Kagaya Ubuyashiki ya no sabía que hacer, los asesinatos causados por demonios iban aumentando cada día y los cazadores simplemente eran débiles... Necesitaba ayuda y solo podía acudir a una persona... Su hermana menor... La reina de la lujuria y el...
Las semanas pasan y el trabajo aumenta para los pilares y sobre todo, para nuestro patrón Kagaya Ubuyashiki.
Gracias a ciertas clases de Sadashi, los Hashiras habían mejorado sus técnicas, pero aún así, los demonios aumentaban y cada vez morían más personas. Esto se estaba volviendo más complicado para todos.
Pero a parte de eso, habían dos almas que aún tenían la duda y el rencor de uno al otro.
Sanemi Shinazugawa había pasado ignorando a la peli blanca debido a su orgullo y su molestia con la joven, aunque por dentro, moría por acercarse a ella. Él sólo quería una respuesta sincera de su parte, pero se le estaba haciendo imposible conseguirla. No tenía idea de que tenerla de frente sería tan difícil para alguien como él...
Para Sadashi, estaba siendo incluso más difícil que al peli gris. Le dolía y molestaba mucho la actitud de Sanemi hacia a ella, siquiera se atrevía a levantar la mirada ante su presencia, nunca había sentido que alguien le faltara el respeto de esa manera. Sin embargo, no lo culpaba, tenía todo el derecho de estar molesto, ella siempre le había mentido con respecto a sus raíces y sobre todo, el porqué había hecho lo que hizo. Pero Sadashi lo único que quería era protegerlo.
"Prefiero mirarlo de lejos y que este molesto, a tenerlo cerca y que muera por mi culpa".
Son las palabras que pasan por la cabeza de Sadashi antes de hacer algo con respecto a él.
Dos almas perdidas que sólo buscan el calor de la otra...
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𝙔𝙖𝙢𝙖𝙩𝙤
Los rayos del sol atraviesan la cortina e iluminan mi rostro terminando de despertarme. Me siento en la cama y suelto un bostezo.
Miro a mi alrededor y trato de procesar que aún sigo vivo.
Es de mañana, debo de ordenar y hacer el desayuno (aunque mi señora se levante tarde, no puedo dejarme llevar por ello).
Me levanto de la cama y ató mi cabello para después ordenar un poco mi habitación.
Salgo de esta para después hacer mi rutina diaria desde que estoy aquí. Voy al cuarto de la señorita Sadashi, y como lo sospechaba, se encontraba con una botella de sake a su lado regada por todo el suelo y profundamente dormida en su futon. Suspiro con cansancio y recojo todas las cosas del suelo.
Claro que he tratado de ayudar a mi señora, pero sus ordenes al no dejarme entrar a su cuarto por las noches son muy estrictas. Aún si llora y solloza, no puedo hacerlo, mi señora es alguien que le avergüenza que la vean llorar. Muchas veces he intentado hacerlo pero siempre he salido con alguna herida no muy grave, así que aprendí a oír, callar y hacer lo que ella me ordene.
Al fin y al cabo, ella salvó mi vida, y prefiero mil veces estar a su lado sin objetar aún así no este de acuerdo con sus costumbres.
Al terminar de recoger y ordenar en su cuarto, la acomode en su futon y la arrope para después ir a ordenar la cocina para poder hacer mi desayuno.
