Piloto: Decesos

5.1K 319 82
                                    

El día no podía ser más deprimente, el sol apenas entraba por las ventanas dado que cada que yo habría las cortinas de par en par mi madre venía y las cerraba nuevamente. Hace tiempo que ella estaba de lo más deprimida y miserable, ¿y como no estarlo si su hijo menor había fallecido?, solo quedamos ella y yo en la casa, con nuestro elfo doméstico, claro.

Papá también había muerto ya, y Sirius, mi hermano mellizo, hace años no vive con nosotros, era otro pesar que tenía mi corazón cada que pasaba por el árbol genealógico y veía quemada la imagen donde debiera estar mi hermano, mamá la quemó el día en que ese traidor nos abandonó. Sirius tal vez ni sepa de la muerte de papá o de Regulus... y aunque lo sepa dudo que lo aflija.

Tras nuestras pérdidas, quedé encargada de mamá. Está claro que ella no me lo puso nada fácil. Luego de graduarme de Hogwarts, en lugar de unirme a los mortifagos, como era su deseo, me uní en secreto a la Orden del Fénix. Pero cuando Regulus se unió a los mortifagos no tuve escapatoria, hice a un lado a la orden y me mantuve neutral por completo, me dediqué a cuidar de la casa y las pertenencias de mi familia, como era deseo de mi padre. No propendí a ningún bando; ni a la orden del Fénix, ni a los mortifagos.

Claro que tengo mi convicción, y es completamente contraria a los mortifagos, y por ende a Lord Voldemort. Repruebo la supremacía de la sangre, he tenido pruebas más que de sobras de la igualdad entre nosotros, los sangre limpia, y los nacidos de muggles. Pero mi razón para no tomar abiertamente una postura era otra. Era el no querer estar de un lado o del otro. No quería tener que enfrentar a mi familia, apostatando los valores que mis padres me inculcaron, pero tampoco quería estar contra la orden, en ella están mis mejores amigos, Alise, Frank, Marlene, y, sobre todo, está el gran amor de mi vida: Lily Evans.

Claramente me era imposible posicionarme en un bando, pero luego de la muerte de mi padre y mi hermano menor ya no tuve que hacerlo. Ahora mi única responsabilidad era mamá y las muchas propiedades de la noble familia Black, a la cual tengo el privilegio de pertenecer. No fue ni remotamente fácil, tuve que resignarme al papel que asumí y dejar de lado la proyección de vida que deseaba vivir, pero con el poco de paz que tengo me basta.

T/N: Vamos, mamá —le supliqué acercándole una cucharada de sopa— debes comer algo.

Walburga: Déjame en paz —dijo en un gruñido, sin siquiera mirarme—

T/N: Mamá...

Walburga: Ni uno solo de ustedes me dejó satisfecha —terció amargada— Al único de mis hijos que me daba algo de orgullo lo perdí. Aveces pienso que debió ser Sirius y no Regulus... tampoco sería tan grave si hubieras sido tú.

T/N: No digas eso, por favor. Hago mi mejor esfuerzo —me defendí desganada, estas discusiones empezaban a cansarme. Mamá jugaba con el delgado hilo de mi autocontrol—

Walburga: ¿Para qué? ¿EH? —cuestionó azotando la mesa— No te has unido al Señor Tenebroso, ni te has casado. No haces nada productivo.

T/N: ¿Acaso cuidar de ti no es algo productivo que hacer?... —espeté molesta, al instante me arrepentí de tono hostil. La mujer era mi madre, hablarle tan grosero no era correcto, pero disculparme por ello solo la enervaría más— Puedes maldecirme todo lo que quieras, reniega de mí las veces que quieras —dije tomando su mano— pero soy tu hija y estoy aquí, y siempre estaré. Te quiero, mamá. Y mira que es difícil quererte a ti, después de la infancia que nos diste.

Impresionante ella no refunfuñó, ni quitó su mano de la mía, simplemente echó un suspiro y me miró con los ojos cristalizados, con su otra mano dio unos golpecitos cálidos a la mía y acercó el plato de sopa para empezar a comer. Juraría que un deje de humanidad centellaba en sus ojos. Algo en ella había cambiado, mutado, y para bien.

Pietra [Hermione Granger]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora