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Molly

Siento la alarma sonar y me levanto torpemente, me toco el vientre y sonrío para mis adentros, esta vez si lo logré, estoy segura. Después de hacer mis necesidades y desayunar, me arreglo y salgo rumbo a la clínica de Fertilidad. No sin antes despedirme de Pelusas, es mi gato, lleva conmigo tres años ya, es muy cariñoso y ha sido mi amigo desde que sucedió aquel suceso. Le doy unos besos de despedida y me dirijo a mi objetivo hoy.

Hoy me confirmarán de verdad con un ultrasonido si estoy o no embarazada. Estoy muy feliz, aunque esté enfrentado todo sola. No me importa, me dije a mí misma que iba a seguir adelante.

Acompañada o sola voy a cumplir esa gran ilusión que tengo desde pequeña. Ser madre, ver que se siente entregar amor y sentir el gran amor incondicional entre una madre y un hijo.

Tengo solamente veinticuatro años, pero aunque no lo crean a estas alturas he pasado por más cosas que una joven no debería haber pasado y me han dado experiencia en la vida. Y lo mejor de todo, estamos en pleno siglo veintiuno, ninguna mujer necesita de un hombre para quedar embarazada.

Bajo del auto y entro a la clínica. Veo a la recepcionista mientras camino y esta al verme palidece. Raro, hace meses que soy clienta de este lugar y a ella la considero bastante simpática.

Me acerco y veo como fuerza una sonrisa:

—Señorita Barnett. ¿Que tal está? —me dice esta al acercarme, sus ojos negros miran inquietos por todos lados.

—Hola Coldy, pues estoy muy bien hoy. Tengo turno con la doctora Mesly a las ocho —comento mirando el reloj—. Y ya son las ocho, ¿le avisas que estoy aquí mientras subo?

Sin esperar respuesta de su parte me adelanto. Hoy no estoy para escuchar el porque de su tensión. Estoy ansiosa por acabar de conocer a mi bebé.

Llego a la planta tres y toco la respectiva puerta de consultas de Mesly. Escucho un adelante y entro al lugar. Todo como hace quince días lo recordaba, veo la doctora tras su escritorio que sube la vista de unos papeles a mí.

—Hola Molly, ven recuestate en la camilla —me dice cordialmente y nuevamente siento tensión en el ambiente.

—Espero que se encuentre bien doctora, y hoy espero tener buenas noticias —agrego entusiasmada pero ella solo corresponde con un asentimiento de cabeza.

¿Habrá sucedido otra pelea de parejas infieles como la otra vez que veo a todos nerviosos?

Pues sí, resulta que la pobre Mesly siempre le toca algo distinto y cada vez que pasa algo así tan dramático se le amarga el resto del día, la considero como una persona sensible. Y de pronto me recuerdo el suceso de la semana pasada.

Espera cariño, por favor puedo explicarlo. —Veo a un tipo Ken que corre tras una mujer peli negra, alta y bien distribuida.

La agarra de la mano y esta lo encara parando el paso de repente y le dice a gritos:

No me vuelvas a llamar cariño asqueroso, sabía que tramabas algo, pero nunca pensé que lo tramabas con Angelica. —La vuele a tocar—. Cariño ya no te pong...

Y una mierda, te odio, te la dejé pasar tres veces y te lo dije: otra más y ahí terminaría, pero ya veo que no solo es un jodido cuerno sino que hasta preñada la dejas. Ustedes me vieron la cara todo este tiempo —brama a gritos interrumpiéndolo y veo como todos en la sala de espera observan el show.

Ven al tipo que ahora se arrodilla con un mar de lágrimas en los ojos.

«Hombres creen que con un lo siento todo se soluciona»

La mujer lo deja arrodillado y continua su camino hasta que la puerta de la sala se abre y veo salir a una chica mucho mas baja y a diferencia de la peli negra es rubia de ojos azules. Aunque es bonita también no tanto como la otra.

La peli negra sigue derecho a la rubia y le espanta una bofetada en la cara. La rubia comienza a llorar y a decir lo siento.

Veo más atrás la doctora Mesly temblar de los nervios.

Eso por perra asquerosa —dice y le da otro bofetón, el rubio Ken no inmuta palabra cuando la peli negra le volvió a dar otra bofetada mientras habla—: Y esta por acostarte con mi marido siendo su cuñada. —Ahora la saca de los pelos y ahí si todos abrimos la boca en forma de O.

Salen de la sala como mismo llegaron y enseguida todos empiezan a cuchichear de lo sucedido. Yo noto a la doctora que le tiemblan las manos aún y se limpia el sudor de la frente.

Río para mis adentros ante el recuerdo de una de las cosas que le sucedieron a Mesly.

Ahora me indica la camilla de ultrasonidos y me recuesto, prende los equipos, me hecha el líquido gelatinoso frío y comienzo a ver la pantalla.

—Felicidades Molly, estás embarazada. ¡Lo lograste esta vez! —dice sonriente.

—Gracias de no ser por usted, nunca lo hubiese logr... —respondo cuando siento abren abruptamente la puerta del lugar.

Veo entrar a un tipo pelirrojo casi naranja con una barba bien afeitada, traje negro oscuro, con este cuatro hombres más de negro igual. Los mismos no entran pero los veo atrás como esperándolo a él.

Vuelvo mi mirada a él pelirrojo y me mira fijamente.

—Así que tú eres la madre de mi hijo y lo estas conociendo sin avisarme siquiera —sisea en tono altanero casi sarcástico.

Pienso incrédula en lo que acaba de decir.
«¿Madre de mi hijo? ¿Conocerlo sin avisarle?»

—Disculpa, estas equivocad... —digo sin terminar.

—No linda, seremos los padres de esa criatura que vez ahí —manifiesta y señala la pantalla.

Miro en dirección a la doctora que esta a su vez, me da una sonrisa pálida y forzada.

Ahora la escucho aún en shock:

—Lo siento Molly, en cuanto te vi quise decírtelo pero el Tohbías nos dijo a todos que él era quién lo haría —dice y baja la cabeza—. No debes preocuparte, todo saldrá bien, lleguen a un acuerdo y verás...

Escucho que sigue hablando Mesly mientras yo proceso esto que acaba de ocurrir. Y si por algo elegí este lugar fue por la privacidad que posee.

No quería que un tipo cualquiera llegara de pronto a mi vida reclamando la paternidad de mi hijo. No quería tener nada que ver con hombres, odio a los hombres, era mi objetivo, mi meta, mi plan, y mi zona de confort.

Siento como si me trasladaran a un Bosque Tenebroso, en el cuál no puedo ver nada, no sé que pueda pasar ahí. Y solamente estoy aún más aterrada porque ya he estado en ese bosque antes.

¡Joder, Cuánto me Aterra!

Mesly me toma la cara, ya que estaba mirando un punto fijo, y veo por los labios cuando los mueve que me dice:

—¿Estás bien Molly?

Cierro los ojos sintiendo mareos y estoy nuevamente en ese horrible bosque. Las manos me tiemblan, tengo mucho miedo al recordarlo a él.

Comienzo a dar gritos incoherentes y escucho a lo lejos:

—Toma su bolso y saca sus pastillas. ¡Rápido joder, está en una crisis!

Entre mis gritos y miedos , siento el sabor amargo de una píldora que reconozco y al rato, todo se vuelve negro.

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