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El mundo se había vuelto una locura.

Tres bombas en dos días habían explotados por los alrededores llevándose con ellos a un par de víctimas.

La cosa es que ya ha salido la información en las noticias y todo el mundo cree que su vecino es un terrorista hasta por cortar el césped.

Llegamos al lugar indicado de la emergencia.

Un patio del colegio donde había una mochila que no tenía dueño.

— Un profesor la ha visto después del recreo— nos informa Athena mientras apiñamos a los niños detrás de los camiones por precaución— No es de nadie.

— Pero no es un paquete— dice Buck, ya que las bombas habían sido entregadas como si fuera un paquete de correos.

— Quizás haya cambiado su modus operandis— aporta Chim.

— O quizás ha animado a más pirados— añado encogiéndome de hombros.

Vemos como un agente de la unidad de explosivos se acerca a la mochila

— Atención a todas las unidades— dice el jefe de la unidad por un megáfono— Todos cubríos la cabeza.

Todos hacemos caso tomando como cobertura los camiones.

Después de una cuenta atrás, podemos escuchar una explosión.

— La sustancia parece ser una pasta grisacea— informa el agente.

— Es atún— una voz aguda se hace presente.

— Emily— habla la profesora— ¿Era tu almuerzo?

— Sí

— ¿Por qué no has dicho nada?— preguntá Athena

— No me gusta el atún, ¿Estoy detenida?

No es hasta que nos alejamos de los niños que dejo salir mi risa, mezcla de los nervios y la situación

— Estás falsas a alarmas son casi más agustiosas que las auténticas— dice Chim

— Quizás todo sean falsas alarmas y esto ya se haya acabado— sugiere Buck

— Quizás— asiente Hen antes de golpear mi hombro.— Deja de reírte.

— Es que hemos explotado una mochila con atún— digo entre risas.— Ha sido tenso y absurdo

Finalmente, todos acaban riendo dándome la razón.

[...(^^)...]

Más emergencias aparecería ese día.

Un hombre que se enganchó con su pelo en el motor de su coche y una chica influencer que tenía gusanos en la piel

Pero ahora la misión actual era solo para Buck y para mí.

— La cocina está amueblada y la encimera es de cuarzo— nos explica la mujer de la inmobiliaria— El dormitorio es espacioso y está en el piso de arriba y tiene buenas vistas, no tiene precio.

— Pero tú se lo has puesto— señala Buck.

— Se puede regatear.

— Nosotros somos buenos regateando, ¿Verdad?— me mira Buck, yo asiento.

— Me gusta— digo— Tiene una distribución abierta, moderna y nada recargada, tiene potencial.

— ¿En serio?

— Ya podrás vivir como un adulto.

— Sería mi primer piso para mi solo— informa el rubio a la mujer que nos observa.

Burning Love [911- Evan Buckley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora