Un plan

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No lo entendía, tal vez era por el calor, tal vez eran los nervios, pero realmente no lo entendía.

El agua corría de la llave y se tintaba de rojo cada que sus manos pasaban entre ella para limpiarse.

Realmente, no lo entendía.

Su sudadera estaba manchada, su cuello, su barbilla, incluso sus labios, no podía asimilar como es que su nariz lograba sacar tanta sangre. El sabor a hierro le inundaba las papilas y sus ojos poco a poco se llenaban de lágrimas.

Esto no podía estar pasando, al otro día vería a Beomgyu, vería a los demás, no podía simplemente llamar para cancelar.

Inhaló profundamente, aferrando sus manos temblorosas al lavabo, mientras el grifo lloraba a la par que él y, aquel sangrado, parecía no detenerse.

Un suave toque en la madera hizo que se alertara aún más.

- ¿Taehyun? - Era mamá. - ¿Estás bien? Son las tres de la mañana.

- E-Estoy bien. - Odió tartamudear. - Estoy algo enfermo del estómago, pero estoy bien. - Afirmó, con una voz más convincente, mientras tomaba un trozo de papel, lo mojaba y limpiaba los restos de sangre de su cara, para luego quitarse la sudadera en un dos por tres y hacerla bolita sobre si misma, tratando de ocultar lo que estaba sucediendo.

- ¿Seguro? ¿Quieres ir al médico mañana? - Preguntó su madre, haciendo que toda su piel se erizara.

- ¡No! - Exclamó, mientras terminaba de limpiar el desastre y se colocaba un pequeño tapón de papel en ambos orificios nasales. - Estoy bien, comí KFC recientemente, posiblemente me hizo daño la grasa después de tanta comida de hospital. - Musitó, abriendo el cesto de la ropa sucia y abandonando su sudadera al fondo de todo lo demás.

Respiró por la boca, jalando todo el aire que pudo, se miró al espejo por última vez y se decidió a bajar la palanca del baño para disimular. Con cuidado, abrió la puerta, encontrándose a su madre; con todas las luces apagadas a su alrededor, apenas podía distinguir su rostro entre la penumbra.

- ¿Seguro que estás bien? - Preguntó ella, por última vez.

- Sí, lamento haberte despertado. - Respondió él.

Taehyun apresuró el paso hasta su habitación y una vez en ella, se encerró, se puso de rodillas junto a su cama, juntó sus manos y miró a través de la ventana.

- Por favor... - Susurró. - Por favor... - Imploró, con la desesperación al borde, como si estuviera en el edificio más suicida de todo de Seúl, implorando por su vida, una vez más.

No supo cuanto tiempo estuvo en esa posición, pero despertó en el suelo de su habitación, cansado e hinchado, sólo esperaba que nadie de los chicos lo notara, sólo esperaba que Beomgyu no lo notara.

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ALBA | taegyu TXTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora