Nuestro Trabajo es estar contigo ~ VKookMin ~ JungKook, Jimin y TaeHyung

Capítulo 31~Lunática

16 horas antes:

Beomgyu jugaba a solas con su puzzle, lo había montado y desarmado tantas veces que tal vez debería resultar irritante cuando lo que hacía era sentir cálido y extrañas a Jimin.

Una silueta se colocó frente a él opacando la luz del sol del patio del hospital donde estaba sentado en una de las mesas. Al alzad la vista se encontró con una bella mujer, vestida con un traje pantalón informal y con una amplia sonrisa dulce de cachetes voluminosos.

-Es muy bonito. -Habló dulce la mujer halagado el puzzle, el menor se encogió de hombros cohibido. -Soy Yerim, vengo del departamento de protección a Betas menores de edad. -El joven pelinegro arrugó su ceño.

-Ya no soy menor. -La sornisa dulce de la mujer se ladeó en una mueca que rápidamente se recompuso.

-Pero eras menor. -BeomGyu asintió, porque cuando sus padres lo echaron de casa sí lo era, así que aquello tenía sentido para él. -Solo vengo a ver qué estás mejor Beomgyu. -El chico asintió. -¿Cómo te sientes? ¿Has hecho algún amigo estando aquí? -Una bella y radiante sonrisa iluminó su rostro.

-Jimin. -La sonrisa en ella se ensanchó mucho más. -Es mi mejor amigo, un Hyung estupendo. -Yerim asentía una y otra vez.

-¿Él está aquí? -Preguntó entonces viendo al rededor, Beomgyu negó.

-Hyung consiguió curar a su Beta y se marchó a casa. -El gruñido defraudado y molesto de la mujer hizo al joven encogerse en su lugar.

-¿Dices que se ha ido a casa? -Preguntó seria y con la voz baja. Beomgyu asintió. -¿A Busan? -El Beta de quedó callado en inmóvil.

-¿Cómo sabe eso? -Una nueva sonrisa surcó el rostro de la mujer bella y simpática, una que denotaba arrogancia y cierto brillo extraño lunático en sus ojos. Con destreza tomó el cuello del pijama de historial del menor y pegó su frente a la suya hablando con un tono amenazante y que le intimidó.

-No vuelvas a llamar a mi hijo Beta, él es un Omega asqueroso y defectuoso que mató a su padre.

Beomgyu había terminado de contar su relato a la policía hacia las 12 de la noche, cuando un nuevo día inició mucho más difenete y desolador que el anterior. Ahora el pobre y joven Beta se sentía estafado y una mala persona por no haberlo visto antes mientars era arropado por sus destinados.

La policía había llamado al centro donde estaba internada la señora Park descubriendo que ciertamente había huido hacía varios días en una excursión que había realizado el centro. Con los antecedentes de la mujer cayeron insultos voraces del jefe de policía a la directiva del centro por dejarla salir e inmediatamente se puso en marcha un sistema de búsqueda de ambos, madre e hijo, desaparecidos poniendo que Yerim era una persona inestable y con odio hacia su posible rehén.

Los padres y hermanos de JungKook habían acudido también a comisaría y estaban tratando de calmar al peliazul que no dejaba de llorar en silencio sin poder si quiera creerse que todo aquello estuviera pasando.

TaeHyung dejó de ver a sus cuñados para ver a su suegro sentado en las sillas de espera viendo al frente pero realmente no viendo nada. Jugando nervioso con sus manos se acercó a SeongHwa para dejarse caer a su lado.

-Señor Park. -Lo llamó captando su atención, TaeHyung dejó su mano reposar sobre una de las del hombre en medio de los asientos como buscando un soporte. SeongHwa suspiró y rodeó sus hombros para llevarlo a su pecho.

-Shhh. -Siseó acariciando su cabello negro y arrullándolo.

-Es que Minnie... -Trató de hablar entre el llanto el menor.

-Minnie va a estar bien, ambos sabemos que es muy fuerte y valiente, ¿verdad? -TaeHyung asintió aún si no estaba convencido, porque no lo podría ver y no lo tenía ahí con él. Un nuevo cuerpo se unió al abrazo del otro lado del señor Park, JungKook escondió su rostro en la espalda del Alfa mayor. -Volverá a casa con nosotros, ya lo veréis.

-Señor Park. -El jefe de policía se plantó ante ellos, estos se acomodaron aún abrazados al mayor para ver al oficial. -Le presento al hombre que se va a hacer cargo del caso de su hijo, es especialista en secuestros.

SeongHwa miró al hombre que era señalado. Contextura pequeña, rostro fino y delegado, ojos rasgados y cabello semi largo en mulet rubio ceniza; era un Omega. Un Omega precioso que hizo su pecho temblar y contraerse en dolor de un modo que hacía años no sentía, su lobo Alfa queriendo despertar. Porque aquel oficial no era cualquier policía Omega, era su Omega.

Y tal vez fue el volver a sentir a su lobo o que su Omega estaba ante él viéndolo entre querer socorrerlo, besarlo y ser profesional; la mezcla de todo, que por fin Park SeongHwa rompió en llanto abrazados a sus yernos y suplicando a la madre Luna que le devolviera a su hijo sano y a salvo.

A cierta distancia de allí Jimin despertó, un dolor punzante en su cuello que trepaba hasta su cabeza haciéndole tener la vista nublada y desenfocada. Trató de respirar por la boca, porque el lugar olía horriblemente mal, pero algo pegajoso y que tiraba de su pies y labios se lo impidió. Fue entonces que se dio cuenta de que también estaba atado de sus pies juntos y con sus manos por sus muñecas a su espalda.

Con el miedo más terrorífico recorriendo su ser golpeó el techo con sus rodillas dañándolas en el proceso contra el techo metálico que lo enjaulada. Poco después tres golpes se escucharon en respuesta y la luz de una farola le dio de lleno en los ojos.

Estaba en el maletero de un coche y la sombra de una mujer que conocía perfectamente por su aroma y silueta era quien abría la cajuela.

-Hola pequeño. -Sonrió Yerim. -No te asustes, mamá no te va a hacer nada malo. -Habló dulce con ciertos tonos hipócritas y lunáticos en su ser, Jimin cerró sus ojos con fuerza llorando ahogado por la cinta en su boca. Las uñas de su madre se clavaron en sus mejillas haciendo herida y que sangre brotara de ellas. -No tengas miedo de tu destino, ambos sabemos cuál es. -Dijo con desprecio. -Tú mataste a tu padre y ahora tú debes morir. -Jimin negó enérgico con la cabeza, causando que su rostro se arañara mucho más. Yerim golpeó una de sus mejillas con fuerza. -Sé un buen Omega y estate callado mientras llegamos al lago, quiero que desayunemos tranquilos mientras te cuento una historia antes de que pases a mejor vida.

La cajuela fue cerrada de golpe tras sus palabras, Jimin gritó siendo silenciado por la cinta en su boca y el motor del coche que rugió. Su madre colocó música para no escuchar sus golpes atrás ni sus falsos gritos. Escuchado a su madre cantar feliz al otro lado, mientars él estaba mareado y con sangre escurriendo por sus mejillas mezcladas con lágrimas le hizo suplicar ayuda por primera vez en su vida al espíritu de su padre biológico.

Iba a morir y lo único que podía pedir a su padre era:

"Papá, cuida de tu hermano como siempre has hecho y deja que Tae y Kookie sean felices juntos aún si yo debo cuidarlos desde tu lado; por favor"

🍃🍵🌼

Nota: trataré de actualizar esta semana más seguido si tengo tiempo para dar fin a esta bella historia dramática como cada una de mis historias jajajaja os quiero