ALBA | taegyu TXT

Un abrazo

Taehyun estaba un tanto preocupado, un tanto ansioso, y un tanto molesto, odiaba la incertidumbre, la odiaba en su máxima expresión y odiaba las mentiras, más cuando eran tan evidentes.

Ya había estado atando cabos mentalmente sobre lo que sea que estuviera pasando entre Hueningkai y Beomgyu, ya tenía miles de ideas en la cabeza y la premisa de que Kai tenía sentimientos románticos por Gyu lo ponía a pensar aún más, ¿por qué? Porque recordaba las veces que Beomgyu habló de él, cómo se refería a su persona y cómo se expresaba de su personalidad.

Estaba rendido, tendido en el piso mentalmente, dispuesto a dejarse consumir por los pensamientos que lo absorbían al fondo, más después de ver aquella escena en el pasillo. Quería respuestas... O bueno, ¿realmente las quería? Por un lado, quería que todo el misterio se acabara, pero por otro, tenía miedo de enterarse de algo que le doliera, de algo que no pudiera sobrellevar.

Después de entrar al aula y dejar que sus ideas revolotearan en su cerebro como si de palomas asustadas se tratara, se sentó en una de las sillas disponibles de la primera fila, saludando con un gesto de cabeza a Yeonjun y Soobin que ya habían empezado a hablar al frente de todos; Kai se encontraba dos bancas a su izquierda, con el rostro pálido y unas gotitas de sudor recorriendo su frente. Aunque el menor de todos sabía que lo que había pasado con Beomgyu no era algo realmente tan catastrófico, también tenía en cuenta lo que todo aquello podría significar para la relación que Tyun y Gyu parecían querer entablar.

Tuvo que suspirar, llamando la atención de todos sus amigos, incluído Beomgyu, quien también regresaba al salón con el semblante un tanto abrumado.

El pelinegro tomó asiento junto a Taehyun, en silencio, y apretó sus manos por encima de la mesa, encajando sus uñas sobre sus dorsos, buscando liberar un poco de la presión que cargaba desde hacía varios días. De pronto, sintió un leve golpe sobre sus nudillos, haciéndolo girar levemente su cabeza a su derecha, encontrándose con el rostro del peliteñido, que miraba al frente.

- Si no puedes calmar tus nervios. - Empezó a susurrar. - Siéntate en tus manos. - Añadió, mirándolo de reojo, para después volver a desviar la vista.

Beomgyu tuvo que inhalar profundamente, se sentía como un buzo al fondo del océano, con la presión consumiendo toda su anatomía, presionando su pecho con tanta fuerza que ni el flujo máximo de oxígeno le permitía respirar con naturalidad, arreglar todos sus problemas estaba siendo más difícil que nunca, sabía que tenía que nadar hacia arriba para poder liberarse, pero parecía que la superficie estaba cada vez más lejos, había abandonado el barco de Sangah, y ahora parecía una náufrago, necesitaba encontrar su propia nave, sino, moriría ahogado por su propia culpa.

- ¡Beomgyu! - Lo llamó Soobin, aún más fuerte.

- ¿Eh? - Él levantó la cabeza, sorprendiendo por tener a todos mirándolo.

- Ya nos vamos. - Dijo Yeonjun.

- Llevamos hablándote como un minuto, ¿estás bien? - Preguntó Taehyun, poniendo una mano sobre su frente.

- Estoy bien. - Susurró. - Lo siento. - Se puso de pie, al igual que los demás, y los siguió desde atrás hasta la salida, mientas escuchaba a Soobin hablar con Taehyun sobre el proyecto, le hubiera encantado ser él quien le diera la bienvenida, pero se sentía tan agobiado, que apenas podía pensar en M.O.A.

De pronto, una mano se puso sobre su hombro, haciéndolo dar un brinquito por la sorpresa.

- Pienso que deberías hablar con Taehyun. - Susurró Yeonjun, asegurándose de que el único que lo escuchara, fuera el pelinegro. - Escuché como peleabas con Hueningkai en el pasillo. - Beomgyu lo miro de reojo, un tanto sorprendido y avergonzado, pues seguramente todo el salón los había escuchado. - Sino hablas con Taehyun y solucionas las cosas con Kai, todos vamos a salir perdiendo. - Finalizó, para después adelantarlo unos cuantos pasos y emparejarse a Hueningkai, que caminaba ya con los audífonos puestos.