La vida es una ironía tan estúpida, puedes decir tantas cosas y nunca cumplirlas o del modo contraria hacer algo que tanto odiaste y jamás te imaginaste estar en ese lugar. Siendo niño tú podrás ver un documental o noticia, reaccionar a ella de la forma más inocente sin ser consciente de la verdadera realidad, pero ¿Qué sucede cuando uno crece y ya puede ver con sus propios ojos la crueldad del mundo? ¿Qué sucede en ese preciso instante? La mayoría de veces puedes horrorizarte, perder fe en la humanidad o simplemente prometerte no ser como los demás.
JungKook de niño se prometió no dañar a nadie, ni aunque estuviera en una situación que lo ameritara, no obstante ahora muy bien sabía que había dañado a alguien y de paso así mismo, lo que era aún más loco es que tal vez dañaría a una tercera persona.
Estando en su lugar callado mientras observaba a un castaño sin despertar, se sobresalto al escuchar la puerta siendo tocada. La abrió esperando ver a un profesor, en su contrario viendo al mismísimo Park Ji Sung nuevamente en persona, con la diferencia de que ahora no mostraba nada de amabilidad en su mirar.
El adulto entro sin saludar, acercándose a su hijo justo cuando este despertó desorientado.
— ¿Papá? ¿Qué haces aquí? — Pregunto sintiéndose mareado al querer levantarse.
— Nada, solo vine a verte, mi niño bonito — JiMin sonrió ante el apodo, hace un buen tiempo que ya no utilizaba ninguno con él — ¿Cómo te sientes? ¿Quieres hablar con papá? No lo hemos hecho en buen tiempo. Dime que te está pasando, cariño — Musito suavemente, acercando su mano para darle suaves caricias en el cabello.
El menor se quedó callado, todavía sin notar la tercera presencia en la habitación.
Suspiro tembloroso, ¿Por dónde empezar?
— Yo... — Un nudo se empezaba a formar en su garganta — Papá, n-no estoy bien — Dijo finalmente, rompiéndose en llanto frente a la persona que más quería.
JungKook se preocupo, pero se quedó callado observando la escena. Estaba confundido, ¿Qué pasaba con el castaño? ¿Era por él? ¿Él había causado todo eso?
Ji Sung lo atrajo a su pecho, dejándolo soltar todo que se guardaba para sí mismo en balbuceos incoherentes. Acaricio lentamente su espalda, susurrándole que respirara bien y se calmara, porque él estaba ahí para cuidarlo de todo lo que le hacía daño. Cuando mínimamente se calmó un poco, lo separo de su pecho, mirándolo con preocupación.
— ¿Qué está pasando, mi vida? — Preguntó intentando una vez más que hablara con él, pero sin llanto de por medio. Volteo lentamente para mirar cauteloso al joven azabache parado como una estatua en una esquina del cuarto, teniendo sus sospechas — ¿Peleaste con tu novio? ¿Es eso?
JiMin negó. No estaba mintiendo, jamás peleo con JungKook y para rematarla no tenía novio, pero la sola mención le hizo separarse bruscamente, respirando profundo.
— N-no, no e-es eso — Jeon lo miro confundido, creyendo que diría que habían terminado aproximadamente hace casi un mes atrás — Yo no sé qué me pasa, todo me sale mal.
Se limitó a decir, mirando a un punto fijo. Tenía tanto miedo. Poniéndose a pensar, había interrumpido el trabajo de su padre y este parecía no interesarle, pero más tarde podría reclamarle. De igual manera tenía miedo porque jamás en su vida sufrió un desmayo y sus manos no dejaban de temblar, su corazón de bombear rápidamente y sus ojos de soltar lágrimas furiosamente.
— No valgo nada, papá. Mamá siempre ha tenido razón, soy un inútil al que todos desechan — Sollozo — ¿Por qué hasta ahora no te has ido como todos? ¿Por qué no me odias si todo lo que he hecho es arruinarte la vida, papá? — Preguntó volteando a mirarlo, buscando una explicación lógica para seguir sintiéndose una escoria insignificante en el mundo.

ESTÁS LEYENDO
Tяαιтσя [кσσкмιη]
Teen FictionJiMin y JungKook son novios, todo parece ir bien, pero para uno de los dos no es así. Él no quería terminar, pero cuando esas palabras detonaron en su cabeza, no quedaron más opciones, ya no podía seguir tapando el sol con un dedo. "Me quedé callad...