•Pesadilla

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Cambios
- Aster y Yuki no existen -












Hawks/ Takami, sería capaz de calmarte después que hubieras tenido una pesadilla.









Habías tenido un día un poco pesado, tener que detener una manada de locos con una bomba en la mano frente a las vías de tren. No era para nada comparado con las acciones que tu querido esposo Hawks te provocaba a veces.

Suele ir incluso a tu agencia sin avisar para según el "Darte una sorpresa", pero siempre termina con un golpe en el rostro por los sustos que suele darte. Al fin y al cabo, no eran bueno para el niño que venía pronto, que con tal noticia esa era la razón por la cual el pajarraco mayor estaba tan atento a tus movimientos y acciones que parecía que el estaba más embarazado que tú.

De hecho fue hace como unos días que le habías dado la prueba, y como se dijo antes no se separaba de ti. Aún siendo dueña de tu propia agencia, los mismos trabajadores te eliminan trabajo para que no tomes ni la más mínima caja de papel de archivos, un poco excesivo pero las órdenes las dio el rubio que tanto amabas.

Suspiraste de aburrimiento tocando tus cortos cabellos, jugando con ellos mientras observabas el reloj del escritorio de tu esposo. Que desde hace una hora te llevo a su lugar de trabajo para que según el, descansará pero no era su estilo estar sentada a que le traigan todo en bandeja de oro.

Prefieres traer tus propios esfuerzos a tus manos, que otro se esfuerce por ti... La puerta de la oficina se abrió mostrando al dueño de tus pensamientos, con una sonrisa en alto pero con su mueca cansada de tanto trabajo.

- Mi flor de cerezo, como se encuentra usted? - Se sentó en su escritorio observandote - Aburrida? No te sientas hací... Le harás daño al bebé.

- Ríes ante su acercamiento a tu estómago - Ay Hawks... No llevo ni un mes y me cuidas peor que al presidente.

- El presidente no me dará un hijo... - Beso tu frente - Pero mi flor de Cerezo lo hará, ya verás que será un hijo o hija muy fuerte... Probablemente travieso.

- Acaso eres adivino? - El mayor ríe, observas la hora - Creo que debemos irnos... O es que tienes trabajo extra?

- Ni mis plumas me lo pidieran! - Se bajo del escritorio, tomo tu mano para tomarte de la cintura y cargarte - Soy un héroe... Pero deseo tiempo libre de sobra!

- ¡Que me matas loco! - Lo abrazas del cuello.

Aprietas con fuerza sus hombros e cuello, al ver como el héroe sin importar tu opinión abrió la ventana de su oficina. Acomodó sus alas e dió un pequeño empujón a tu cuerpo, sacando un gemido de sopresa a consecuencia de un grito de miedo al ver como el halcón, salió volando de una manera tan rápida que te dió un mareo horrible. Jurabas que ibas a vomitar, pero cubriste tu rostro en su cuello aspirando el olor que emana Keigo por ello lo hiciste reír.

Por el momento un poco romántico con el, comenzabas a tener sueño por el calor de sus brazos e cuerpo. Levantas la mirada inocente como gato, que al ver el perfil de Keigo te sonrojas pero para no demostrar esa pequeña debilidad con el. Le das un beso en su mejilla, sorprendido el te devuelve la mirada, y sin pensarlo te da un beso grande, tanto que si no estubiera en el aire hubiera subido de tono muy rápido.

Al separarse, vuelves a esconder tu rostro, cierras los ojos y... Todo se apaga.

Ahora, la pelinegra estaba en un lugar de la calle... Sola... Con algo de frío, si se podía decir algo. Pero no es haci, era tan frío ese ambiente que humo salia de su boca y tuvo que abrazarse entre ella para darse calor.

Y de la nada, un cuerpo femenino apareció frente suyo, las luces de los faroles eran tan pobres que apenas podía ver que era una menor de edad.

- Estas bien!? Hola! - Comenzó a correr hacia la menor - Niña... Oye...

Al estar cerca de la menor, observo como es que estaba de espaldas. Su cabello era negro hasta los hombros con un corte perfecto, vestía con un pequeño vestido blanco y una bufanda roja... La menor al escuchar eso, voltio su cuerpo encontrando a la mayor.

Que está al ver el rostro descubierto, cubrió su boca rapidamente. Sus ojos se mostraron con miedo e impotencia que sus piernas comenzaron a temblar y no por el frío. Era ella de menor, con sus mejillas rojas y golpeadas por abuso a ella que tuvo desde pequeña por su institución. Tachandola de rara o fenómeno, ya que su institución era de personas sin dones.... O incluso, problemas psiquiátricos.

Una persona volvió a aparecer de la nada, dió un susto horrible como desde a ti como a la menor, que rápidamente tomo tu mano con la mirada llorosa hacia adelante. Levantaste tus manos al ver como el dueño de tus pesadillas pasadas como futuras se acercaba a ti con una mirada cínica.

- T-ouya.. - El mencionado sonrió más alto - Aléjate! So-lo... Ve-te...

Sin hacer caso, el pelinegro se acercó a las dos Cerezos que sin detenerse a nada. Tomo a la menor de su pasado y salió corriendo, pero como los sueños son malos para estar de nuestro lado dió un giro no deseado, no podía correr... Ni escapar.

- Hawks... - Lloró la menor abrazando a su otro yo - Ayuda...

Aún le tenía miedo? Demasiado, no podía evitar sentir un miedo hacia Touya, que los fantasmas de su pasado no le dejaban mover... La de cabellos cortos grito tan fuerte con que la dejara en paz.

Que se levantó tan rápido que hizo reaccionar a su esposo, que ya estaba en la cama junto a ella.

- Hey, Hey... - Llamó Keigo que al verte llorar tomo tu rostro - ¿Que está pasando? - No paras de temblar - Hey... ¿Estas bien? ¿Que pasa?

Limpia tus mejillas humedas, mientras te observa entre preocupado y somnoliento ya que estaba bien dormido junto a ti, pero eso no es significado para que te ignore mientras lloras.

- Hey... Amor... Bebé.. Tranquila - Te abraza con fuerza, protegiendote de cualquier cosa que le tengas miedo - Tranquila... Todo está bien... - Te da un beso - Ven aquí... ¿Que pasa?

- Keigo... Yo... - Más lágrimas salen de tus ojos - Tuve una pesadilla... Y tengo miedo... Mucho miedo - Aprietas la tela de su camisa blanca, escondiendo tu rostro en su pecho - Tengo miedo...

- Tuviste una pesadilla... Oww... Tranquila... - Sollozas - Shh... Tranquila... Tranquila... Todo está bien
.... - Besa tu cabello, y poco a poco se acuesta para cubrir tu cuerpo con sus alas - Ven, aquí... Shh... Estas aquí, estoy aquí... Cálmate.. - Abrazas su torso aún sollozando - Todo está bien, te tengo... Te tengo, no te pasará nada...

- Keigo... - Su olor masculino te tranquiliza - Gracias...

A los segundos te volviste a dormir, no importa cuántas veces necesites un abrazo y un beso de su parte... Keigo siempre te ayuda por un pesadilla...

- Te amo... - Murmuras dormida, sacando una sonrisa al rubio.

Escenarios Hawks◽️ Libro n°2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora