AUTOSTOP [YoonSeok]

1a parada: Gasolinera.

La llegada del verano, con el consiguiente buen tiempo y todo un mes libre para hacer lo que quisiera, eran factores que auguraban unas vacaciones estupendas para Hoseok. No tenía grandes planes, simplemente quería alejarse de la rutina y el trabajo como agente de policía en Seúl, y lo haría regresando a su ciudad natal: Gwangju.

Dado que iba a hacer el viaje hasta Gwangju en su coche, se había preparado con antelación; consultando el tiempo que haría durante la semana para elegir el día idóneo para irse, las áreas de descanso y gasolineras donde podía parar y estirar las piernas, eligiendo cuidadosamente qué meter en las bolsas de equijape que se llevaba, comprando algún regalo para sus familiares...

Hoseok cerró el maletero con una gran sonrisa, luego inhaló y exhaló, lleno de energía para ponerse en marcha. Si todo iba según lo previsto y sus cálculos eran correctos, antes del anochecer estaría en casa.

Iban a ser unas vacaciones fantásticas.

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"Smooth like butter, like a criminal undercover..."

En la radio sonaba una canción pegadiza y Hoseok cantaba al unísono a todo pulmón, incluso bailaba un poco en el asiento.

— ¡Yeah! Hot like summer, making you sweat like that...

Hacía un rato había parado en una gasolinera para repostar y comprar refrescos, porque el agua que llevaba en el coche no estaba precisamente fría con el calor que hacía. Iba conduciendo por una carretera por la que apenas pasaban otros coches; de hecho, desde que se marchó de la gasolinera solo había visto un vehículo, un autobús escolar que perdió de vista rápidamente en la primera bifurcación con que se toparon.

— High like the moon, rock with me... oh.

El pelirrojo dejó de cantar y bajó el volumen de la radio mientras también ralentizaba la velocidad del coche, preparándose para parar. Había una persona haciendo autostop a un lado de la carretera. No había nadie más en las proximidades, ni vehículos ni gente, por lo Hoseok decidió no pasar de largo y dejar a aquel pobre tipo abandonado a su suerte en mitad de la nada. Bajó la ventana del copiloto y se asomó para hablar con el hombre.

— ¿Necesita ayuda? — preguntó Hoseok con su sonrisa más amable.

El tipo de la carretera miró nervioso a un lado y a otro antes de inclinarse para hablar con el conductor. Llevaba una gorra negra con el dibujo de una calavera y gafas de sol; su ropa era oscura en general y encima llevaba una sudadera con la cremallera subida hasta el cuello. Hoseok pensó que debía de estar asándose de calor en aquella prenda en pleno verano, pero no dijo nada al respecto. Quizás estaba resfriado o algo.

— Sí, eh... Me dirijo a Cheonan, ¿podría acercarme?

— ¡Claro! Suba.

La rapidez con que el hombre abrió la puerta y se metió en el coche asombró a Hoseok. Al tenerle más cerca, vio que sobresalían algunos mechones rubios de debajo de la gorra, lo que le recordó que él también quería teñirse de rubio aunque al final escogió un tinte rojo. Cuando puso el coche en marcha de nuevo, Seok subió el volumen de la radio, pero el recién llegado autoestopista alargó la mano y la apagó sin pedir permiso siquiera.

Hoseok no dijo nada, no quería iniciar una discusión por algo tan tonto como la radio. Tal vez al tipo le dolía la cabeza y no estaba para escuchar música, o simplemente quería hablar. ¡Claro! Era un gran momento para comenzar una conversación, aún faltaba mucho para llegar a Cheonan, que le pillaba de camino a Gwangju.