Noche de Sexo

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Nos vimos de lejos entre la multitud, yo no paraba de mirarlo y a él parecía que le encantaba. Bailaba muy cerca de alguien más , pero eso no me importaba. Mis ojos no se despegaban de él y no había nadie que no lo notara. Mi timidez no me permitía acercarme pero si contemplarlo a la distancia. Veía sus movimientos y me lo imaginaba recreándolos sin ropa sobre mi. Mis amigos me incitaban a acercarme pero no podía, el miedo al rechazo me paralizaba. Era tan hermoso y lo sentía tan inalcanzable que no me animaba. La madrugada fue transcurriendo y mis ojos no se despegaban de él. Unos tragos de más hicieron que perdiera mis inhibiciones y me dirigí directamente hacia él. La sonrisa en su rostro fue evidente. No lo pensé y ni bien llegue a su lado lo tome de la cintura y acerque mis labios a los suyos. No me negó el beso, sus labios eran tan suaves y dulces que quería más de ellos. Se separó de mi para decirme al oído - ¿por que tardaste tanto?- sentí como mis cachetes se incendiaban pero la timidez no me dominaba más, entonces me volví a abalanzar hacia su boca.
Estuvimos bailando, besándonos y tocándonos un par de horas más, su amigo ya se había ido, los míos nos observaban a lo lejos. Nuestros pantalones parecía que iban a explotar, ya nos dolía tenerlos puestos. Decidimos ir a otro lugar donde pudiéramos estar más cómodos.
Salimos del boliche, caminamos dos cuadras y encontramos un lugar oscuro y apartado.
Me empujo contra la pared y su boca se unió a la mía pero esta vez con más lujuria , sus manos bajaron directamente hacia mi bulto, lo sintieron bien duro y aprisionado, tuvieron  la necesidad de liberarlo, y así lo hicieron, desprendieron los botones con desesperación como si se tratara de un asunto de vida o muerte.
Cuando liberaron mi  erección  lo primero que hicieron fue recorrerla toda y agarrar mis huevos que hervían de la calentura que manejaba hace rato.
Comenzó a masturbarme y mi olor a hombre llegaba hasta nuestras narices, eso parecía que lo exitaba más.
No lo dudo y se agacho para saborear mi hombría, la metió entera es su boca solo para sacarla, olerla y refregarsela por la cara. Busco mis ojos y me dijo- como me calienta tu olor a macho- no es que no estuviera limpio, sino que el calor del boliche y la exitacion me habían hecho sudar.
Me la estaba comiendo como nunca nadie me lo había hecho. El calor de su boca y lo suave de sus labios era el combo perfecto. Sabía exactamente lo que estaba haciendo y me enloquecía. Cuando ya no estaba dando más de la calentura le agarre los costados de la cara, le incline un poco la cabeza hacia abajo, salí de su boca, el hacia fuerza para que no saliera pero igual salí. Abrí mi boca y le salivé la suya solo para enterrarle mi mástil hasta el fondo de su boca , como si de agujerearle la garganta se tratara, le di un par de estocadas así y parecía encantarle, la baba le comenzó a correr por las comisuras de la boca. Mis movimientos fueron subiendo de intensidad haciendo que le dieran arcadas pero eso parecía no molestarle. Estuve un rato así y ya cuando estaba sintiendo que me estaba por acabar, lo corrí , lo levante ,le di un rico beso y le dije al oído casi susurrando - No me voy a acabar sin antes probar esa colita-  se limitó solo a sonreír.
Saco mi espalda de la pared solo para poder poner sus manos en ella y dejó caer sus pantalones, dejando a la vista aquella maravilla.
Mis manos por instinto apretaron esas enormes nalgas y las recorrieron suavemente. Eran bien duras y muy suaves. Volteo su cabeza solo para ver mi cara de felicidad, y se mordió el labio.
Aprete mi cuerpo al suyo, para que sintiera mi erreccion como un a piedra caliente entre esas nalgas, suspiro y nos fundimos en un beso mientras yo hacía presión en el.
Me separe ligeramente su cuerpo solo para agacharme atrás de él, en el recorrido pase mi mentón desde su hombro hasta sus nalgas ,haciendo que la aspereza de mi barba que se estaba asomando lo erizara, así lo hizo y arqueó su espalda dejando su ano al descubierto, mis manos separaron más sus nalgas para que mi cara pudiera caber entre ellas y así poder deleitarme con esa entrada. Su sabor era delicioso, mi lengua empezó a abrirse paso en el, cada vez que mi lengua entraba lo sentía gemir y eso me calentaba más.
Estuve un buen rato jugando con mi lengua en su entrada hasta que no aguanto más y entre gemidos y suspiros me dijo - Basta por favor, clávame de una vez!- Sus palabras se convirtieron en órdenes para mi.
Me levanté lo más rápido que pude , acomode mi mástil en su puerta y entre de un empujón.
De sus labios salió un gemido que retumbo en toda la cuadra. Una de mis manos la usé para taparle la boca y la otra para agarrar sus caderas mientras bombeaba su cuerpo.
Estuvimos un buen rato así. Su interior era lo más apretado y caliente que mi verga había conocido, eso hizo que no durara mucho tiempo más.
Mis movimientos comenzaron en aumento, liberé su boca y mis dos manos se aferraron a sus caderas, mi respiración era cada vez más fuerte y mi cuerpo parecía que quería estar más adentro de él. Sus gemidos me estaban enloqueciendo, entre los movimientos y los gemidos mi exitacion estaba a mil. Trate de aguantar mi esperma pero se me hizo imposible, comencé a gemir y bañe sus interiores con mi corrida, a él parecía encenderlo más eso. Vi como su mano bajaba a su verga y comenzaba a pajearse. Su interior empezó a apretarme obligándome a salir, cuando lo hizo lo gire y me agache, quedando mi cara frente a su pija, mis ojos buscaron los suyos y justo en ese momento con su semilla baño toda mi cara. Estuvimos un buen rato mirándonos así, esperando que nuestras respiraciones se normalizaran.  Saqué un pañuelo descartable de mi riñonera para limpiarme la cara, le ofrecí uno para que se limpiara así poder vestirnos. Nos despedimos no sin antes intercambiar números y quedar de vernos.
Ese fue el primero de tantos encuentros que tuvimos...

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