24. "Nuevo hogar"

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—¿Estás seguro, padre?— preguntó Sasuke, sosteniendo las manos cayozas del anciano entre las suyas.

—Es mejor así— contestó —Cuidaré la granja, pero ustedes serán bienvenidos siempre.

—Gracias,— él se lanzó a sus brazos —gracias por todo, sin tí, no hubiésemos podido llegar.

—Es lo menos que podía hacer para saldar el daño que les hice— dijo con remordimiento —Espero que seas feliz en tu nuevo hogar.

—Lo será— exclamó Naruto, acercándose a ellos. Aún tenía su abdomen vendado, pero a pesar de los regaños de Sasuke, se había puesto de pie. Estrechó la mano que el anciano le ofreció y luego lo vieron marchar en la carreta.

A orden del Alfa, varios lobos y caminantes entraron al bosque de Hermitage, buscando un lugar ideal para su guarida. Mientras los demás hacían una camilla improvisada para trasladar al Beta por los difíciles senderos. Kiba había despertado esa misma mañana, cuando en el horizonte apareció la gran muralla de árboles. Lo bajaron de la carreta y lo recostaron contra una roca plana, sobre algunos fajos de pieles. La herida era grande sobre su abdomen. Múltiples proyectiles de plomo habían perforado su piel en el disparo que recibió, haciéndolo perder mucha sangre. Tenía suerte de seguir con vida.

Sasuke y Naruto se acercaron a él, quien en ese preciso momento acariciaba el rostro de Hinata de una manera muy dulce.

—¿Cómo puedes seguir vivo?— bromeó el Alfa, llamando su atención. Kiba soltó una risita, seguida por una queja de dolor.

—No moriré antes que tú— respondió y entrelazó los dedos con el Alfa, apretando su puño en un gesto de hermandad —Me alegra ver que atraparon tu corazón— dijo en tono divertido y miró a Sasuke.

—Primero fué mi pata— soltó una carcajada, y protestó por el golpe que el Omega le dió en el brazo.

—Tienes que contarme la historia en detalles.

—Lo haré.

Los lobos volvieron a la mañana siguiente, y al momento se pusieron en marcha hacia el lugar que habían encontrado. Después de cuatro horas de camino, haciendo pausas para descansar, llegaron a una pared de roca cubierta de líquenes y musgo. Justo detrás de una placa falsa natural, estaba una estrecha entrada a la caverna. No les fué problema atravesar la oscuridad gracias a su buena vista, pero el camino era un poco difícil. Había que bajar varios metros y luego volver a subir par de veces, hasta llegar a una zona amplia y con un tragaluz enorme, en el que se veía el follaje de los árboles, muchísimo más arriba.

El suelo no era totalmente plano, pero la roca caliza era sencilla de transformar y con un poco de trabajo, quedaría perfecto. Habían más cuevas en el lugar, no las suficientes para todos, pero podían escavar las demás. En sí, encontraron el citio perfecto.

—Éste será nuestro hogar— anunció el Alfa, parado sobre una roca a la vista de todos —Empezaremos nuestra nueva vida, sin olvidar a los hermanos caídos y honrando su memoria con paz y prosperidad.

La cueva de los dos quedó hermosa. Naruto la había ensanchado, un trabajo agotador, pero ahora la camara tenía espacio suficiente para la familia que planeaban formar. Según el Alfa, al menos cinco hijos. Sus días eran ocupados, pero llenos de sonrisas y alegría.

Hermitage era precioso, muy parecido a Wyshwood, pero más soleado y colorido. Tenía múltiples riachuelos y muchísimas cascadas. Donde el bosque era sano abundaban las presas, así que no tuvieron problemas en alimentarse.

Los lobos de la zona fueron sometidos por el Alfa y se unieron a la manada, haciéndola aún más grande y próspera.

Sasuke observaba la Luna llena a través del pequeño tragaluz en el techo de la cueva, donde Naruto lo había llevado. Estaban apartados de los demás por varios kilómetros, porque esa noche, bajo el redondo y blanco astro, él completaría su ritual para convertirse enteramente en un caminante.

LOBO REY (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora