PRÓLOGO

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¿Cuál es mi motivación? •

Beomgyu:

Mi vida ha sido servida en bandeja de plata, desde que nací hasta día de hoy, he tenido padres maravillosos que me han dado todo lo que necesito y más, de hecho, muchísimo más.

Siempre he tenido la mejor ropa, los mejores zapatos, los mejores juegos, las cosas más modernas, las mejores escuelas, sin embargo, no me considero un engreído, porque jamás he sido desagradecido, gracias a mis padres, que siempre se encargaron de educarme correctamente y con mucho amor.

Por eso mismo, hago lo posible por ser un buen hijo, me esfuerzo mucho por tener buenas notas, por aprender, y jamás he dicho que no a una petición de mis padres, porque... Bueno, sinceramente, no puedo negarme a hacerlos felices.


Beomgyu, hijo, deberías estudiar computación, te será útil.

Okay mamá, lo haré.

Beomgyu, ¿te gustaría aprender algo de cocina? Te pagaré unas clases.

Sí, gracias papá.

Beomgyu, creo deberías aprender algún oficio, ¿que opinas de entrar a clases de electrónica?

Sí, sí tú quieres, lo haré.

Beomgyu, te inscribí a clases de boxeo, empiezas el jueves.

Gracias papá, iré.

Y así con todo lo que he aprendido... Podría hacer una lista, demasiado extensa, de hecho, de todas las clases y cursos que he tomado sólo porque mis padres creen que es buena idea.

Aún así... cuando pienso en todo esto, cuando abro los ojos y miro a mi alrededor, miro mis cosas, miro los diplomas y reconocimientos en la pared del salón, cuando miro mi vida, me doy cuenta que este tipo de oportunidades se le dan a la gente equivocada.

Por si no queda claro, estoy hablando de mí.

Bueno, pero no puedo hablar de mi vida sin mencionar a Yoon Sangah, una chica a quien conozco desde que tenía 15 y ella 14. La conocí en un curso exhaustivo de inglés impartido por nuestra secundaria, compartíamos pupitre y, a veces, apuntes, con la diferencia de que ella sí logró dominar bastante bien el idioma, y yo sigo un tanto estancado en el verb to be.

Pero cuando lo aprenda, no diré nada, sólo habrá señales:

- Sand hanitizer. - Señalé una botella llena de gel antibacterial.

- Hand sanitizer. - Me corrigió ella.

Okay, quizá tome un poco más de lo que espero.

Cómo sea, Sangah es la persona con más metas que jamás he conocido EN LA VIDA, si le interesa algo, lo investiga, lo aprende y lo practica.

Ella es así, quizá es por eso que me enamoré.

Empezamos a salir a eso de los 17 y mis papás la adoraron desde un inicio, al igual que yo. Y sus padres... Bueno, sus padres consideraron curioso que a mi edad hubiera tomado más de 15 cursos diferentes, practicado 6 deportes distintos y, aún así, no me centrara en ninguno... Pero igualmente me aceptaron.

Desde entonces, estamos juntos.

Ella siempre quizo ser médica, desde la primera vez que entablamos una conversación más allá de un simple saludo, me dejó en claro que quería ser una doctora reconocida y se esforzaba muchísisisimo en hacer realidad su sueño, y bueno, por mi parte...

- ¿Y a ti? ¿Qué te interesa? - Mis ojos se abrieron de par en par, sin saber cómo responder a aquel cuestionamiento.

- Mejor sigamos hablando de ti. - Dije ese día.

¿Por qué?

Porque yo aún no sabía que estudiar.

Y está indecisión se mantuvo por tanto tiempo que mientras ella cursaba su último año de bachillerato, yo decidí tomar un sabático.

Estaba en blanco.

¿Que debería estudiar? ¿Debería estudiar?

A diferencia de Sangah, yo no tenía algo planeado, algo que me apasionara, algo que me interesara...

Pero empezó la presión de mis padres.

A veces los escuchaba hablando de mí mientras andaba por la casa, y a veces tiraban comentarios directos.

Eso me llevó a tomar una decisión: estudiar enfermería.

Sangah sería doctora, y yo... Bueno, yo podría ser enfermero.

Siempre he logrado lo que me propongo y con la ayuda de mis padres, podría llevar esa carrera a la perfección, además, tengo un plus para el futuro, porque podría estar cerca de Sangah.

Y, de hecho, lo que me emocionó en ese entonces, de alguna forma, fue que la idea era mía por primera vez.

Aunque viéndolo de forma más realista, sólo quería estar en un lugar seguro, cerca de alguien que me hiciera sentir cómodo, reconfortado de saber que al menos ambos estábamos en ciencias de la salud.

Ni siquiera sé cómo sobreviví al examen, Sangah me ayudó mucho a estudiar, creo que no dormimos, al menos, dos semanas, pero lo logré, valió el esfuerzo y entré a una buena universidad.

Desde un inicio fue difícil, si él examen me había consumido, la carrera empezó a matarme, hasta día de hoy no sé como es que sigo estando aquí.

Tengo 21 años recién cumplidos, Sangah y yo seguimos juntos y oficialmente este es mi tercer año estudiando esta carrera; aún así, ¿me creerían si les dijera que no he encontrado algo que me haga dejarla, pero tampoco algo que me haga querer seguirla? Es confuso. 

- ¿Cual es tu motivación? - El profesor me hacía esa pregunta cada nuevo inicio de semestre.

- Ni idea. - Era mi respuesta de siempre.

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Ésta es una nueva fanfic que estoy planeando, estoy pensando en subir los capítulos de forma semanal, ahora que me puedo acomodar mejor.
Espero les guste y les haga llorar.
~ Softy

ED: Estoy editando y cambiando cosas, si ya la habían leído, dense la oportunidad de empezarla nuevamente. 😊

ALBA | taegyu TXTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora