ALBA | taegyu TXT

NO

Beomgyu se reunió con los demás chicos en la recepción del hospital.

No sé hicieron de palabras, ni tampoco de preguntas, ya que el pelinegro aún no quería inquirir en el tema de la zona de adultos, y los otros estaban lo suficientemente cansados como para entablar un conversación. Así que simplemente volvieron al estacionamiento.

Cada uno se encargó de guardar las cajas -ahora vacías- que llevaban devuelta al maletero, y ahora sí podían subir tranquilamente al automóvil.

Hubo un pequeño cambio de lugares, pues el mayor de todos se sentía -y se veía- mucho mejor a como había llegado, y ahora quería ir en la parte de adelante junto a su pareja, por supuesto, aún no estaba preparado para tomar el mando de piloto, pero podía hacerle compañía desde el asiento de junto.

Beomgyu, por su parte, pasó a ser uno de los pasajeros traseros junto a Hueningkai, quién en cuánto hubo acomodado su cuerpo en el asiento -y por acomodado, me refiero a desparramarse en el sillón- sacó su teléfono celular, conectó los audífonos y se puso a jugar al Minecraft.

El pelinegro dirigió su mirada a los chicos al frente, esperando que pudieran unirle a su conversación y no sentirse distante, pero notó que aquello sería imposible, pues Yeonjun ya había acercado su cara por encima de la palanca de velocidades hasta el rostro de su novio para comenzar a dejarle algunos cuantos besos sobre los labios.

Decidió entonces recargarse en la zona trasera, buscando su propio celular para dejarles un poco de privacidad antes de volver a encender el auto.

Fue en ese momento, que Beomgyu se dio cuenta de la hora, el reloj marcaba las cuatro en punto, ¿había transcurrido tango tiempo? Realmente no lo sentía así, se le había ido volando.

- ¿Iremos por pollo ahora? Me estoy muriendo de hambre. - Habló Hueningkai, sacándose uno de los auriculares y acercándose por en medio de los sillones delanteros, haciendo que aquellos dos interrumpieran su sesión romántica.

- Hmmmmm. - Se quejó Yeonjun, quién quería mantener el contacto con los labios abultados de Soobin.

- Sí, los llevaré a comer pollo, ¿está bien? - Contestó el chico a la vez que se giraba para mirar atrás con una sonrisa, la cual se desvaneció y se intercambió por una carita de asombro, al caer en cuenta que Beomgyu no era tan cercano a ellos aún, y que posiblemente aquellas demostraciones de cariño no serían de su agrado. - ¡Oh! Beomgyu, me olvidé que estabas aquí, por la costumbre, lamento si te llegamos a incomodar. - Se disculpó.

- ¿Hmm? - Beomgyu arqueó una ceja, sin entender por qué aquel comportamiento le parecería molesto. - ¿Por qué me molestaría? Dijeron que son novios, los novios hacen esas cosas de besarse o tomarse de la mano. - Se encogió de hombros.

- Bueno, creo que Soobin pensó que tal vez... No sé. - Yeonjun se adentró a la plática. - Tal vez hemos tenido malas experiencias antes. - Musitó, seguido de una suave risa.

- Entiendo... - Hizo una pausa. - Pero a mí no me molesta en absoluto, pueden darse todo el amor que deseen mientras no sea exhibicionista. - Bromeó, haciendo que los demás rieran.

- Teníamos razón en que eras un buen chico, hyung, quién diría que estás aquí por darnos mil dólares. - Musitó Hueningkai, dándole una suave caricia en el cabello.

- Suena a que compre amigos nuevos. - Contestó el pelinegro.

De nuevo, todos rieron.

- Sólo compraste parte de los peluches de hoy. - Dijo Yeonjun.

El ambiente estaba más relajado, la química entre los cuatro resultó más llevadera de la que imaginaron.

Soobin retomó su postura original, colocándose el cinturón de seguridad y encendiendo el motor para poder salir del recinto.