AUTOSTOP [YoonSeok]

9a parada: Carrera de motos [Pt.1]

Jungkook y Jimin vivían en un pequeño apartamento en el mismo edificio donde estaba ubicado el garaje, cinco plantas más arriba. El ascensor parecía muy antiguo y emitió un chirrido inquietante cuando subieron los cuatro, pero llegó al quinto piso sin problemas.

Había tres puertas; la de la casa de los amigos de Yoongi quedaba a la derecha del ascensor. Al salir escucharon gritos en uno de los apartamentos; desde el otro llegaba el llanto de un bebé y en alguna parte había un perro ladrando sin parar. Todos esos sonidos se mezclaban formando un caos que puso nervioso a Hoseok, pero él se esforzó por no exteriorizar su incomodidad.

— Adelante — Jimin entró el primero y los invitó a pasar. — Voy a encender el ventilador, hace mucho calor.

El apartamento no era muy grande en cuanto a metros cuadrados, pero tenía dos pequeños dormitorios, un cuarto de baño, cocina y un trastero. También había un balcón, aunque las persianas estaban bajadas y Hoseok no pudo ver adónde daba exactamente. Supuso que tenía vistas a la calle, o mejor dicho, al desguace de coches.

— Yoongi hyung y yo prepararemos la cena — informó Kook. — ¿Quieres agua o un refresco, Hoseok hyung?

— No gracias, estoy bien así.

Después de eso, Jungkook y Suga se fueron a la cocina dejando a Hoseok y Jimin solos en la sala de estar. Seok todavía estaba un poco tenso, pero aun así en esta ocasión fue él quien dio el paso para romper el hielo y comenzó con las preguntas.

— Bueno, Jimin, ¿tú a qué te dedicas?

— Soy camarero en un restaurante de mala muerte, no te lo recomiendo porque la comida es terrible. ¿Y tú?

— Soy policía — confesó, porque a esas alturas no veía motivos para mentir y Suga no le había dicho que no lo contara. Era mejor ir con la verdad por delante. La reacción de Jimin no se hizo esperar, pues le miró con los ojos exageradamente abiertos y se apartó rápido hacia el otro extremo del sofá. — No te preocupes — dijo Seok con una sonrisa conciliadora — no estoy aquí para causar problemas.

— No entiendo nada. ¿Por qué tendría Yoongi hyung un novio policía? Si los detesta...

— ¡No somos novios!

— ¿Entonces qué?

— Es una larga historia... El caso es que hicimos un trato y le estoy ayudando.

Jimin le seguía mirando con desconfianza, y por cómo abría y cerraba la boca sin decir nada, estaba claro que tenía muchas preguntas pero no sabía cuál formular primero.

— ¿Le ayudas a cambio de sexo? Eso es abuso de poder.

— ¡No! Claro que no. ¿Por quién me tomas? — inquirió indignado, a lo que el rubio se encogió de hombros.

— No sé, acabo de conocerte y todo esto me parece muy raro. Algo debes de obtener a cambio; si no, no lo entiendo. Y ese algo no puede ser dinero, porque él no tiene suficiente para sobornar a nadie.

— En efecto, no es el caso. Al principio Suga me amenazó a punta de pistola — le contó Hobi. — Luego me propuso un acuerdo que nos convenía a ambos y yo lo acepté. Eso es todo.

— Pero entonces cómo explicas que os hayáis acostado — cuestionó.

— Eso solamente pasó una vez y solo porque habíamos bebido, fue un accidente — aquello sonó como lo que era: una excusa que no terminó de convencer a Jimin. — No tuvo nada que ver con nuestro acuerdo.

— Si no lo haces por sexo ni por dinero, entonces tiene que ser por amor. ¡Lo sabía! El hecho de que mi hyung confía en ti lo suficiente para traerte aquí ya me sugería que entre vosotros hay algo más aparte de ese trato del que hablas. ¿Por qué lo niegas?