Burning Love [911- Evan Buckley]

65.1

Evan estaba en coma en la UCI para que su cuerpo se centre en recuperarse.

Mi cuerpo se había plantado en uno de los sillones de la habitación sin intenciones de levantarse.

— ¿Por qué no vas a casa, Annie?— Chim y Eddie entran en la habitación.

— Porque no pienso entrar en mi casa sin él.

— Aunque sea cambiarte de ropa, quitarte el uniforme y ponerte algo cómodo, yo te acompaño, Chim se quedará aquí con él.

— Ve, Annie, come y cámbiate de ropa, lo necesitas, no harás nada por Buck si acabas en una cama

Yo suspiro mirando a ambos antes de levantarme para ir tras Eddie.

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— No debería de haberme ido, lo siento— me lamento acarciando su mano

Los pulmones de Buck habían dejado de funcionar.

Ahora estaba conectado a una máquina que filtraba su sangre para darle oxígeno.

— He visto a Seraphine, está con Carla, ambas se quedan en casa para que no sea abrumador para nuestra pequeña— suspiro— Te echo de menos, te echamos de menos, queremos que vuelvas pronto, por favor, no me dejes sola, no voy a poder con esto, no puedo perderte.

La puerta de la habitación se abre y, mientras seco mis lagrimas, mi ceño se frunce al ver a Eddie y Chris, ya que los niños no pueden entrar en la UCI.

— No he podido decirle que no— Dice Eddie al ver mi cara extrañada.

Ambos observamos como Chris se acerca a la cama, por mi propio instinto, entrelazo una de mis manos con la de Eddie buscando un apoyo.

— ¿Está durmiendo?— pregunta el niño.

— Algo así, es para que las máquinas hagan bien su trabajo hacen que se sientan mejor— contesto con el nudo en mi garganta.

— ¿Qué son esos tubos?

— Ayudan a darle oxígeno a la sangre de Buck

— ¿Puede oírme?

— Apuesto a que sí.

Noto las lágrimas de Eddie, así que me levanto y le abrazo, necesitábamos ese apoyo

— Hola, Buck, soy Christopher, sé que estás enfermo pero solo es temporal, te pondrás bien, eso es lo que están haciendo las máquinas, haciendo que te mejores, pero dónde quieras que estés, tienes que volver, dónde sea que estes, tienes que volver.

Mis lágrimas no dejan de salir cuando el niño finaliza su discurso.

Tiene que volver

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Despierto cuando escucho movimiento en la habitación.

— No quería despertarte— dice Bobby.— Eddie está fuera, ¿Por qué no vas con él a descansar? Seraphine necesita a su madre

— Seraphine necesita a su padre también— mi voz se quiebra— Yo necesito a Buck

— Él va a estar bien, Annie, dentro de poco lo tendrás en casa diciendo tonterías y haciendo aún más tonterías.

Yo sonrío un poco entre mis lágrimas.

— El otro día te vi con el rosario de cuentas, ¿Crees que puedas enseñarme? No soy católica pero creo que a veces hay que sostenerse de algo que te de fe.

Él me sonríe antes de sacar el rosario y enseñarme a usarlo.

De alguna manera, me relaja

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