Capítulo 33⁓De nuevo morir

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MARATÓN FINAL 2/3

SeongHwa limpiaba, como su mayor entretenimiento, las lágrimas que se escapaban en sueños de los ojos de TaeHyung

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SeongHwa limpiaba, como su mayor entretenimiento, las lágrimas que se escapaban en sueños de los ojos de TaeHyung. El pobre Omega había caído rendido tras sufrir un ataque de ansiedad y ahora dormitaba en el pecho de su suegro. JungKook, que estaba al otro lado del Alfa mayor, tenía su rostro escondido en el cuello del mismo porque indirectamente el aroma del hombre, de su casa, le recordaba a Jimin cuando aún no desprendía su aroma de Beta.

-Señor Park. -El llamado elevó su rostro viendo al oficial a cargo, ese Omega que había conseguido que su pecho se contrajera. HonJoong apretó sus manos a ambos lados de su cuerpo resistiendo las incesantes ganas de ir a consolarlo. -Creemos que Yerim ha alquilado un coche con ciertas características y hay un chico de una tienda de convivencia que dice haberlo visto yendo hacia el sur por la carretera de...

-El lago. -Le interrumpió en un susurro ronco SeongHwa. - ¡¿Cómo mierda no se me ha ocurrido antes?! -Gritó con la ligera euforia de la seguridad de su suposición. JungKook salió de su escondite y sujetó a TaeHYung cuando este despertó alterado pro el grito de su suegro y que se pusiera repentinamente en pie. -Las cenizas de mi hermano están en el lago y nosotros íbamos mucho cuando Jimin era pequeño. -Expuso al oficial, este hizo una mueca y asintió.

-Iremos a comprobarlo. -Sus pequeñas manos tomaron las más grandes y las apretaron como consuelo silenciosos, SeongHwa se negó a soltar una de sus manos.

-Yo también voy. -Dijo parándose al lado del oficial para caminar, aún sosteniendo su mano.

-Señor Park, no es seguro ni conveniente que venga. -Expuso HonJoong elevando su mano para retirar uno de sus mechones azabaches de su rostro. SeongHwa apretó su mandíbula sintiendo de nuevo a su lobo ligeramente despertar en su interior.

-Lo siento. -Se escuchó una voz a sus espaldas, JungKook estaba en pie con TaeHyung a su lado, sus dedos entrelazados. -Pero mi novio y yo vamos a ir y nuestro suegro viene con nosotros.

-Prometemos no interferir, pero déjenos ir. -Pidió por último TaeHyung.

Cuando Jimin expuso sus más terribles deseos hacia su madre, dejando que la rabia y el odio crecieran hasta consumirlo, pareció desatar el fin definitivo

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Cuando Jimin expuso sus más terribles deseos hacia su madre, dejando que la rabia y el odio crecieran hasta consumirlo, pareció desatar el fin definitivo. Yerim tomó su cabello rubio entre sus dedos con fuerza y tiró de él hacia a Jimin gatear de mana manera, con sus manos aún atadas a su frente por sus muñecas, hasta la orilla de lago. Su cabeza cayó contra el agua dulce, su nariz enterrándose en la arena y su piel sintiendo como las piedras se clavaban en ella. Fueron cuatro veces, cuatro zambullidas seguidas con fuerza, cuando a la quinta gritó de dolor cuando una de esas piedras se incrustó en la herida anterior de su frente. La sangre brotando y manchando el agua, su grito haciendo que el agua burbujeara y entrara en sus pulmones cuando ella se negó a sacarlo al sentarse en su espalda y ejercer fuerza con sus dos manos en su cabeza.

Jimin respiraba agua, tierra y sangre; no veía nada, no escuchaba nada, no olía nada más que el anís y la menta en sus recuerdos. Sus manos se cerraron en puños con fuerza en la tierra húmeda de la orilla, rindiéndose a salir de allí cuando él mismo se sintió perder la realidad.

Jimin sabía que estaba muriendo porque ya lo había sentido antes.

Una bocanada de aire limpio y nuevo entró a sus pulmones, nunca había dolido tanto poder respirar. Quería toser y retorcerse de dolor, vomitar agua tal vez, escupir tierra y limpiar la sangre que chorreaba por su ojo izquierdo. Pero su madre había invertido posiciones, ambos estaban de rodillas en la orilla del lago mojando sus cuerpos, ella tras él sujetándolo por el cabello de nuevo, echando su cabeza hacia atrás y colocando el filo de la navaja con fuerza y constancia en su cuello.

La policía ante ellos, apuntándolos con las luces de sus coches y sus armas, sabían que al mujer no iba en vano cuando no dudaba en hacer sangrar al menos ante ellos. O hacían algo ya o lo degollaría ante ellos y con el amanecer de fondo iluminando todo en tonos rojizos.

-¡Jimin! -Gritó SeongHwa, bajando del coche sin importarle poco haber hecho lo que prometió no hacer.

-Vuelve al coche. -Demandó HonJoong hablándole unos pasos más al frente mientras trataba de encontrar el ángulo de disparo a la mujer. Su cuerpo tan pequeño se escondía a la perfección tras Jimin, sin embargo el grito de SeongHwa había logrado hacerse sacar algo de su cabeza.

-¿Ken? -Preguntó la mujer en el espeso silencio, Jimin miró el cielo nocturno querer brillar de nuevo bajo el sol con su cabeza inclinada hacia él por el tirón de su madre.

-Mi amor, ¿qué estás haciendo? -Preguntó SeongHwa, negando a HonJoong cuando sujetó su brazo y caminando hacia ellos.

-¿De verdad eres tú? -SeongHwa sonrió de lado y se volvió ligeramente al escuchar como TaeHyung junto a JungKook bajaban del coche también abrazados uno al otro. TaeHyung casi cae al suelo al ver a Jimin en ese estado, el lobo de JungKook gruñó dominante queriendo atacar irracionalmente. Su suegro les hizo un gesto de que estuvieran quietos.

-Claro que soy yo cariño. -Habló dulce, un tono nunca escuchado en él. -¿Qué le estás haciendo a nuestro hijo?

-¡Él no es nuestro hijo, es un monstruo! -Exclamó repentinamente la mujer, sangre comenzó a caer por sus movimientos del cuello de Jimin. -¡Él te mató! -SeongHwa llegó frente a ellos apareciendo en el campo de visión de su hijo, mas este no le dirigió ni una sola mirada, viendo en todo momento a Yerim.

-Cariño, él no me mató. -Sonrió. -Estoy aquí, ¿no me ves? -La mujer sacó más su cabeza sobre el hombro de Jimin viendo al hombre ante ellos, sus ojos nublados en lagrimas de creer estar reencontrándose con el amor de su vida.

-Te he echado mucho de menos Ken, te amo. -SeongHwa se acuclilló ante ellos, por el lado que más se mostraba Yerim.

-Yo también Yerim. -Tendió su mano hacia la que amenazaba el cuello de Jimin. -Suéltalo.

La Omega lo hizo, lentamente y sin dejar de ver al Alfa a los ojos mientras este le sonreía viéndola solo a ella. O eso creyó hasta que Jimin, al ser liberado de cualquier sujeción, cayó al suelo de bruces por el desangrado y ahogamiento, Yerim esta vez desató su rabia contra ora persona.

-¡No eres él! -Exclamó elevando la navaja, dejando que se clavara con fuerza en el brazo con el que SeongHwa daba la vuelta a Jimin y lo colocaba aboca arriba. El grito del Alfa Park de dolor fue callado por el resonar de un disparo.

-¡Jimin! -Gritaban TaeHyung y JungKook yendo corriendo hacia él, Jimin les miró tumbado sobre el agua con el sol al fin sobre sus cabezas y sonrió; ido y sombrío, sonrió.

-¡SeongHwa! -Gritó entonces TaeHyung viendo al hombre aún con el cuchillo clavado en su brazo.

-Ir vosotros con Jimin en l ambulancia. -El oficial HonJoong llegó junto a ellos guardando su arma y, literalmente, pateando el cuerpo de Yerim lejos de ellos. -Yo iré con él. -Dijo refiriéndose al Alfa mayor. 

-Minnie. -Dijo TaeHyung con los ojos empañados por las lagrimas.

-Mi amor. -Murmuró JungKook en el mismo estado, los paramédicos llegando a ellos para atenderle.

-Mi Alfa, mi Omega. -El lobo Beta aulló, haciendo que todos allí vieran al pobre chico tendido en el suelo. Su corazón latía, pero no respondía; esta vez era a la inversa y el lobo era el único que hablaba, el humano era el que no estaba.

Nuestro Trabajo es estar contigo ~ VKookMin ~ JungKook, Jimin y TaeHyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora