toda mi saliva en su falo.  Pase mis piernas una a cada lado de su cuerpo y acomode su masculinidad en mi entrada, casi sin presión entro su cabeza y con una sola estocada ya estaba dentro de mi por completo.
Empecé a menearme mientras el me tomaba de las caderas. Nos estábamos disfrutando a más no poder. De repente salió por completo de mi y volvió a entrar. Enterrándose completamente en mis adentros. Lo repitió un par de veces y en una salió completamente y se corrió de abajo mío. Se paró en la cama y me dio su verga para mamarla y lubricarla una vez más, me beso con nuestros sabores y se puso detrás mío. Me subió las caderas y me ensarto de una otra vez. Me estaba dando de perrito, parecia que en esa posición llegaba más al fondo de mi.
En la habitación solo se escuchaban los golpes de su cadera contra mis nalgas.
Los gemidos fueron en aumento al igual que su velocidad. Comenzó a bufar y sabía lo que se venía. Enderece mi espalda para sentir su pecho. Los movimientos cada vez eran más bruscos y con una mano agarraba su cuello y con la otra me masturbaba. El solo tomaba mis caderas y hacía más presión para llegar más adentro.
Sus bufidos eran más fuertes y eso me ponía más caliente, sabía que estaba a punto de llegar y yo igual. Sin previo aviso gimió más fuerte que antes y sentí como su volcán hacía erupción dentro mío. Sentía como su líquido caliente me bañaba y de mi pija lubricada por mis jugos empezó a brotar toda mi semilla.
Se apretó más a mi para no salir y sentía como su miembro latía dentro de mi. Caímos boca abajo en la cama y el no quería salir de mis adentros.
Estuvimos un buen rato así hasta que nuestros corazones volvieron a su ritmo habitual.
Desconéctamos nuestros cuerpos y nos volvimos a besar.
Nos duchamos juntos entre risas , nos vestimos y volvimos a su auto.
Me trajo a casa y en la despedida nos dimos un beso en el cachete. Nos agradecimos por la excelente noche que habíamos pasado.
Desde ese momento nuestra amistad se hizo más estrecha. No lo volvimos a repetir, pero sabemos que cuando hay necesidad nos tenemos el uno al otro.

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