𝑳𝒂 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒑𝒂𝒕𝒓𝒐𝒏 𝕂ℕ𝕐 (𝑺𝒂𝒏𝒆𝒎𝒊𝒙𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒂)

𝟐: ¿𝐍𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐩𝐚𝐭𝐫𝐨𝐧𝐚?

𝗡𝗮𝗿𝗿𝗮𝗱𝗼𝗿𝗮

—¿¡Hermana!? —gritaron al unísono los pilares.

Todos miraban con asombro a la peli blanca y luego a Kagaya, y era cierto, tenían cierto parecido.

—Es un gusto tenerte aquí, Sadashi —dijo sonriente el ojilila.

—¡Claro que tienes que estarlo! ¡Estamos hablando de mí! —dijo orgullosa y con una sonrisa la mencionada.

Amane hizo una cara de desagrado, odiaba la actitud y el ego de la chica, y claro que esto lo sabía Sadashi quien no desperdiciaba ni un segundo para torturarla con su egoísmo.

—¡Amane! ¡Se nota que estás feliz de verme! —exclamó con sarcasmo.

Amane solo chasqueo sus dientes con molestia, se limitó a contestar ya que no quería saludar a su "querida" cuñada.

—¿Sabes que es de mala educación no saludar a las visitas? —mencionó con una sonrisa orgullosa.

Kagaya miró a su esposa he hizo señas a esta para que respondiera a su hermana. Amane suspiró con molestia y dio una sonrisa forzada al verle.

—Hola, Sadashi —saludó con amargura.

—Ay Amane ¿Cómo es posible que tengan que todavía enseñarte modales? —dijo Sadashi con un rostro preocupado.

Era la gota que había derramado el vaso.

—Mira quien habla de modales —contestó Amane con molestia.

—Aunque sé que no te agradó, al menos, me digno a saludarte ¿No que soy una maldita descarada por no hacerlo? —dijo entre risas la ojimiel.

—Es porque lo eres, sabes muy bien que ni siquiera tienes derecho a estar aquí.

—¿Crees que vine por mi propia cuenta para ver tu maldita cara? —río —Estoy acá porque Kagaya me dijo que viniera, nada más. No vine acá a pedir limosna ni mucho menos, no me hace falta nada como para andar mendigando "el perdón" o dinero. Así que no me hagas reír más y cierra la maldita boca, que con el que vine a hablar es con tu marido, no contigo —dijo Sadashi finalmente señalando a Amane.

La tensión del ambiente era incómodo y molesto para todos los presentes, sobre todo porque la mayoría de los pilares no les gustaba la actitud de la joven Ubuyashiki. Kagaya no hacía más que espectar, sabía que una pelea entre estas mujeres, no había quien podía meterse sin salir maldecido. Sólo se podía ver a una Amane muy molesta.

—¿¡Cómo te atreves a...!?.

—Amane, por favor, basta —dijo Kagaya interrumpiendo a esta —por favor, si ves que esto solo va a servir para problemas, vete a casa —ordenó mirando a su esposa.

Su tono de voz a pesar de ser calmado, era firme y exigente, así que Amane no tuvo más opción que irse a su vivienda con la cabeza agachada, no podía seguir ahí con la presencia de su cuñada.

—Lo siento, mi señor —se disculpó con una voz suave para luego retirarse.

Sadashi solo miraba a esta por debajo del hombro dando una sonrisa triunfante, algo que hizo que los pilares solo vieran mal a esta. Nadie entendía porque Kagaya aceptaba el comportamiento de la chica, menos hacía su esposa, era algo estúpido para todos, pero nadie se atrevía a cuestionarlo.