Alfa Depredador (Finalizado)

Capítulo 5

Shen Dai dijo con voz profunda: —Está bien, escucharé su propuesta.

Qu MoYu asintió satisfecho. —¿Ya ha comido algo?

—Todavía no.

—Comamos antes de que usted se vaya, y cuéntele al tío Heng sus gustos.

—Está bien, gracias, Sr. Qu.

Qu MoYu se levantó y un fino aroma irrumpió en las fosas nasales de Shen Dai. Tranquilo, seco y ligeramente astringente, la espesa fragancia a madera daba una sensación de fuerza y perseverancia, la fragancia era la feromona de madera de ébano de Qu MoYu, que encajaba perfectamente con su aura propia.

El aroma evocaba recuerdos lejanos para Shen Dai.

Tres años atrás, había sido drogado e inducido a entrar en celo por su hermano mayor, que competía con él por una plaza en el Programa de Talentos, y los inhibidores que llevaba consigo habían fallado por completo, dejándolo luchar en agonía en el laboratorio, torturado hasta casi agotar su cordura, desesperado por agarrar cualquier Alfa que pudiera aliviar sus impulsos primarios.

Sus feromonas tienen una esencia a flor epifanía[1], por lo que su cuerpo tiene algunas de las características de esta. Por ejemplo, un Omega común entra en celo cuatro veces al año, durante un promedio de siete días a la vez, mientras que él sólo entra en celo una o dos veces al año, durante sólo tres o cuatro días. Por lo general, su olor a feromonas es muy débil. Colocándose una pegatina de barrera de feromonas, se vuelve tan débil que a menudo lo confunden con un beta. Sin embargo, una vez que entre en celo, la concentración de feromonas es varias veces superior a la de un Omega normal. Las dosis de inhibidores que utiliza cuando está en celo son mayores de lo normal y cuando está drogado se excita tanto que no puede controlar su cuerpo.

En ese momento, sintió que estaba condenado, en un lugar público, y en el laboratorio donde trabajaba, su cuerpo, su futuro, su reputación, su dignidad, su todo, sería destruido. El fragante aroma de flor epifanía, ha llegado a la mitad del instituto de investigación, y varios Alfa estaban a punto de perder el control, y se habrían precipitado inmediatamente si no fuera por la interrupción de varios compañeros Beta.

En ese momento, dió la casualidad de que Qu MoYu estaba recorriendo los institutos de investigación del Grupo, el joven heredero de 21 años, que acababa de regresar de una universidad extranjera de alto nivel y había entrado oficialmente en la empresa para perfeccionar sus habilidades. Sólo un Alfa de rango S, que había sido entrenado en el duro control de las feromonas desde la infancia, era capaz de resistir la tentación causada por el celo de un Omega.

Cuando Qu MoYu se acercó a él, estaba aterrorizado y ansioso, temblando de miedo, pero aferrándose a este hombre. Intentando desesperadamente sacar algo de él para qué aliviará su dolor, pero la otra parte se contuvo susurrándole tranquilamente al oído. Estaba tan confuso que no podía entender nada más que el sonido de un arroyo de una montaña gorjeando a través de él, aliviando un poco su ansiedad.

Entonces olió la feromona de madera de ébano, poderosa, tranquila, tolerante y digna, llegó instantáneamente su cerebro, purgando su alma, como un faro en el vasto caos, con una luz elevada para guiarlo. Liberó sus feromonas felizmente para perseguir su luz, podía sentir el entrelazamiento de ambas feromonas, la rigidez y la suavidad iban de la mano. Estaba seguro de que el faro también estaba allí, a pesar del viento y la lluvia, y él dudó y vaciló por un tiempo, pero al final lo estabilizó y lo suprimió con feromonas. Luego, sintió un hormigueo en la nuca, y Qu MoYu le dio una marca temporal para calmar su confusión, esperó a que el departamento de seguridad especializado en el manejo de emergencias le diera un sedante.

Si no hubiera experimentado esta profunda desesperación, Shen Dai no se hubiera dado cuenta de este fuerte vínculo con la persona que lo redimió. Qu MoYu solo le dio una marca temporal, pero esta marca siempre ha estado grabada en su corazón. Es solo que él sabía que los dos nunca se volverían a encontrar después de eso, y él era demasiado viejo para soñar, solo lo consideró como una aventura, enterró su corazón y lo miró desde la distancia con un sentimiento de alegría.