Pietra [Hermione Granger]

Capitulo V: Miedo

Ya iba siendo el décimo atuendo que Hermione se probaba. Empezaba a desesperar a su mejor amiga, que ya estaba harta de opinar sobre la vestimenta de Hermione solo para que la castaña decidiera probar otra opción de todas formas.

Ginny: Por última vez, Hermione, te queda estupendo —dijo con impaciencia—

Hermione: No combina con mi peinado —dijo frustrada—

Ginny: ¿Y por qué tanto alboroto? —preguntó con hartazgo— De todas las veces que te reuniste con T/N está es la que más nerviosa te tiene.

Hermione: Porque es la primera desde que hice el ridículo en la práctica del ED —explicó, enervándose más— No me malentiendas, me da gusto que Neville progrese como mago. Pero… ¿Tenía que desarmarme justo cuando ella nos estaba mirando?

Recordaba con exactitud la mirada de sorpresa de Pietra. Ella que consideraba a Hermione la mejor bruja de entre sus compañeros. A la castaña no se borraba la expresión de Black al ver a Neville vencerla.

Ginny: Ya supéralo, no fue para tanto —aconsejó jugando a hacer levitar objetos con su varita—

Hermione: ¡¿Qué no fue para tanto?! —protestó, y se giró con mala cara a ver a su amiga— Trato de impresionar a Pietra para llamar su atención, y, cuando creo que lo logré, me pasa esto.

Ginny: No llamas su atención por hacer bien unos cuantos hechizos, Hermione —dijo sentándose cómodamente en su cama— Le llamaste la atención ayudándola con su problema. Ahora tienes que ir más allá.

Hermione: ¿Cómo “más allá”? —preguntó sonrojada—

Ginny: Coquetéale, por Merlín —vociferó rodando los ojos— Toma la iniciativa, invítala a una cita.

Hermione: Claro que no —dijo de inmediato, Ginny bufó y se dejó caer de espaldas en el colchón— ¡Va a decirme que no! No es momento de eso, tiene demasiado en la cabeza aún… Está empezando a formar una relación cercana con Harry, eso ocupa casi todo su tiempo… también está preocupada por lo que le está costando volver a leer y por su inminente reencuentro con Sirius.

Ginny: Suena a que necesita que alguien le haga olvidarse de todo eso… tú me entiendes —dijo con picardía—

Hermione suspiró rendida, no perdería más tiempo dando explicaciones a su amiga. En su lugar, se terminó de peinar y arreglar, ensayó su sonrisa en el espejo un poco, tomó sus libros, se despidió de su amiga y finalmente tomó rumbo. Se arrepintió inmediatamente de no haber llevado un abrigo, el frío invernal estaba llegando, poco faltaba para la nieve, y ella tuvo que aguantarlo incluso dentro del carruaje. Fue un alivio llegar a Las Tres Escobas y sentirse abrazada por el calor.

Esa mañana T/N estaba muy distraída. Las sombras que veía la tensaban, la oscuridad en el castillo la aterraba, le avergonzaba admitir que debía dormir con una vela encendida, como si fuera una niña asustadiza, pero es que sin ella no conciliaba el sueño. Las tinieblas fueron su cárcel por años, la dejaba perpleja pasar por un lugar muy oscuro, era como volverse a petrificar.

¡Era una adulta con miedo a la oscuridad!

Bochornoso, inaudito, débil. Y sería peor si alguien lo descubriera, si se desnudara su vergonzoso sentimiento de inseguridad.

T/N: Buenas tardes, señorita Granger —dijo, levantándose de su silla—

Hermione: Hola, Pietra —respondió sonriente—

Aquello no era una cita, para nada, era una reunión como todas las demás en la biblioteca. Pero, el hecho de que fuera en las tres escobas alentaba a Hermione. Después de todo, al parecer haría caso al consejo de Ginny.