Capítulo 10 "Tío Lalo"

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Llegamos justo para la puesta de sol. Nos paramos en el muelle, mi padre me abrazó y suspiró. Llega Nicolette y sus padres. Tía Camila mira a mi padre, él asiente con su cabeza sonriendo.

Nos quedos viendo hasta cuando el ultimo rayo de sol se escondía. Tomamos una fotografía para recordar ese momento por siempre. Los cinco en el muelle.

Nos sentamos allí, y Tío Lalo sacó de sus bolsillos una navaja suiza, me la da y me dice.

- Ahora es su turno de escribir sus nombres aquí, porque este lugar también es especial para ustedes.

Así que ahí registro nuestros nombres.

Camilo y Nicolette

Te amaré por siempre

Le doy la navaja al Tío y Nicolette me besa.

- Si en un futuro no seguimos juntos, quiero sepas que siempre te amaré – le digo, todos sonríen emocionados y ella me mira con sus ojos brillantes – además ya no podrás traer a tus novios aquí ¡porque leerán eso! – soltamos carcajadas y la abrazo riendo.

Caminamos hacia la casa, cuando llegamos al final de muelle, me siento en el césped y todos se detienen alrededor. Nicolette se sienta a mi lado, y me da la mano. Yo miro hacia la laguna quien de a poco comienza a brillar con la luz de la luna. Los Tíos reían hablando con mi padre. Miro a Nicolette y la beso.

Tomo aire y comienzo a cantar, ellos se quedan en silencio y me miran. Mi padre me sonríe emocionado. Creo que la canción era la adecuada para el momento. Nicolette me acompaña en algunas estrofas.

Podía ver como brillaban los ojos de los tíos y de mi padre. No sé si eran por lo que decía la canción o por nosotros cantar juntos.

"Photograph de Ed Sheeran"

Me emocionó mucho, cuando se unieron todos a cantar. La voz de Tía Cami es igual de dulce que la de Nicolette.

Cuando terminamos nos reímos, nos abrazaron y mientras Tío Lalo abrazaba a Nicolette noté algo que no se si quería ver. Mi padre y Tía Camila tocaron sus manos y entrelazaron unos dedos, se miraron a los ojos y se sonrieron con tristeza.

Digo que no se si quería ver, porque bueno, está mi madre, aun esperando en casa. Hubiese preferido no ser testigo ocular de ese momento, aunque solo haya durado unos segundos y tío Lalo soltó a Nicolette, así que ellos se soltaron.

Cuando entramos, nos fuimos a arreglar nuestras maletas, nuestro vuelo de vuelta a la rutina, sale a las seis de la mañana, por lo que tendremos que madrugar.

Decidimos despedirnos ahora, no quería que tuviesen que levantarse tan temprano para dejarnos en la puerta. Pero Tío Lalo insistió en que nos iría a dejar al aeropuerto.

Debo decir que en la noche no dormí prácticamente nada, así que cuando sonó la alarma yo estaba casi despierto. Nos levantamos rápidamente, nos dimos una ducha exprés, y bajamos. El equipaje ya estaba cargado en el auto. Nos abrazamos con Tía Cami, con lágrimas en los ojos. Nicolette lloraba más, pero solo era un hasta pronto, así que no nos preocupábamos. Mi padre abrazó durante mucho rato a Tía Cami quien lloraba desconsolada, sobando su cabeza para tranquilizarla. Luego besó su frente y subimos al auto.

Llegamos a tiempo al aeropuerto, aun nos quedaban 2 horas para despegar.

- ¿Te volveré a ver? – le pregunta Tío Lalo a mi padre cuando se abrazan para despedirse.

- Por supuesto que sí, hermano. – le dice mi padre sonriendo entre lágrimas. – ¡gracias por todo!

- Gracias ti, por la visita, por la compañía, por lo viejos tiempos. – se sonríe Tío Lalo con lágrimas en sus ojos.

En el muelle de la LagunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora