AUTOSTOP [YoonSeok]

Última parada: Epílogo.

Estaba a punto de anochecer y Hoseok ya contaba los minutos que faltaban para terminar la jornada laboral. En realidad, faltaban un par de horas todavía.

Aquel había sido otro día aburrido, sin más acción que una señora que acudió a él porque pensó que le habían robado el bolso, mas resultó que lo había olvidado en el taxi y el conductor regresó a donde la había dejado para devolvérselo.

Luego había pasado la tarde patrullando por la ciudad sin rumbo fijo, con su compañera Chaeyoung al lado, hablando de cualquier cosa y de nada. Ella se había tenido que ir más temprano y, para el final del día, Hoseok se encontraba solo en el coche policial, en un callejón vacío, esperando a que ocurriera algo en un radio de 30 kilómetros que requiriera de su actuación.

Bebió un poco de refresco que ya no podía definir como "frío", porque las bebidas no conservaban durante mucho tiempo esa cualidad en los calurosos días de verano. Hoseok suspiró, era junio otra vez.

Habían pasado justo dos años desde aquella aventura que también comenzó en un día de mediados de junio, cuando Seok se disponía a disfrutar de unas merecidas vacaciones.
Dos años desde que conoció a Suga y se despidió de él; dos años sin tener ni una sola noticia sobre el susodicho.

Hoseok había vuelto a Busan para visitar a Jimin y Jungkook unos meses después de lo ocurrido con Jaseong, cuando las cosas se habían calmado. Los amigos de Yoongi le estaban inmensamente agradecidos por haber ayudado, pero no pudieron decirle nada sobre él porque tampoco sabían gran cosa.

El azabache había pasado por allí la misma madrugada de los hechos, había mencionado que era posible que saliera del país por un tiempo, mas no sabían con certeza si realmente lo había hecho. Una cosa era segura: no estaba en la cárcel, y eso tranquilizaba a Hoseok.

Todo había ocurrido demasiado rápido esa tarde dos años atrás, cuando ya le había dicho adiós a Suga y había puesto rumbo hacia Gwangju, pero una llamada de Jungkook le hizo dar un volantazo y regresar a Daegu.

Para qué mentir, en ese momento no estaba muy convencido de si volver a buscarle o no, pero después de escuchar toda la historia, no pudo sino dar la vuelta y acelerar a fondo.

Jaseong había secuestrado a Taehyung, el primo de Yoongi, y la condición para soltarle era que este fuera a ver al mafioso. Le urgía porque había oído que su hija estaba de paso por Corea, y Jaseong estaba convencido de que si alguien podía ayudarle a localizarla, tanto dentro como fuera del país, ese era Suga.
Sin embargo, este nunca estuvo dispuesto a colaborar, con lo cual no le sería útil al mafioso por mucho tiempo... Jungkook sabía que si hacía lo que le pedía e iba a su encuentro, la cosa solo podía terminar de dos formas, y en ambos casos Suga no saldría bien parado.

Hoseok comprobó que el menor no se equivocaba, pues Jaseong habría matado a Yoongi en la fábrica si él no hubiera aparecido. Llegó algo tarde, todo había que decirlo, pero al menos llegó.

Jungkook había intentado convencer a Suga para que no fuera, pero el azabache era demasiado testarudo y no quería poner en riesgo la vida de su primo por su propia seguridad.

Kook también era terco, así que a pesar de que Yoon le prohibió que metiera las narices en ese asunto, él lo hizo. Contactó a los pocos conocidos que tenía en Daegu de cuando el mayor se los presentó en una visita que hizo a la ciudad, y les pidió ayuda; eran ocho en total.
Dos de ellos habían trabajado para Jaseong y conocían la fábrica, pero ninguno estaba tan familiarizado con todas las posibles salidas como Yoongi. Debido a ello, necesitaban tiempo para analizar y explorar el terreno para poder sacar a Taehyung sano y salvo; por eso Kook le había pedido a Hoseok que ganara algo de tiempo.