Capítulo 7 "Perdón"

10 8 0
                                    

Mi padre me enseñó que cuando amas tanto, haces sacrificios, cometes locuras, que puede que con el tiempo te arrepientas, pero cuando vez el resultado vuelves a sentir satisfacción en medio de tu dolor. Su sacrificio más grande fue casarse con mi madre, estando enamorado de otra mujer, ¿para qué? Para hacer feliz a tres personas a costo de su felicidad.

Han pasado cinco amaneceres en esta bella laguna, cada día me enamoro más y me cuesta más hacerme la idea que en un par de días tenemos que volver a la universidad y que cuando despierte por la mañana y me asome a mi ventana, solo vere un montón de edificios alrededor de un bandejón con césped y árboles. Creo que extrañaré aquí más que Nicolette.

Mis heridas ya duelen menos, los tíos me hacen diario un montón de remedios naturales para quitar los moratones, sobre todo, los de las costillas. Aún duelen, pero por lo menos ya puedo levantarme solo cuando me siento en el muelle. Recuerdo lo que me contó mi padre, de cómo lo cuidaron a él cuando estaba herido.

Cuando ya ha salido el sol por completo, camino hacia la casa a despertar a Nicolette.

- ¡Bueno días, campeón! – dice tío Lalo con una taza de café en su mano.

- Bueno días tío. – le sonrío.

- ¿Como amanecimos hoy?

- Con unas ganas enormes de estudiar online y quedarme a vivir aquí para ver el amanecer en la laguna todos los días.

- Jajaja – se ríe. – te entiendo. Pero siempre está la opción – me guiña un ojo.

- ¡Buenos días, hombres guapos! - dice tía Camila apareciendo.

Se acerca a nosotros y besa en los labios suavemente a Tío Lalo, y luego llega hasta mí y me besa mi mejilla.

- ¿Como amaneciste, Camilo? – me pregunta.

- Dice que con unas ganas enormes de quedarse. – le cuenta tío Lalo sonriendo.

- Me imagino – me sonríe con melancolía – bueno, aquí siempre serás bienvenido. Esta también es su casa.

Nos sonreímos, tío lalo desordena mi cabello y se despide. Al parecer tenía una reunión importante hoy, lo escuché que algo hablaba con su padre cuando fuimos a visitar a los abuelos de Nicolette. Su casa era enorme y muy hermosa. Son unas personas muy agradables, y muy cariñosa su abuela. Me contaron muchas historias de mi padre y me miraban con melancolía diciendo que yo me parecía mucho a él, solo que mis ojos eran de un color más claro.

Cuando se marcha, nos sentamos a desayunar con la tía, no tarda mucho en aparecer Nicolette. Se acerca y me besa.

- ¡Buenos días, preciosa! – le digo sonriendo.

- Bueno días, mi amor.

Cuando se sienta, miro a su madre, ella estaba mordiendo su pulgar, mirando hacia la ventana. Su mentón temblaba y sus ojos brillaban de lágrimas. Pero extrañamente, sonreía.

- ¿Mamá, Estás bien? – le pregunta Nicolette.

- ¿Ah? Si, si hija – dice sonriendo mientras se limpia las lágrimas.

- ¿Porque sonreías con lágrimas?

- Un recuerdo hija, un hermoso recuerdo.

Desayunamos riendo y conversando con tía Cami.

Luego salí a tomar un poco de aire, me siento en una de las reposeras y estiro mi cabeza hacia atrás, cerrando mis ojos.

El día este frío, pero hay un sol hermoso. No tarda mucho en llegar Nicolette a mi lado, quien cruza sus piernas y se sienta sobre mí. Esta es la posición que más nos ha favorecido últimamente para poder hacer el amor. No siento tanto dolor cuando estoy sentado, así que nos viene super bien.

En el muelle de la LagunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora