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(Inicio temporada 4)

Una pandemia llegó a todo el
mundo.

Lo que se resumía en todos encerrados en casa por una temporada y luego pudimos salir pero con mascarillas.

Lo bueno de ser parte de los bomberos es que al ser un servicio de protección pública, podíamos salir aún en esa cuarentena.

¿Recordais que después de que Evie se fue dijimos que íbamos a tener intimidad? Pues nos equivocabamos.

Entre otras noticias importantes para el equipo, a parte de nuestro compromiso, Maddie estaba embarazada, lo que la convierte en persona de riesgo y, como los bomberos nos pasamos el día en la calle, Chim se ha instalado en nuestro piso.

— Echo de menos la cafeína— dice Maddie por la videollamada, supuestamente es con Chim pero como en esta casa la única pared que separa es el baño, oíamos todo— Es decir, estamos durmiendo muy bien, las náuseas matinales se fueron, estamos en el paraíso pero realmente necesito una taza de café por la mañana.

— Bueno, eso ya no forma parte de tu desayuno— informa Chim.

— Té de menta— aparece Albert, quién estabas cuidado a Maddie

— Me tomaré una por tí, hermana— paso por detrás de Chim para acercarme a la cafetera.

— El médico dijo que podía una— la embarazada mira a Albert que asiente y desaparce.

— Maddie, yo soy el padre...

— Te refieres a ciberpadre— Buck se acerca a mí y yo le extiendo una taza de café.

— Id a meter vuestras caras en vuestro propio FaceTime— se queja Chim.

— No me hace falta— Buck pasa su brazo por mi hombro— Porque mi prometida está conmigo— marca la palabra prometida antes de dejar un beso en mis labios.

— Iugh— suelta Chim

— Eddie y Hen volvieron a sus casas hace meses— me quejo

— Tu eres el único que sigue con la conspiración de la Guerra Mundial y no nos deja vivir una vida de prometidos de cuarentena

— ¿Prometido de cuarentena?— pregunta Maddie a su hermano.

— Sí, esos que como no pueden salir de casa tiene sexo hasta en la encimera de la cocina.

— Iugh, otra vez/¡Buck!— hablamos Chim y yo a la vez, yo de regaño añadiendo un golpe de mi codo en su costado.

— Creo que voy a tomarme una ducha, nuestro turno empieza en una hora y salimos en treina minutos— informa el rubio antes de mirarme— ¿Me acompañas?

— Me vendría bien una ducha— sonrío.

Me despido de Maddie antes de ir tras mi prometido para ducharnos con algo más por medio, ya que, como he dicho, era el único sitio que tenía paredes que lo aislaba del resto de habitaciones.

Prometido, que bien suena.

[...(^^)...]

Un autobús incrustado en un edificio, pero en la sexta o septima planta, algo que no crees que pueda pasar hasta que lo ves.

Subimos rápidamente para empezar con el trabajo

— Al menos no es un tsunami— escucho decir a Eddie cuando el resto bajamos del ascensor, ya que él y Buck iban más arriba

Me asomo a una de las ventanas rotas del autobús donde encuentro a un chico recitando algo.

— Soy Annie, ¿Cómo te llamas?

Burning Love [911- Evan Buckley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora