Un hogar

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Taehyun tarareaba una canción mientras leía, estaba tan feliz que le era casi imposible concentrarse en las palabras sobre el papel, esperaba impaciente ver a Beomgyu, porque habían planeado tener una sesión de arte. Para Taehyun, el arte era su mayor medio de expresión, dónde se sentía en completa libertad para deshinibirse, donde podía viajar, soñar y descubrir, donde podía alojar su tristeza en palabras y transformarla en versos divinos. Compartir esa parte de su ser con alguien como Beomgyu iba a ser especial, muy especial, porque conocería su verdadero yo.

Sin embargo, aunque le gustaba ser espontáneo al momento de crear, para este momento, el peliteñido ya había hecho todo un guión mental de lo que sucedería durante el encuentro. Primero, él le daría una pequeña cátedra sobre revistas, sobre el tipo de papel, el por qué son tan divertidas y que los artículos en línea están sobrevalorados, luego, Beomgyu diría alguna tontería o ocurrencia que los haría reír y los desviaría del tema por completo, pero Taehyun sabría regresarlo a la tierra y entonces empezarían a buscar las imágenes correctas para el collage y lo pondría a recortar algunas; al final, si Gyu hacía todo bien ¡Se atrevería a darle un abrazo como recompensa!

O bueno, quizá no.

Bufó, sacudiendo un poco su cabeza para tratar de ahuyentar esos pensamientos que evocaban a un contacto físico, calmándose a si mismo para evitar que el sonrojo se regara sobre sus mejillas por el simple hecho de pensar en ese hombre. Tuvo que obligarse a volver a su cara seria, porque no le gustaba admitir que era una persona —un poco— melosa, que en realidad no era tan hermético, que le gustaba abrirse con las personas, querer y ser querido, siempre había preferido que lo consideraran alguien centrado, inteligente, incluso misterioso y no rompería ese semblante sólo por un disque enfermero de greñas largas.

Para distraerse, meneó un poco sus piernas en la camilla del hospital, tratando de disipar los nervios que lo empezaban a atacar.

¿Y si a Beomgyu no le gusta lo que hago?

¿Y si Beomgyu considera que mi arte es feo?

¿Y si Beomgyu me juzga?

De nuevo, su cerebro estaba maquinando ideas que lo hacían mantenerse cabizbajo y con los labios apretados, esperaba que sólo fueran pensamientos intrusivos, porque no sabría cómo lidiar con ellos si se volvieran realidad. Largó un suspiro, desatendiendo un momento la maraña de escenario caóticos dentro de su cráneo y se dedicó a contar los minutos, si sus cálculos no fallaban, no faltaba mucho para que Gyu apareciera por ahí.

- Shhhh, cállate, cállate, dijo que no dijéramos nada. - Escuchó una voz.

- Si tonto, pero estoy preocupado, no ha dicho nada por el chat, debimos salir a buscarlo cuando salió corriendo, si le pasa algo me voy a sentir muy culpable. - Y otra más, una que, de hecho, le sonaba curiosamente familiar.

- Mira, cállate, cállate, no sabía que hacer, seguro ahora está dormidísimo o con Sangah y ambas son buenas opciones. - No entendía de qué o quién hablaban, pero si querían que fuera secreto, deberían de trabajar en modular su voz interior. - Ahora entra y luce normal.

- Voy a tratar, pero no te prometo nada, estoy nervioso y preocupado, no quiero pensar que mi hyung está en peligro. - Escuchó un suspiro, seguido de un enorme silencio, que lo hizo creer que se habían marchado.

Pero no.

- A veces pienso que te gusta Beomgyu. - Taehyun no pudo evitar arquear una ceja, si antes habían llamado su atención, ahora la habían obtenido por completo.

ALBA | taegyu TXTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora