Tommy

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Ya habíamos estado juntos hacía muchos años, la habíamos pasado muy bien o al menos era eso lo que yo recordaba, recordaba que el color de su piel bronceada hacía contraste con mi cuerpo tan blanco y su enorme masculinidad junto con su calor.
Lo vi y mis pensamientos me levaron a aquella noche, a sentir el peso de su cuerpo en mi espalda en el balcón. Mis ojos se clavaron en los suyos y me mordí el labio. El lo noto y sintió un poco de incomodidad ya que estaba con su pareja y estábamos en la boda de uno de uno de nuestros mejores amigos.
Para sorpresa de ambos nos sentaron en la misma mesa, era la primera vez en años que estabamos tan cerca uno del otro.
Después de esa noche no contesté ninguno de sus mensajes ni lo volví a ver. Mientras estábamos disfrutándonos de sus labios se escapo un te quiero y eso me paralizo, no estaba preparado a qué me rompieran el corazón una vez más , y eso era lo que iba a suceder con él.
Nos ubicaron uno al lado del otro, cuando nos saludamos nuestros cachetes nos dieron una descarga de electricidad que todos se dieron cuenta y se rieron a carcajadas. Nos limitamos a sonreír y a tratarnos cordialmente y decirnos cuanto tiempo sin vernos. Me presento a su pareja y nos sentamos en los lugares designados.
La noche transcurría y sin darnos cuenta nuestras piernas estaban una apoyada sobre la otra. El calor de su cuerpo me llevo de regreso a esa noche y al momento de la despedida, el sin remera en la puerta con cara de perro mojado y yo dándole un beso en los labios sabiendo que era la última vez y sintiendo que el lo presentía.
El agarre de su mano fuerte en mi pierna me saco de mis pensamientos, me pregunto si estaba bien a lo que asentí con la cabeza y mire sus ojos. Nos quedamos así unos segundos y ambos apartamos la mirada, sabíamos que si seguiamos así nuestros labios se iban a juntar.
Después de ese momento incomodo juntamos más nuestras piernas por debajo de la mesa. De vez en cuando acariciábamos a la disimulada la iré a del otro hasta rozamos nuestras manos más de una vez.
El alcohol nos iba deshinibiendo, nos paramos y bailamos todos juntos, mientras todos estaban distraídos nosotros aprovechábamos para apoyar una mano en alguna parte del cuerpo del otro o simplemente rozarnos.
Ya cuando estaba terminando la noche no aguante más y decidí ir a tomar un poco de aire.
Caminando por la chacara en el silencio de la noche sentí unos pasos atrás mío, sabía que era el, aminoré mi marcha y me apoyé en la baranda que trancaba el paso al lago.
Sentí como me agarró de atrás, apoyando toda su masculinidad en mi y me susurró al oído -que buenos recuerdos me traen tenerte así, pero ¿que estamos haciendo?- a lo que me di vuelta y en esa cercanía lo mire a los ojos y fundí mis labios con los suyos.
No recordaba lo bien que besaba y lo tanto que me calentaba. Yo ya estaba listo para que ese hombre hiciera con mi cuerpo lo que deseara.
Nuestro beso fue interrumpido por un carraspeo. Nos separamos y era nuestro amigo el que se estaba casando que se reía y nos decía que sabía que no nos íbamos a aguantar si nos sentaban juntos.
Me libere de su agarre me acomode mis partes que ya estaban deseando salir, el hizo lo mismo y lo abrazamos para entrar de nuevo a la fiesta.
El resto de la madrugada pasamos igual tocándonos en secreto y escapándonos más de una vez al baño para besarnos.
Cuando ya estaba por terminar me pasó su número nuevo de teléfono y me dijo al oído -lo dejo a él en su casa y voy a la tuya a terminar lo que empezaste- reí y asentí con la cabeza.
En el momento de despedirnos me abrazo fuertemente y me volvió a repetir que lo esperara despierto.

Continuara...

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