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Domingo, Septiembre 7

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Domingo, Septiembre 7...

YoonGi llamó en la obscuridad de la noche para decir: "Jimin, YoungSoo esta muerto."

Si, lo sabia. También sabía que YoonGi lo llamaría al segundo en que se enterara.

YoonGi sorbió y gimió. Le llevo un par de intentos antes de decir:

-¿Puedes venir?

Pregunta estúpida. Por supuesto que lo haría. Treinta minutos después llegó a la casa de YoonGi con dos cafés en la mano, medio dormido. YoonGi abrió la puerta con el cabello hecho un desastre con ojos rojos e hinchados. Algunas personas podían verse preciosas cuando lloraban, YoonGi era una de ellas.

Jimin se deslizó dentro y dejó el café en una pequeña mesita esquinera en la sala.

-¿Donde está Zico?

YoonGi mordió su labio, hundiéndose en el sofá de cuero. Su silencio era suficiente. Zico, un novio tan amoroso y preocupado, no parecía estar por ningún lado. Fue por eso que llamo a Jimin. El no era el imbécil que siempre lo abandonaba.

-Esta trabajando hasta tarde.- el resopló, bajando la mirada a sus pies mientras los contoneaba en la alfombra.

Correcto. Como si Zico pudiera mantener un trabajo.

Zico era un imbécil. Uno no siquiera atractivo. Bueno, al menos que te guste el look de drogadicto. Cuando la gente los veía a Zico y a YoonGi caminando por la calle, miraban solo porque se preguntaban qué diablos estaba haciendo un chico como Min con un desperdicio como Zico.

Min YoonGi podía haberlo hecho mejor. Mucho mejor. ¿Porqué no con el? El chico que nunca lo abandonaría, nunca lo lastimaría. Dios sabía que él había estado esperando el tiempo suficiente para que YoonGi lo notara. Había estado tentado en añadir a Zico a su lista hace meses, pero había una línea que Zico no había cruzado para empujar a Jimin tan lejos. Era un idiota, pero aún no lastimaba a Min físicamente . Aún.

Jimin abrió la boca. Pensó mejor decir algo que pudiera dar lugar a una discusión, y se sentó junto a él en su lugar. Ahora no era el momento.

-¿Vas a decirme qué pasó?.- no es que tuviera que hacerlo. Era difícil olvidar sostener una pistola en la cabeza de alguien, mientras lo forzaba.

YoonGi limpió rápidamente y con fuerza las lágrimas  con la manga de su camisa, pero sus ojos volvían a llenarse de lagrimas.

-Fui a su casa esta mañana. Su auto estaba allí, pero el no respondió. Hice que su casero abriera la puerta...

Su estómago dio un vuelco. ¡No! ¡No, no, no! Eso no era lo que se suponía que debía pasar. Se suponía que los policías encontrarán a YoungSoo. Demonios incluso su vecino, no YoonGi. No después de todo lo que había pasado.

HUSHED; KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora