HUSHED; KOOKMIN

20.

Sábado, Octubre 18...

—¿Ya no escuchaste nada de ese policía, eh?

JungKook se movió junto a el en su manta. Jimin se quedó mirando hacia el cielo, preguntándose si probablemente empezaría a llover. Estaba haciendo demasiado frío para relajarse sin sus zapatos y casi deseo haber traído otra manta. Había hablado con él por llamada y el pelinegro le había respondido bastante avergonzado por su comportamiento pasado. Ambos quedaron y aquí estaban.

—No, nada.

No habían hablado al respecto desde su fin de semana lejos. JungKook no había mencionado el tema, ni había hecho más preguntas y por supuesto, Jimin no daría información.

—¿No crees que encontraron nada allí, verdad?

JungKook se sentó y se apoyó en sus manos. Su rostro entró en la visión de Jimin y sus enormes ojos negros lo miraron preocupado y le arrancó al rubio, una pequeña sonrisa. Quería pasar su dedo por su rostro.

—¿Como que?

—No lo sé, ADN, huellas dactilares, lo que sea que buscan.

—Lo dudo.

Jimin dejó a sus ojos trazar los rasgos del pelinegro. Miró su boca, contemplando cómo está se estiraba en una sonrisa. La preocupación era innecesaria.

—Habrían tomado a alguien en custodia si encontraron algo por el estilo y tuviera una coincidencia.

—¿Como sabes que no lo han hecho?.—la expresión de JungKook se suavizó.

Si lo hicieron, tienen al tipo equivocado.

—Es solo un sentimiento.

Este juego que estaban jugando era una estupidez. JungKook tenía que saber que él era el asesino de JongIn. Si no lo hacía, estaba en negación.

El pelinegro se sentó y miró afuera sobre el agua.

—¿Crees que nadie más va a morir?

Jimin suspiro, pasando una mano por su cara.—La gente muere todo el tiempo, JungKook.

—Sabes a lo que me refiero.

Si lo sabía. ¿Vas a matar a alguien más? Una mentira hubiera sido la mejor respuesta pero no pudo.

—No lo se. Si lo hacen, estoy seguro de que se lo merecen.

No era como que tenía una opción. YoonGi necesitaba esto, y el había jurado hace años ir a través de ello sin importar que. La muerte de Kai todavía lo había sacudido lo suficiente que no estaba seguro de cómo hacer frente a los otros dos.

Jimin se empujó en sus codos cuando se encontró con el silencio. JungKook había recogido sus piernas y apoyó su barbilla en las rodillas.

—¿Que es?

Y, como de costumbre, JungKook pareció dejar todo lo que quería decir a un lado y le sonrió en su lugar.

—Se está haciendo de noche, ¿Deberíamos volver?

—¿Mi casa o la tuya?

JungKook se encogió de hombros.—Hay más que hacer en mi casa. Sin ofender, tú casa es muy aburrida.

Jimin sonrió con ironía. Era verdad. Y a diferencia de con YoonGi, no tenía ansiedad de estar a solas con JungKook. De hecho, lo prefería sin dudar. Era la forma en que habían terminado deambulando por la playa, lejos de The Grove, y acampando durante las últimas dos horas con sus chaquetas enrolladas por almohadas.