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Todo empezó en un boliche, lo vi y no pude alejarme de él, sin saber que iba a romperme el corazón como nunca nadie lo había hecho.
Una noche cómo cualquier otra estaba divirtiéndome con mis amigos y lo vi. Era el chico más apuesto de todo el lugar, tenía una onda medio flogger pero eso no me molestaba. Estaba bailando con un grupo de amigos. Lo empecé a observar al punto de ser acosador, estaba pendiente de cada uno de sus movimientos. El se dio cuenta y de vez en cuando me dedicaba una sonrisa y una mirada. La noche transcurría y ninguno daba el primer paso. Salí solo a fumar y lo deje ahí en la pista. No sin antes darle una última mirada. Al parecer eso sirvió ya que a los cinco minutos lo tenía a mi lado pidiéndome fuego. Mi corazón parecía que iba a salirse de mi pecho. Cuando le preste mi encendedor su mano acarició la mía y me pregunto cual era mi nombre. Yo le pregunte el suyo y me lo dijo. No conocía a nadie con ese nombre. Conversamos un poco y su cuerpo se acercaba más al mío, cómo si fuéramos un imán. Antes de terminar el cigarro nuestras bocas ya estaban fundidas. Nos quedamos ahí afuera hablando y besándonos olvidándonos de nuestro alrededor. Cuando quisimos acordar estaban nuestros amigos buscándonos para irnos. Intercambiamos números y quedamos de vernos en la semana.
Ni bien se fue ya nos empezamos a escribir. Hablamos sin parar todo el domingo, y el lunes, el martes lo invite al cine, ya que quería ver una película de terror y ninguno de mis amigos me querían acompañar. Accedió sin problemas y hasta me dijo que si cada era cerca del cine.
Yo estaba súper nervioso y creo que el también, llegue un rato antes y compre las entradas, el llego y me saludo con un beso en la boca. La verdad no lo esperaba pero me encanto. Entramos al cine y mientras comíamos pop nuestras manos se rozaban permanentemente. Cuando se acabo apoye mi mano en el apoyabrazos y sentí como el lentamente acercaba la suya a la mía, terminamos de ver la película tomados de la mano y besándonos apasionadamente.
Salimos del cine y me dijo si no lo acompañaba a su casa, en el camino me tomaba de la mano y cada tanto paraba para besarme.
Al llegar a su portal estuvimos besándonos un buen rato y me dijo que no quería que me fuera pero que no podía pasar por que vivía con un amigo y estaba estudiando. Yo le creí ya que no tenía por que mentirme en nada si recién nos estábamos conociendo.
Las semanas pasaban y cada vez nos veíamos más, prácticamente todos los días, siempre nos juntábamos en algún lado. Nunca en su casa.
Nuestros encuentros cada vez eran más intensos, nuestros cuerpos ya querían más que unos besos apasionados.
Una de esas noches a estando en el portal de su casa mientras nos besábamos apasionadamente nuestros cuerpos se refregaban intensamente y se notaba la exitacion a lo que me tomo la mano y la llevo a su entrepierna, por arriba del pantalón se sentía el calor y el grosor de su miembro. No dudé en acariciarlo y tratar de meter mis dedos por la cintura de su pantalón. Note cómo sus ojos se encendían y sabía que no iba a quedar así.
Tomo mi mano y me arrastro hasta la rambla prácticamente sin decirme ni una palabra. Se sentó mirando hacia el horizonte y me invitó a sentarme en el suelo entre sus piernas.
Se agachó a besarme nuevamente y desprendió su pantalón dejando libre su herramienta. Con una mirada me invitó a disfrutarla.
Acerque mi nariz a sus bolas para poder deleitarme con su olor. Hundí mi nariz y respiré fuertemente, tracé un rastro desde sus huevos hasta la punta de su verga. Veía cómo sus ojos no se separaban de mis movimientos.
Al llegar a la punta abrí la boca muy lentamente y le di caños con mi aliento, su mirada era cada vez más penetrante. Sabía exactamente lo que él quería que hiciera y eso fue lo que hice. Abrí un poco más mi boca y lentamente introduje toda su masculinidad en mi boca, haciendo fuerza para que entrara por completo, sin dejar de observar sus ojos. Parecía que eso lo ponía más caliente aún. Primero entraba y salía despacio pero al pasar el tiempo cada vez lo hacía más rápido y fuerte. En medio de una estocada la sacó toda y se volvió a agachar para juntar nuestras bocas mientras me tomaba de la nuca. Su lengua parecía que necesitaba más de mi. Antes de separar nuestros labios me escupió adentro de la boca. Al hacer eso ya sabía lo que se venía.
Me agarró más fuerte la nuca y me enterró la pija hasta el fondo de la garganta a lo animal, la sacaba y la metía toda, parecía que me iba a hacer un agujero en la cabeza pero me encantaba. No tardo mucho en venirse en mi boca, sentí toda su semilla caliente inundar mi boca, su sabor era exquisito. Mientras el seguía retorciéndose de placer yo seguía tragando y limpiando todo rastro de su escénica con mi lengua. Cuando recobró un poco el aliento me beso con pasión, sintiendo su sabor en mi boca. Bajo su mano a mi entrepierna y libero la ereccion prisionera que tenía. Al liberarla noto como estaba totalmente mojada. Con su mano recogió un poco y se lo llevó a su boca. Se deleitó con mi sabor y me volvió a besar mientras bajaba su mano y con mi lubricación me masturbaba. Yo estaba tan caliente por lo sucedido y la situación que enseguida me vine. Mis fluidos chorreaban por su mano no dudo en limpiarlos con su lengua. Cuando dejó limpia totalmente su mano nos volvimos a besar y me dijo - me volves loco, me encantas- . No pude evitar sonrojarme y decirle que a mi me pasaba lo mismo. Nos arreglamos la ropa y volvimos al portal de su casa a despedirnos.
Estuvimos un buen rato besándonos hasta que ya era hora de irme.
No había llegado a mi casa aún cuando ya tenía un mensaje de él diciendo que me extrañaba ya, que si nos veíamos mañana. No pude evitar sonreír como un tonto y decirle que si. Definitivamente me estaba enganchando de él.
Los días iban pasando y nuestros encuentros eran todos los días, siempre terminaban en sexo en la vía pública. La relación iba poniéndose más formal pero nunca conocía a nadie de su entorno y nada más que la puerta de su casa...

Continuará....

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