Dicen que uno vuelve a dónde fue feliz, pero JiMin desde ése día decidió alejarse de todo. Tal vez hacía mal, más sin embargo sentía que lo necesitaba, sentía que había pasado por tantas cosas que seguir como si nada mientras iba a terapia y al hospital constantemente, no le hacía bien, así como tampoco los comentarios de sus compañeras y compañeros hacía él, por lo que comenzó a llevar clases virtualmente.
Quería sanar su corazón, mente y alma, comenzando por volver a creer en si mismo y tener confianza. Primero era él, segundo era él y tercero también, ya luego tenían que venir los demás. No podía seguir de la forma que antes y alejarse fue lo que mejor se le ocurrió.
Claro, ahora estaba tranquilo, nadie lo fastidiaba o lo hacía sentir mal, pero le faltaba algo, ese algo que mandó con su primo a decir que lo esperaría, aunque no supiera ciencia cierta si lo seguiría haciendo después de casi tres meses. Ya había hablado con su mamá, primero escuchándola hablar y gritar, con el celular en la mano por si ocurría algo; luego diciéndole como se sintió por años y finalmente perdonandola, porque no podía evitar hacerlo y era fundamental para estar bien consigo mismo. Desde ese día no supo más de ella, nada más que aquella nota que le recibió con un pequeño estuche de maquillaje dónde decía "Sé que me has perdonado, pero yo nunca me perdonaré todo lo que te hice pasar, hijo. Cuándo eras niño recuerdo que te gustaba ver mucho mi maquillaje, no sé si te sigue gustando, pero es mi forma de decirte que me siento orgullosa de ti" lloró aferrándose al objeto, sintiendo que por fin las cosas parecían marchar bien.
Después de eso su cuenta en el banco parecía seguir llenándose cada vez más, con dinero su madre veía la única forma de seguir a su lado de una u otra forma. Le daba pena, quizas algún día podrían convivir, aunque no por ahora.
TaeHyung, su amigo, llegó un día por la tarde con los ojos llorosos y nariz enrojecida, abrazándose a él mientras le pedía perdón incontables veces. Solo fue capaz de hacerlo pasar, invitándole una tasa de té.
- ¿Por qué sigues llorando? - Preguntó Jimin al volver, viéndolo sentado en uno de los sofás.
- Porque fuí un mal amigo contigo - Contestó llorando.
- No creo que lo hayas sido, si yo hubiera estado en tu lugar y YoonGi fuera JungKook, habría hecho lo mismo que tú. - Explicó alzándose de hombros - Pero hay algo que no entiendo, TaeHyung ¿Por qué alejarte justo cuando la estaba pasando mal?
Él... Se quedó callado, limpiándose las lágrimas con la mirada baja.
- Pensé que me odiabas.
- Jamás lo hice.
Entonces solo puedo sentirse un tonto, llorando nuevamente, arrodillándose en el suelo y pidiéndole perdón en una reverencia.
JiMin se quedó sorprendido, con los ojos abiertos y pasos apresurados hasta el, tratando que se levantara y dejara de hacer eso. Era demasiado.
Actualmente seguian siendo amigos, el rubio lo perdonó y debés en cuando lo recibía en su casa para ver películas o hacer tarea, también para chismear sobre lo que pasaba en la escuela. Era así como sabía de JungKook, si estaba bien, comía o ya tenía a alguien más y era feliz. Tae siempre evitaba responder preguntas sobre la vida amorosa de su primo, diciéndole que no era de su incumbencia hablar de aquello.
No quería sentirse triste, pero cuando pensaba en las posibilidades de verlo con alguien más, solo podía estarlo. Incluso si la decisión que tomó fue solo suya y arriesgaba el perderlo, está vez para siempre, no se arrepentía.
Ya estaba hecho, no podía hacer nada contra eso.
⚜️
JiMin no quería parecer nervioso o algo por el estilo, pero lo estaba y mucho. Ya se había graduado de secundaria, decidió no asistir a la entrega de papeles, mas si a la fiesta y ahí se encontraba frente al espejo mirándose, con ése elegante traje que resaltaba su figura con curvas, un poco de maquillaje en el rostro y una cadena complementaría, teniendo la otra guardada en el bolsillo de su pantalón.
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Tяαιтσя [кσσкмιη]
Fiksi RemajaJiMin y JungKook son novios, todo parece ir bien, pero para uno de los dos no es así. Él no quería terminar, pero cuando esas palabras detonaron en su cabeza, no quedaron más opciones, ya no podía seguir tapando el sol con un dedo. "Me quedé callad...