Toda la noche estuvo nervioso y pensando en lo ocurriría al día siguiente. Sasuke no era nada tonto, de hecho, podría ser el chico más brillante de Whitney, y aunque no tenía experiencia en la cama, sabía que era un gran paso. Ya nada sería igual después de eso. Pero había algo que lo hacía aún más trascendente que entregar su cuerpo a otro hombre: al estar con el Alfa de los caminantes, él también se volvería uno de ellos.
Tendría que dejar a su padre atrás y a la ciudad. Lo último no le molestaba en absoluto, amaba el bosque y a la manada. Sentía que ya formaba parte de esa familia de lobos y éstos contribuyeron mucho a que así fuese. Las palabras cariñosas de las mujeres y las atenciones, la protección y caballerosidad de los hombres, aunque ninguno de ellos se le acercaba demasiado por respeto a Naruto. De igual manera siempre se sentía bienvenido y querido en la guarida de la jauría.
Pero, ¿y su padre? En el último mes apenas y se dirigían un par de palabras al día. De igual manera, él le explicaría que tenía que marchar. Estaba seguro de que se llevaría una buena cachetada, un pequeño precio por ir en busca de su felicidad.
Lo esperó esa noche, con su estómago apretado y ensayando una y otra vez el discurso que diría, pero no llegó. Pensó que podría haber ido a beber con algunos conocidos, así que no le dió importancia y se acostó.
Y tal como había predicho, el viejo entró casi al amanecer, tambaleándose. Se dejó caer en el suelo, incapaz de subir las escaleras hasta el altillo. Sasuke se levantó y se preparó para salir, antes de marchar se arrodilló junto a él y lo sacudió un poco, para que espabilara.-Me voy, padre- anunció -No pienso volver. Espero que tengas una buena vida- se puso de pie con rostro estoico.
-Sasuke...- murmuró mareado.
No fué precisamente una despedida en todo el sentido de la palabra, pero se había evitado al menos la reprimenda. Miró atrás antes de cerrar la puerta, escrutó la pequeña casa donde había vivido el último año y luego a su padre, borracho en el suelo de piedra. Suspiró profundamente y se marchó.
La anciana Chiyo lo recibió con su respectiva mala cara y un trapeador mojado en la mano. Había pensado que sería mejor salir por el túnel que por la entrada principal, para evitar ser visto entrando al bosque en pleno día.
-Ve a limpiar la habitación de Lord Danzo, desde hace un rato está pidiendo por tí- regañó la vieja, mirándolo de arriba a abajo con desprecio. A lo mejor ya creía que Sasuke había caído en las manos de aquel anciano sucio. Él solo sonrió y tomó el trapeador.
Un chico escocés y determinado, aunque pobre, no se rebajaría de esa manera. Y sobre todo porque, si tenía que caer en las garras de alguien, serían en las de un lobo.
Se dirigió al sótano y dejó el trapeador donde primero le pareció. Rodó el aparador, entró al túnel y soltó un gran suspiro al llegar al bosque. Mientras más se acercaba a la guarida, más ansioso se ponía. Apretaba los puños y se mordía el labio en repetidas ocasiones. Por más que quería imaginarse lo que pasaría, no podía. Algunas caricias furtivas y besos ardientes no era comparados a sumergirse en el acto completo del apareamiento.
-Ésto va a doler...- murmuró para sí mismo y su voz sonó más alta en la soledad del bosque.
Totalmente decidido y un poco eufórico ante el enorme cambio, entró a la guarida de los caminantes. Habían como de costumbre varios lobos durmiendo alrededor de los carbones aún rojos de la fogata nocturna. Observó a Tenten entre ellos, con su pelaje marrón oscuro. Levantó la cabeza y se le acercó para olfatear sus piernas y luego mirarlo a los ojos. Él le acarició detrás de una oreja y luego vió a Gaara en su forma humana, con la niña de Hinata en brazos.
-¡Sasuke!- saludó con alegría -Que extraño verte tan temprano por aquí.
-Sí, sucedió algo... Después te contaré- el pelirrojo asintió -¿Dónde está Naruto?- preguntó, ya se le hacía raro que no haya salido a recibirlo.
-Aún no ha regresado. Desde anoche, él, Hinata y Lee, salieron de cacería...- explicó.
-¿Por qué han demorado tanto?
-Últimamente hay pocas presas en el bosque- murmuró -Se llevó a los mejores cazadores, pero si aún así no han logrado atrapar algo, la situación es más grave de lo que parece.
-Pero si hasta hace unas semanas todo estaba bien...
-Es que... Será mejor que se lo preguntes al Alfa- sonrió en disculpa.
-De acuerdo- Sasuke lo dejó estar por el momento -Iré a esperarlo en su cueva.
-¿Mmh, metiéndote en la guarida del lobo?- el doble sentido de las palabras de Gaara, era evidente. Sasuke enrojeció ante el comentario, pero solo se apresuró a alejarse de él.
Atravesó la larga y oscura entrada hasta ver la luz de las antorchas al final, en la habitación redonda dinde descansaba el cuerpo humano de Naruto, sobre el lecho de pieles suaves. Su piel bronceada se tornaba en un dorado suave por la acción de la luz del fuego. Como era costumbre en él, llevaba el torso desnudo. Sus pantalones estaban ligeramente desatados al costado de su cadera y su rostro se encontraba cubierto por mechones de cabello rubio.
Sasuke se sentó junto a él y despejó su cara para observarla. La expresión era totalmente relajada, incluso sus labios estaban entreabiertos. Palpó la suavidad en ellos, recordando las múltiples ocasiones en las que se habían besado. Luego sus ojos se desviaron hasta su pecho, los músculos de sus costillas, la estrecha cintura, un atisbo de su muslo a través del cordón desatado de su pantalón. Aunque tuviese la forma de un hombre, Sasuke solo podía describirlo como un animal salvajemente hermoso, porque cada rasgo, gesto, hasta su respiración y latidos más lentos, lo hacían diferente ¿Cambiaría él de igual manera?
Tragó saliva cuando sus impulsos lo llevaron a deslizar un dedo sobre su cadera, hacia arriba y luego colocar una mano en su pecho cálido. Entonces, una luz dorada a su espalda iluminó todo, sobresaltándolo. El espectro del lobo se sumergió en el cuerpo de Naruto y éste abrió sus ojos azules, mirándolo fijamente.
-¿Ya no puedo estar seguro ni en mi propia cueva?- preguntó en tono juguetón, mostrando uno de sus colmillos en una sonrisa ladeada.
-Yo... solo, acabo de llegar- balbuceó nervioso ante su presencia y se alejó un poco.
Él tomó su mano, acariciando el dorso con su dedo pulgar y luego la llevó hasta su boca para darle un beso en la palma.
-¿Qué hace mi Omega tan temprano en la guarida?
-Eh...- él lo miraba expectante -Quiero...- ¿Cómo le diría que quería entregarse a él, sin sentir tanta vergüenza? -Quiero... ser un caminante- Naruto abrió enorme los ojos y contuvo la respiración.
-¿Estás seguro?- se forzó a preguntar, apretando las pieles en su lecho ante los primeros embates de su instinto.
-Sí, yo... estoy seguro.
-Ya no habrá vuelta atrás.
-Lo sé.
-Serás parte de la manada.
-Lo sé.
-Me pertenecerás.
-Ya lo hago- lo vió cerrar los ojos y mover su cabeza de manera extraña, como conteniéndose de saltar sobre él.
-Entonces, voy a montarte aquí... ahora- gruñó bajo y ronco -Quítate la ropa tú mismo, si yo lo hago... la destrozaré.
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LOBO REY (Terminada)
FanficAdaptación al NaruSasu de mi historia Wolf Spirit. En el bosque de Wyshwood habitan criaturas fantásticas y aterradoras, que Sasuke, un joven escocés y emigrante en Inglaterra, conocerá y amará. Encontrará la libertad en ese mágico lugar, pero no le...